Caso Ayotzinapa

CoVAJ: personal de Ojeda Durán construyó parte de la “verdad histórica” de Ayotzinapa

Documentos de la CoVAJ indican que buzos bajo el mando de quien después sería secretario de Marina con AMLO alteraron el escenario en el basurero de Cocula, junto con la PGR y la AIC, dos días antes de que “encontraran” una bolsa con restos de un normalista.
viernes, 3 de octubre de 2025 · 05:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Hace 11 años, el 26 de septiembre de 2014, el almirante Rafael Ojeda Durán era el comandante de la Octava Región Naval Militar en Acapulco y su jurisdicción abarcaba todo el estado de Guerrero, incluso la ciudad de Iguala, donde ese día fueron atacados y desaparecidos 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa.

Según documentos de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa (CoVAJ) conocidos por Proceso, personal bajo el mando del almirante Ojeda Durán –hoy en la mira mediática por la participación de sus sobrinos en el macrocaso de huachicol fiscal– participó un mes después de la desaparición de los normalistas en un episodio clave en construcción “fraudulenta” de la llamada “verdad histórica”.

De acuerdo con el reporte de la CoVAJ, un pelotón de 11 buzos de la Primera Compañía de Trabajos Submarinos fue enviado por el almirante al basurero de Cocula, municipio aledaño a Iguala, para participar en “tareas de búsqueda en ríos del área”.

Esos buzos, agrega el informe, fueron los que el 29 de octubre de 2014 “supuestamente” encontraron en el río San Juan, junto al basurero, una bolsa con restos humanos quemados que, según pruebas de ADN realizadas posteriormente, correspondían a Alexander Mora Venancio, uno de los 43 normalistas desparecidos.

Peritos en Cocula. Foto: Octavio Gómez.

La CoVAJ indica que en realidad ese supuesto hallazgo de los restos se produjo luego de que ese escenario (el basurero de Cocula y el río San Juan) fuera “alterado, modificado e intervenido previamente (desde al menos dos días antes) por varios actores: Marina, PGR (Procuraduría General de la República) y AIC (Agencia de Investigación Criminal)”.

El basurero de Cocula es una escena de crimen determinante en la narrativa de la “verdad histórica” construida por la PGR, a cargo entonces de Jesús Murillo Karam, y por la AIC, dirigida en esa época por Tomás Zerón, con ayuda de marinos de la Octava Región Naval Militar en Acapulco, cuyo comandante era el almirante Ojeda Durán.

Según la “verdad histórica” –defendida hasta la fecha por algunos columnistas que suelen reflejar posturas de altos mandos militares y que hicieron gala de docilidad en los gobiernos del PAN y del PRI, incluso frente a personajes como Genaro García Luna–, los 43 normalistas fueron incinerados la noche y la madrugada de los hechos en el basurero de Cocula y de ellos no quedaron ni huesos ni vestigios de ADN, algo imposible de sostener con peritajes técnicos rigurosos.

Esa “verdad”, que marinos de la región naval del almirante Ojeda Durán ayudaron a construir, también indica que ese crimen de lesa humanidad fue cometido únicamente por delincuentes de Guerreros Unidos coludidos con policías municipales y que el Ejército –algunos de cuyos integrantes estaban coludidos con ese grupo criminal y permitieron los ataques contra los estudiantes y su desaparición— no tuvo que ver nada con esos hechos ni con el desvío de las investigaciones.

Desde luego, la “verdad histórica” tampoco reconoce que la escena del basurero de Cocula y el río San Juan fue alterada y en ella fueron sembradas pruebas usadas por la PGR de Murillo Karam y por la AIC de Zerón, el primero en cárcel domiciliaria y el segundo refugiado en Israel, para sustentar el relato con el que buscaron dar “carpetazo” al caso.

Murillo Karam. Verdad histórica. Foto: Benjamín Flores.


 

Un “hallazgo” prefabricado

Según los documentos de la CoVAJ consultados por este medio, los días previos al 29 de octubre de 2014, cuando los buzos de la Octava Región Naval “encontraron” la bolsa con los restos de Alexander Mora Venancio en el río San Juan, personal de la Marina estuvo en ese sitio y en el basurero de Cocula “para ayudar a construir ese escenario en forma fraudulenta como lugar del crimen”.

Un video entregado en 2021 a la CoVAJ por un oficial de la Marina que después fue removido de su cargo, muestra cómo la mañana del 27 de octubre de 2014, dos días antes de que los buzos hallaran los restos de Mora Venancio, camionetas pickups de la Armada –aparentemente de la Octava Región Naval– y un grupo de 12 personas, presumiblemente marinos, manipulan el basurero.

“Los elementos de la Marina manipulan bultos que sacan de dos camionetas, se visualizan tres bultos en la parte alta del basurero. Posteriormente un grupo de elementos de la Marina descienden al fondo de la hondonada del basurero. Encienden una hoguera, en el inicio de la pendiente, poco después de lo cual los bultos que se encontraban en esa zona han desaparecido”, indica el reporte.

Los investigadores de la CoVAJ suponen que los marinos llevaron la bolsa con los restos de Mora Venancio al basurero, le prendieron fuego y luego la colocaron en el río San Juan.

