Política

Brugada, entre la sombra de “Juanito” y arropada por López Obrador

Impulsada desde el oficialismo, la candidata de Morena por la Jefatura de Gobierno de la CDMX llega al segundo debate, a realizarse hoy a las 20 horas, con el estigma de la polémica que la involucró con Rafael Acosta “Juanito” para gobernar Iztapalapa en 2009.
domingo, 21 de abril de 2024 · 07:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Por más de 40 años Clara Marina Brugada Molina, candidata de Morena-PVEM-PT a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, ha cultivado su historia política en el oriente marginado de la capital del país.

Sus primeras concentraciones políticas las hizo a la sombra de un pirul en San Miguel Teotongo en Iztapalapa, pero desde 1991 cambió tal cobijo por el del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Brugada se afincó en esa zona pese a haber nacido en la colonia Nativitas, de la alcaldía Benito Juárez, el 12 de agosto de 1963.

Desde su niñez, “Claris”, como era llamada por sus familiares, parecía destinada a la lucha social. Tras la muerte de su padre, cuando tenía cerca de 12 años, se mudó con su madre, Margarita Molina, y sus hermanos a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde 20 años después se vivió la insurrección del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el 1 de enero de 1994.

El camino que Brugada tomó impidió que se sumara a la lucha zapatista. Regresó al entonces Distrito Federal a estudiar Economía de 1980 a 1985 en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), campus Iztapalapa, donde se tituló sin elaboración de tesis tras cumplir 100% de los créditos. Ahí descubrió su gusto por el atletismo e impulsó su vida política.

Entre pirules y el olvido

El pueblo de San Miguel Teotongo o “el lugar que le faltaba todo”, como es recordado por la candidata en actos públicos, se ubica en los límites del oriente de la CDMX y el municipio de Los Reyes Acaquilpan, Estado de México (Edomex). Alrededor de 1970 en dicho lugar se asentó la población de origen étnico chocholteca, colonos rurales de la Mixteca oaxaqueña. 

En la entrada del salón principal de la sede de la Unión de Colonos hay una lona con fotos de la morenista en las que se le ve mientras siembra árboles o dirige discursos junto a Andrés Manuel López Obrador y a la candidata presidencial del mismo frente, Claudia Sheinbaum.

Algunas de las imágenes las tomó José Luis Gutiérrez Neri, pareja sentimental de la candidata, a quien conoció en la comunidad y presumió como “el amor de su vida” en sus redes sociales en noviembre de 2022 luego de que ella recibió la presea al Mérito Social de la Universidad de Tepantlato.

Apenas había ingresado a la UAM Iztapalapa cuando los colonos de San Miguel Teotongo fueron al campus para pedir a los estudiantes que los apoyaran con sus conocimientos. Fue así como las necesidades de la comunidad y los ánimos de Clara Brugada se tocaron.

Como ha dicho la morenista en actos públicos, llegó a los 19 años con un grupo de estudiantes. En entrevista, los colonos relataron que fue la única que “se enamoró” de la lucha de los pobladores y se quedó a vivir en el lugar, donde dio clases relacionadas a la actividad agropecuaria en la Escuela Primaria “Tierra y Libertad” y se sumó a las tareas de construcción. 

Tras un largo camino de “sombrerear”, como apodan los colonos al trabajo comunitario, decidieron impulsarla a la representación política.

“No quería ser delegada, en una reunión que hacíamos los miércoles y sábados se le propuso, ella no quería y fui yo una de las personas que le dije: Clara, tú vas a ser... salió llorando… agarró su ropa y se fue a la calle”, relató uno de los colonos sobre el inicio de Clara Brugada en la vida política.

Años más tarde contendió por la Jefatura Delegacional de Iztapalapa, en 2009, por el PRD, partido del cual es fundadora.

De 2018 a 2021 fue alcaldesa de la demarcación por parte de Morena, del cual también es fundadora. Fue reelecta para un segundo periodo y sólo dejó el cargo para ir por el siguiente escalón: la Jefatura de Gobierno. 

De rojo a guinda

“Ojalá pase algo que te borre de pronto…”, dice la a canción Ojalá del trovador cubano Silvio Rodríguez, tema que ha acompañado a Brugada Molina “en todas sus luchas”, según ha dicho en redes sociales; pero antes encontró a un compañero más antiguo, el maoísmo, doctrina del marxismo-leninismo impulsada por el dirigente político Mao Tse-Tung en el periodo de la Revolución China. 

De acuerdo con una persona que conoció a Clara Brugada durante sus años de maoísmo, pero pidió el anonimato, tal doctrina buscaba generar un cambio estructural desde los sectores pobres, vía la autogestión, el derecho a la vivienda y a la educación.

