PIEDRAS NEGRAS, Coah.- Desde este miércoles y hasta el viernes los obispos de la frontera entre México y Estados Unidos se reunirán en la ciudad de San Antonio, Texas, para analizar la situación de la población migrante a más de un mes de iniciado el segundo periodo de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos y quien ha dirigido acciones en contra de esta población. 

El obispo de la Diócesis de Piedras Negras, Alfonso Gerardo Miranda Guardiola, dio a conocer lo anterior y afirmó que estarán presentes los obispos de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Chihuahua con los de Texas porque preocupa que pese a las acciones que ha emprendido el presidente de Estados Unidos, los migrantes buscan otras rutas para internarse en el vecino país. 

“Con el favor de Dios estaremos en San Antonio y trataremos la baja afluencia en las Casas de Migrantes, incluyendo la nuestra (Frontera Digna en Piedras Negras), así como las deportaciones y las amenazas reales que siguen y ver de qué manera podemos trabajar juntos el episcopado mexicano y americano”, señaló. 

Miranda Guardiola dijo que tras la militarización de la frontera por parte de Estados Unidos y la amenaza de deportaciones y detenciones, en los albergues que apoya la iglesia católica se ha visto una notable reducción en la llegada de migrantes hacia los municipios fronterizos del lado mexicano. 

Las actividades a desarrollar por parte de los obispos mexicanos y estadunidenses se dan en el contexto de las acciones emprendidas por el gobierno de Trump para la búsqueda de migrantes en centros religiosos. 

Afirmó que estas condiciones también dejan una lectura de que los traficantes de personas, conocidos como “coyotes”, han incrementado los costos de sus servicios y llevan a los migrantes por lugares más peligrosos. 

“¿Qué situación estamos viviendo nosotros? Pues la afluencia de migrantes bajó considerablemente en las casas de migrantes y de 350 que había aquí en noviembre, hoy hay 50 y lo que también sabemos es que los coyotes aumentan sus precios y las veredas y caminos son más complicado y hay más peligro”. 

Antes de esta reunión entre obispos fronterizos de ambos países, se realizó otra en la ciudad de Monterrey donde se analizó la situación de la población migrante en zonas de alto riesgo, como en Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde cerró uno de los albergues y no hay aún obispo nombrado por El Vaticano.