Infraestructura
Protestas en Guanajuato frenan el acueducto Solís–León, clave del Plan Nacional Hídrico
Agricultores, líderes sociales y el obispo Raúl Vera rechazan el acueducto Solís–León, al denunciar que pondría en riesgo el abasto en el sur del estado y que además se aprobó sin consulta adecuada. El megaproyecto permanece detenido mientras crece la presión social y política.GUANAJUATO, Gto. (Proceso).- Ocho meses después de que la presidenta Claudia Sheinbaum destacara a Guanajuato como ejemplo nacional por los acuerdos para tecnificar el campo y aprovechar el agua de la presa Solís, el panorama cambió: productores y habitantes de Acámbaro y municipios vecinos se han sumado al rechazo del proyecto federal que pretende construir el acueducto Solís–León para dotar de agua al corredor industrial de la entidad.
El domingo 9 de noviembre más de tres mil personas se concentraron en el centro de Acámbaro para protestar contra la obra a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), parte del Plan Nacional Hídrico, que prevé una inversión de 15 mil millones de pesos para llevar agua de la presa Solís a León, Irapuato, Celaya, Salamanca y Silao.
Entre consignas como “fuera Sheinbaum” y “revocación”, los manifestantes exigieron detener la construcción del acueducto, al considerar que afectará el abasto de agua en la región sur de Guanajuato.
El rechazo, que inició con los productores agrícolas de Acámbaro, se ha extendido a municipios como Jerécuaro, Tarandacuao, Salvatierra, Villagrán y Cortazar, también beneficiarios del riego proveniente de la presa Solís.
A la protesta se sumó el obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera López, originario de Acámbaro, quien en un desplegado llamó a la población a defender sus recursos naturales:
“Es hora de defender el territorio, el agua y la vida, antes de que queden en manos extranjeras sin alma, que no conocen ni aman esta tierra”, expresó.
El origen del conflicto se remonta al 1 de marzo pasado, cuando Sheinbaum visitó Irapuato para firmar el convenio de tecnificación de 10 mil 200 hectáreas del distrito de riego 011, que incluye a municipios como Acámbaro, Salvatierra, Yuriria, Valle de Santiago, Salamanca, Irapuato, Silao y Pénjamo.
El acuerdo comprometía 6 mil 400 millones de pesos del gobierno federal para modernizar el sistema de riego y, con el ahorro del uso agrícola, dotar hasta 120 millones de metros cúbicos de agua a los municipios del corredor industrial a través del nuevo acueducto. Los cinco municipios concentran a 3.5 de los 6 millones de habitantes del estado. Tan sólo en León viven 1.9 millones de guanajuatenses.
El convenio incluye la firma de 40 personas, entre ellas los presidentes de los módulos de riego del distrito 011. Sin embargo, productores locales denunciaron que no se les informó sobre el destino del agua ni los alcances del proyecto.
La negociación para que los representantes de los módulos de riego aceptaran ceder agua de la presa Solís a los municipios del corredor industrial estuvo a cargo de Aarón Mastache, subdirector de Infraestructura Hidroagrícola de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
La gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo reconoció el pasado 4 de noviembre que la falta de socialización del proyecto se debió a una solicitud del gobierno federal.
"Yo sí quiero dejar muy claro que esta falta de socialización no se había dado porque el estado no quisiera hacerlo o porque hubiéramos sido omisos en ese tema, sino que había una solicitud por parte de las autoridades federales que así fuera. Nosotros hemos hecho las gestiones para que se dialogue con la gente y se conozcan las bondades del proyecto", dijo en entrevista la gobernadora de Guanajuato mientras crecía el rechazo.
Las protestas y señalamientos de presunta corrupción obligaron a Alejandro Acevedo a renunciar al cargo de presidente del módulo de riego de Acámbaro, acusado de negociar con las autoridades federales la cesión de agua de la presa Solís.
Por ahora, la obra del acueducto permanece detenida, mientras crece la presión social para que el gobierno federal y el gobierno del estado den marcha atrás al proyecto que prometía resolver los problemas de abastecimiento de agua que padecen los municipios más poblados de Guanajuato.
El acueducto Solís-León es el segundo megaproyecto de los últimos 20 años para abastecer de agua a León, luego de que el municipio guanajuatense fue excluido como beneficiario de la presa El Zapotillo, porque elevar la cortina significaba inundar tres comunidades de Jalisco, cuyos habitantes emprendieron una lucha legal para defender sus territorios.
Las resistencias
Habitantes del sureste de Guanajuato reclamaron que las autoridades estatales y federales mantienen en el olvido a esta región del estado, mientras impulsan proyectos que, afirman, ponen en riesgo su acceso al agua.
“Se acuerdan de esta zona de Guanajuato sólo para querer saquear; qué desgracia", afirmó Amadeo Hernández, líder nacional de la Central Campesina Independiente, durante la protesta realizada el domingo 9 de noviembre en Acámbaro.
A la manifestación acudieron alrededor de 3 mil personas, quienes recorrieron las principales calles del municipio con pancartas que incluían mensajes como: “El agua no tiene partido, tiene dueño: el pueblo", “No somos políticos, somos pueblo, y el pueblo manda”,“Claudia, escucha, estamos en la lucha”.
Los participantes advirtieron que Acámbaro y los municipios vecinos están unidos para defender el agua de la presa Solís, ante la intención del gobierno federal de construir el acueducto Solís–León para abastecer a los municipios del corredor industrial.
Productores del suroeste del estado acusaron que el convenio de tecnificación del campo iniciará por las hectáreas agrícolas de Irapuato, y no de Acámbaro, pese a que de este último saldría el agua destinada al corredor industrial.
