WASHINGTON (apro) – En el primer segundo de este martes 4 de marzo arrancó la guerra comercial que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump le declaró al mundo y en particular a sus dos principales socios en el intercambio de bienes y servicios, Canadá y México.

Las acciones proteccionistas y unilaterales de Trump significan además, el inicio del fin del Tratado de Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), instrumentado en 1994 bajo el nombre de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Las tarifas arancelarias del 25% que impuso Trump a todas las importaciones de México y Canadá acaban con el equilibrio de cero impuestos en el intercambio de bienes y servicios entre los 3 países, razón por la fue creado el TLCAN.

En Estados Unidos hay una gran preocupación por el impacto que tendrá en los consumidores comunes y corrientes, amén de que ya en el mercado de valores del país, Wall Street, en Nueva York, ya los proyectores de inversiones a futuro se encuentran en rojo.

Los analistas económicos y financieros comenzaron a hacer evaluaciones del impacto de las tarifas a México y Canadá, aunadas a las adicionales del 10% que Trump también les instrumentó a todas las exportaciones de China a las que ya les cobraba 30% en arancel.

En resultados, los vaticinios de la guerra comercial son devastadores para economías como la mexicana, que es la más pequeña respecto a la de Canadá, Estados Unidos y China, no obstante, la suma del impuestos comercial que Trump impone a las tres naciones pegará duro a su país.

De acuerdo con las estimaciones del efecto a los estadunidenses que incluye a las proyecciones del sector empresarial, los aranceles a las exportaciones de China, México y Canadá, provocaría un incremento de un punto porcentual en la tasa de inflación de Estados Unidos.

Para el consumidor estadunidense, la guerra comercial con estas tres naciones exclusivamente, sin contar a los aranceles de represalia que Trump ordenó en contra de naciones de Europa y Asia que entran en vigor el 2 de abril, les costará 1200 dólares al año.

De inmediato, todo lo que compran los estadunidenses de Canadá y México, aguacates, televisores, limones, automóviles, muebles, aceite, cerveza, tequila o mezcal, por ejemplo; por decisión de Trump a los estadunidenses a partir de hoy les costarán 25% más caros que ayer.

Para Trump también el efecto de la guerra comercial tendría consecuencias políticas muy severas, los electores que votaron por él para regresarlo a la Casa Blanca por segunda ocasión se sentirían traicionados si en lugar de engordar enflacan sus carteras.

La Reserva Federal (Banco Central) de Estados Unidos ya adelantó que en la reunión que tendrá su Comité de Mercado Abierto este 18 y 19 de marzo para canalizar la situación macroeconómica del país, no habrá anuncio de recorte de las tasas de interés.

Implícitamente lo que ya decidió la Reserva Federal sin siquiera reunirse es una advertencia de que con la guerra comercial el inicio del fin del T-MEC, Estados Unidos entra en etapa de alerta ante la posibilidad de una recesión.

Trump prometió a sus ciudadanos que regresaría millones de empleos que se fueron de Estados Unidos a Canadá y México, que bajaría la inflación y el precio de bienes y servicios, la reacción de los electores frente a la realidad se materializará en noviembre de 2026 durante los comicios de medio periodo para reelegir a toda la Cámara de Representantes y una parte proporcional de la de Senadores.

El presidente estadunidense hoy cuenta con el control político del Senado y la Cámara de Representantes por medio de su partido, el republicano, con una inflación elevada, sin recortes a las tasas de interés y una bolsa de valores en zozobra, el panorama electoral de noviembre de 2026 si pinta para ser el gran referéndum para el gobierno de Trump.