Democracia

En asamblea de la ONU, canciller Bárcena pone a la 4T como ejemplo de “una verdadera democracia”

Alicia Bárcena calificó como “programa maravilloso” el espacio “Quien es quien en las mentiras”, que López Obrador incluye en sus conferencias matutinas de los miércoles.
martes, 24 de septiembre de 2024 · 17:45

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Líderes que se reivindican progresistas aprovecharon la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, para pronunciarse en defensa de la democracia, a la que consideraron bajo el acecho de fuerzas extremistas, de la ultraderecha, de la desinformación y de sistemas de inteligencia artificial fuera de control.

Convocada por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y por el primer ministro español Pedro Sánchez, la reunión “en defensa de la democracia, luchando contra el extremismo” vio sucederse voceros de gobiernos progresistas, como el primer ministro canadiense Justin Trudeau, el presidente chileno Gabriel Boric o, en representación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la canciller Alicia Bárcena Ibarra.

Lula ofreció un panorama poco alentador del estado de la democracia en el mundo, con los asaltos recientes contra los capitolios de Brasil y Estados Unidos por parte de simpatizantes de Jair Bolsonaro y Donald Trump para desconocer los resultados de las elecciones; el crecimiento de la ultraderecha y sus discursos xenofóbicos en Europa; los ataques contra las minorías en el mundo; o el auge de las fake news en las plataformas tecnológicas controladas por empresas sin escrúpulos ni valores democráticos.

 “Para defender a la democracia, debemos reencontrar su esencia, no solamente sus formas”, urgió el mandatario brasileño, cuyo gobierno está enfrentado con Elon Musk por el asalto al congreso, al grado que su red social X está fuera de operación en el país sudamericano. “Debemos escuchar a los movimientos sociales”, insistió el líder de izquierda.

Pedro Sánchez, por su parte, advirtió que los adversarios de la democracia son “poderosos” y se alimentan de la “desigualdad”, la “desinformación” y la “propagación de los discursos de odio” para sembrar la negación del cambio climático y promover la “xenofobia”, por lo que llamó a coordinar una “respuesta global” contra esta “ola reaccionaria”.

El joven presidente de Chile, Gabriel Boric, insistió en la necesidad, para los progresistas, defender “principios” por encima de supuestos bandos ideológicos. “Los derechos humanos no pueden juzgarse por el dictador que los viole, o por el presidente que los viole, se llame Netanyahu en Israel, o Nicolás Maduro en Venezuela; se llame (Daniel) Ortega en Nicaragua o Vladimir Putin en Rusia; se autodefinan de izquierda, o de derecha o de que sea”, dijo el mandatario, quien urgió a sus pares a no dejar ciertos temas a la ultraderecha –como el patriotismo, la seguridad o la identidad nacional--, sino enfrentarlos con respuestas progresistas.

En nombre del gobierno mexicano y de López Obrador –quien, como de costumbre, no viajó a Nueva York para la Asamblea General de la ONU--, Alicia Bárcena expresó su preocupación ante las “corrientes extremistas” a través de la “judicialización de la política y las noticias falsas”; acto seguido, se lanzó en una larga apología de la Cuarta Transformación como un ejemplo de “una verdadera democracia”.

En su alabo al gobierno saliente, Bárcena calificó como “programa maravilloso” el espacio “Quien es quien en las mentiras”, que López Obrador incluye en sus conferencias matutinas de los miércoles, pues aseguró que “lo que hace es desentrañar, visibilizar, publicar las noticias falsas y las compara con la verdad”.

En febrero de 2022, el relator especial de libertad de expresión de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, Pedro Vaca, llegó a conclusiones radicalmente opuestas a las de la canciller: aseveró que se trata de un “espacio totalmente extraño a los estándares democráticos de libertad de expresión” y lo equiparó a un momento “de entretenimiento presidencial”.

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