También señalaron que, según los planes oficiales, el acueducto estaría terminado en 2028, mientras que la tecnificación concluiría hasta 2029, es decir, el agua empezaría a enviarse antes de concluir el sistema de riego por goteo, lo que consideran un riesgo para la producción agrícola local.
Voz de la Iglesia
Además del obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera López, quien pidió detener las obras e instalar mesas de trabajo con participación efectiva de las comunidades, otro sacerdote generó controversia: Jesús Alfredo Gallegos, conocido como Padre Pistolas.
Durante una misa en Chucándiro, Michoacán, el 2 de noviembre, el sacerdote expresó su rechazo al proyecto y lanzó fuertes críticas contra la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo. Sus palabras fueron condenadas por la mandataria, aunque anunció que no presentará denuncia.
"Con la presa de Solís le damos de tragar a todo pinche México y si nos quitan la presa se van a morir de hambre, cabrones. Esa pinche gobernadora quiere matarnos de hambre. Ya dije, si insisten nos levantamos. Yo le voy a partir su madre a ella porque es la culpable de matarnos de hambre a todos", afirmó el llamado Padre Pistolas.
En un segundo video difundido posteriormente, Gallegos insistió en que el acueducto no es viable y advirtió que, si el proyecto avanza, podría proliferar la extracción ilegal de agua, comparándola con el “huachicol” de combustibles.
“León y Celaya tienen mucha industria; resuelvan sus problemas, no nos quieran dejar sin comer a nosotros. Si quieren, denme los 6 mil millones y yo les hago dos presas”, afirmó.
En su comunicado, el obispo Raúl Vera pidió frenar las obras y abrir espacios de deliberación real con las comunidades:
“Nuestra oposición no es al derecho humano al agua, sino al uso injusto y deshonesto del agua, que despoja a los más pobres para beneficiar a quienes ya concentran la riqueza”.
El obispo señaló que un proyecto de esta magnitud no puede imponerse sin una consulta popular que garantice la participación directa de los habitantes afectados.
Origen del proyecto
El agua para abastecer León ha sido un tema desde hace más de 20 años, ante los problemas hídricos que enfrenta el municipio que concentra más del 30% de la población total del estado.
Luego de dos décadas en que los gobiernos panistas del estado habían reclamado a la Federación soluciones a los problemas de abasto de agua, la inclusión de Guanajuato en el Plan Nacional Hídrico del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo fue celebrada por la gobernadora García Muñoz Ledo.
Desde 2005, con la construcción de la presa El Zapotillo, se había prometido llevar agua a León, pero las obras se suspendieron en 2014 tras la defensa del territorio encabezada por los habitantes de Temacapulín, Acacico y Palmarejo. En 2022, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se alcanzó un acuerdo que excluyó a León del beneficio del proyecto.
Con el inicio del nuevo gobierno federal y una renovada relación con el estado, se anunciaron inversiones multimillonarias que impactarán directamente a los productores agrícolas del sur de Guanajuato.
Los proyectos hídricos contemplan una inversión de 21 mil 400 millones de pesos, de los cuales 15 mil millones se destinarán a la construcción del acueducto Solís-León y 6 mil 400 millones a la tecnificación del campo. La Federación aportará 12 mil 500 millones (7 mil 500 millones para el acueducto y 5 mil millones para la tecnificación), mientras que el resto correrá a cargo del gobierno del estado y los municipios beneficiados.
Durante su visita a Irapuato el 1 de marzo pasado, Sheinbaum destacó los avances de Guanajuato en materia de modernización agrícola:
“La verdad, en Guanajuato ha sido ejemplar el trabajo que se ha venido haciendo para tecnificar el riego agrícola y llevar el agua a los distintos municipios donde hace falta”, dijo la presidenta, al presentar los proyectos del acueducto Solís-León y del tren de pasajeros que pasará por varios municipios del estado.
En el evento, el director general de Conagua, Efraín Morales López, explicó que se busca recuperar 120 millones de metros cúbicos de agua al año de la presa Solís, mediante la tecnificación del riego agrícola, para distribuirla en los municipios con mayor escasez: León, Irapuato, Celaya, Salamanca y Silao.
Morales subrayó que 76% del agua en México se destina al campo, por lo que modernizar los sistemas de riego representa “la mejor apuesta para garantizar el consumo humano sin afectar la producción”.
A su vez, Agustín Robles, presidente del distrito de riego 011, reconoció la dificultad de alcanzar acuerdos con los 24 mil 700 productores registrados:
“Convencer a los usuarios de riego no fue fácil, pero fue un éxito, todo un éxito. No sólo para el uso doméstico, sino también para el agrícola e industrial”, señaló ante la presidenta Sheinbaum.
Robles afirmó que los productores estaban dispuestos a ceder agua para el consumo humano, siempre que los organismos operadores se comprometieran a invertir en el tratamiento y retorno del agua al campo.
Ante las recientes protestas de agricultores del distrito 011, García Muñoz Ledo ha asegurado que está en abierta a escuchar y disipar las dudas de productores y población en general.
La gobernadora insistió en que el agua proveniente de la presa Solís no se destinará a la industria, sino exclusivamente al abasto doméstico de los municipios del corredor industrial.
Con la tecnificación del campo se podrían generar ahorros de hasta 300 millones de metros cúbicos, y sólo 120 millones están comprometidos para estos cinco municipios, dijo García Muñoz Ledo en su programa semanal Conectado con la gente, que dedicó a hablar de los alcances del proyecto.
“A todas esas personas que hoy dicen no al acueducto, es necesario que sepan, que conozcan el proyecto y resuelvan sus dudas”, añadió.