Ese 27 de octubre de 2014, luego de las acciones de los marinos en ese sitio, llegó al lugar el procurador Murillo Karam y dos días después se realizó el “hallazgo”.

Tomás Zerón. Refugiado en Israel. Foto: Miguel Dimayuga.

La Octava Región Naval a cargo del almirante Ojeda Durán emitió el 29 de octubre de 2014 la tarjeta informativa número 038 con el siguiente reporte:

“Durante las actividades realizadas el día de hoy por la persona (sic) de la Primera Compañía de Trabajos Submarinos de este mando naval, relacionadas con la búsqueda de alumnos desparecidos de la Escuela Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, Gro., se localizaron en inmediaciones del basurero y Río de San Juan poblado de Cocula y (sic) objetos personales y huesos calcinados de posibles restos humanos y se anexa memoria fotográfica”.

En 2020, ya cuando el almirante Ojeda Durán era secretario de Marina en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la CoVAJ, que estaba cargo del subsecretario de Gobernación de esa época, Alejandro Encinas, pidió a la Armada información sobre su actuación en el basurero de Cocula y el río San Juan.

La respuesta de la Secretaría de Marina, mediante el oficio 3384/20 del 14 de marzo de 2020, fue que la presencia de personal naval en las diligencias practicadas en esos sitios el 27, 28 y 29 de octubre de 2014 “fue en atención a la solicitud de brindar seguridad al personal de la Procuraduría General de la República durante el desarrollo de las mismas” y “se limitó a brindar seguridad perimetral y física”.

Ese oficio, además, es cuidadoso en señalar que el Estado Mayor General de la Armada “giró órdenes a la Comandancia de la Octava Región Naval (a cargo del almirante Ojeda Durán) para que un pelotón” de buzos coadyuvara “con las tareas de búsqueda en ríos del área de Cocula”, Guerrero.

Esa respuesta oficial de la Marina a la CoVAJ ocurrió cuando Ojeda Durán era secretario y es evidente que intenta dejar en claro que en sus actuaciones referentes al caso Ayotzinapa el almirante, como comandancia de la Octava Región Naval, sólo recibía órdenes.

Para la CoVAJ esa respuesta “no corresponde a los hallazgos de la investigación” y, por el contrario, la Marina “no se centró en resguardar el área, sino que intervino en la misma, incluyendo el transporte de material en bolsas, la realización de una fogata, la bajada al fondo del basurero y otras actividades de las que no existe ningún registro durante 2 h, antes de que llegaran las autoridades de la PGR”.


 

Torturas

Los documentos de la CoVAJ también dan cuenta de que la Marina desarrolló en la región de Iguala la “Operación Apetlanca” contra varios presuntos perpetradores del ataque y la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, la cual incluyó “capturas de personas que fueron remitidas en helicópteros de la Marina a la Ciudad de México y estuvieron detenidas en instalaciones de la Marina, siendo esto prohibido”.

Antes de ser secretario de Marina con AMLO, Ojeda Durán fue comandante de la Octava Región Naval Militar en 2014. Foto: Octavio Gómez.

La intervención de la Marina en las investigaciones del caso se produjo desde el 28 de septiembre de 2014, un día después de la desaparición de los estudiantes, “a través de varios grupos desplegados en terreno, en Cocula, Iguala y otras zonas aledañas, con orden de búsqueda de información y de análisis”.

Pero desde antes del crimen contra los normalistas existía un despliegue de unidades de Infantería de Marina en esa zona y grupos especializados en recabar información de inteligencia con tecnología de punta y drones de reconocimiento táctico, lo que hace pensar a los investigadores que esa institución sabe mucho más del caso de lo que ha revelado hasta ahora.

El secretario de Marina de la época, almirante Vidal Francisco Soberón, declaró confidenciales y reservados los informes que recopiló la Armada en esa región en relación con el caso Ayotzinapa.

Soberón fue relevado en diciembre de 2018 como secretario por el almirante Ojeda Durán, quien fue comandante en la Octava Región Naval, que abarca los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, entre mayo de 2013 y enero de 2015.

De acuerdo con la CoVAJ, la información de la Marina sobre el caso Ayotzinapa a través de distintos medios “debe ser puesta a disposición de manera integral en la investigación”, lo que hasta ahora no ha ocurrido.

Esa información, agrega uno de los reportes, “es fundamental para poder determinar qué se supo en ese momento, precisamente cuando estaban siendo movilizados los estudiantes por sus captores y en los primeros momentos del ocultamiento de la desaparición”.

El 30 de marzo de 2022, el entonces presidente López Obrador deslindó de cualquier responsabilidad en el caso Ayotzinapa a su entonces secretario de Marina, Rafael Ojeda Durán.

“Él no tiene ningún involucramiento en este asunto, el almirante Rafael Ojeda estaba de jefe de la zona naval en Acapulco y los malquerientes de nosotros quieren responsabilizarlo”, aseguró el mandatario, quien solía absolver a todos los funcionarios de la 4T señalados de actuaciones irregulares, incluso a los que hoy están en el ojo del huracán.

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