Alrededor de 1980 la candidata militó en el Movimiento Maoísta Mexicano, en particular en la Organización de Izquierda Revolucionaria Línea de Masas (OIR-LM), que derivó en la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ).

Clara Brugada ha tenido cuidado de no mencionar su pasado maoísta, “no tiene ninguna trascendencia… tal vez sí un poco, para cuidarse del prejuicio”, dijo su compañero de lucha. 

En su carrera política, Brugada no ha dejado de poner énfasis en los programas sociales en favor de los sectores vulnerables, lo hizo como diputada federal por el Distrito 22 del Distrito Federal y presidenta de la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados, de 1997 a 2000; diputada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, de 2000 a 2003; legisladora federal por el Distrito 25 del Distrito Federal en el Congreso de la Unión, de 2003 a 2006, y Diputada a la Asamblea Constituyente y Vicepresidenta de la misma en la CDMX por el Distrito 29, de 2016 a 2018.

Como diputada federal impulsó la Ley General de Desarrollo Social, la creación de organismos públicos autónomos para la protección de los derechos sociales, el Fondo de Aportaciones para el Desarrollo Metropolitano y el establecimiento de la pensión social para los mayores de 70 años.

Como declaró en una entrevista para la revista En Voz Alta, cuando fue diputada constituyente en la CDMX veló por el ingreso ciudadano universal, el cual se traduce en el apoyo económico para los adultos mayores y el acceso a un sistema público de cuidados, temas que hoy impulsa para llegar al Antiguo Palacio del Ayuntamiento.

“Éxodo” hacia Clara 

En 1991 Andrés Manuel López Obrador realizó uno de los actos que lo catapultaron hacia el centro del reflector político: “El Éxodo por la Democracia”, una caminata para denunciar los presuntos fraudes electorales en Tabasco. 

La movilización salió de Villahermosa y alrededor de 50 días después llegó a la capital mexicana. Los manifestantes arribaron a Iztapalapa, previo a la protesta en el primer cuadro de la ciudad. Fue ahí donde Brugada Molina y López Obrador cruzaron sus caminos, unión que hasta la fecha permanece.

Los colonos de San Miguel Teotongo relataron en entrevista que, en esa ocasión, ella ofreció su casa al dirigente: “Creo que Clarita se llevó a Andrés para que se bañara y se aseara” y luego regresó a la sede de los colonos donde pasó la noche, explicó una de las entrevistadas. 

La cercanía de Clara Brugada con López Obrador quedó patente el año pasado en las lonas propagandísticas distribuidas en favor de la ahora morenista. En ellas se veía una foto del presidente mientras besaba la frente de la candidata.

 

Además, en 2020, en la inauguración de la primera etapa de intervención del parque Cuitláhuac en Iztapalapa, López Obrador la calificó como “mujer singular, excepcional, de lucha”.

“Somos compañeros de varias batallas, quizá no podría decir de mil batallas, pero sí de más de cien”, dijo el mandatario federal.

A este vínculo se sumó Claudia Sheinbaum, quien como jefa de Gobierno visitó Iztapalapa más que a otras alcaldías y dedicó mayor atención para impulsar obras insignia, como la Línea 2 del cablebús y el trolebús elevado.

El 26 de noviembre de 2023, en Santa Cruz Meyehualco, Iztapalapa, ante más de 30 mil personas, Sheinbaum Pardo le entregó la constancia de precandidata única de Morena y proclamó: “¡Juntas somos dinamita!”. 

Sin embargo, su relación está marcada por la disputa de la candidatura al gobierno de la capital. Sheinbaum intentó que su sucesor fuera el exjefe policial Omar García Harfuch. Brugada se quedó por decisión del partido, sin importar la encuesta que había ganado el ahora candidato a senador.

García Harfuch. Perdiendo ganando la encuesta. Foto: Montserrat López

Cuando Sheinbaum arrancó su campaña electoral en el Zócalo capitalino, el 1 de marzo último, ocurrió un incidente que se interpretó como un jaloneo entre las morenistas. 

En redes sociales circularon videos en los que se les ve a ambas candidatas en un presunto forcejeo, ya que mientras Clara Brugada trata de abrazar a la abandera federal, ésta última le alza la mano. 

El 4 de marzo pasado, en conferencia realizada en el Monumento a la Revolución, la candidata local negó el presunto jaloneo y relató: “Claudia y su servidora teníamos en mente tomarnos una fotografía en el evento… yo lo que pensaba era una foto que saliéramos así (abrazadas), es lo que yo pensaba, y ella lo que quería era agarrarme la mano, estaba mejor esta foto”.

Y agregó: “No sólo somos compañeras de: 'Ay ya me tocó ella', no. Nos conocemos históricamente, nos tenemos cariño, nos queremos”.

         

Brugada y Sheinbaum. La imagen polémica. Foto: Octavio Gómez

UTOPÍAS

Desde 2019 Clara Brugada buscó impulsar programas de bienestar social en Iztapalapa, la alcaldía más poblada de la ciudad, que hasta 2020 contaba con un millón 835 mil 486 habitantes, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.

Una de esas acciones son las Unidades de Transformación y Organización para la Inclusión y Armonía Social (UTOPÍAS); durante su gestión al frente de la demarcación logró construir 12 y ocupan más de medio millón de metros cuadrados que, en sus palabras, es lo “equivalente a 72 veces el Estadio Azteca”.

Las UTOPÍAS consisten en la conversión de un avión en una biblioteca, así como otras edificaciones en las que se ofrecen actividades recreativas, deportivas y culturales gratuitas.

Sin embargo, los aviones, barcos y más de 927 murales que colorean Iztapalapa no fueron un remedio contra la inseguridad; como ejemplo de ello están las cifras de la Fiscalía General de Justicia de la capital, que en su Boletín Estadístico de la Incidencia Delictiva correspondiente a marzo último coloca a Iztapalapa como la segunda alcaldía con más delitos, con dos mil 569; sólo detrás de Cuauhtémoc, con dos mil 830 crímenes.

Iztapalapa, Inseguridad pública. Foto: Armando Monroy 

Además, la gestión de Brugada en Iztapalapa se vio rebasada por el empleo informal. En entrevista, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) de la CDMX, Armando Zúñiga, relató que se trata de una de las alcaldías en las que la mitad de su economía se compone por dicha actividad: “Si lo tomamos en conjunto como Ciudad de México, representa más de 50% de la economía, y en estas alcaldías, como Iztapalapa, mucho más”.

Sin embargo, destacó la labor de Clara Brugada en las UTOPÍAS: “Hizo un muy muy buen trabajo también de acercamiento a la gente, a los niños, a los jóvenes”.

Y al final... Clara ganó

En septiembre de 2023, en la antesala de las elecciones de 2024 por la Jefatura de Gobierno, varios nombres surgieron para encabezar la “Cuarta Transformación”. Sin embargo, Clara Brugada, aliada de López Obrador, y Omar García Harfuch, exsecretario de Seguridad Ciudadana (SSC) y mano derecha de Claudia Sheinabum en esa área, fueron los finalistas.

García Harfuch ganó las encuestas internas del partido por casi 14 puntos. El impedimento para el exsecretario llegó por parte de la “regla de paridad” aplicada por Morena, bajo el mando nacional de Mario Delgado, por la cual cedió el puesto a la exalcaldesa de Iztapalapa quien fue designada como coordinadora de la Defensa de la Transformación en la CDMX la madrugada del 11 de noviembre.

Lo anterior recordó al incidente tatuado en la historia de la candidata con el exmilitante del Partido del Trabajo (PT) Rafael Acosta Juanito, ocurrido en 2009 en la disputa por la Jefatura Delegacional de Iztapalapa.

En ese año, Brugada Molina ganó las elecciones internas del PRD, por la candidatura de Iztapalapa contra Silvia Oliva Fragoso de la corriente Nueva Izquierda (NI), quien impugnó el proceso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y éste, el 12 de junio, anuló la designación sin retirar el nombre de la ganadora de la boleta electoral.

El 16 de junio, en una asamblea, el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, la aspirante y Andrés Manuel llamaron a votar por Rafael Acosta, a quien el tabasqueño le hizo prometer que si ganaba la elección renunciaría al cargo para entregárselo a Brugada.

Para lograr la victoria, entregaron casa por casa una carta firmada por el ahora presidente de México, en la que explicó su propuesta y los invitó a votar por el petista. El exjefe delegacional y líder de la NI, Víctor Hugo Círigo, acusó que también utilizaron los programas sociales y destinaron recursos públicos para la compra del voto por hasta mil pesos en favor de Juanito

Rafael Acosta ganó las elecciones, con 32% de los votos. Sin embargo, se negó a ceder el puesto. Los colonos relataron que, para forzarlo, instalaron un campamento por más de 15 días en la explanada principal de la alcaldía: “Le aventamos huevos, bueno, hicimos muchas cosas y lo obligamos a que él renunciara”, contó una de los entrevistados. 

El 1 de octubre de 2009, alrededor de las 10:30 horas, Acosta llegó a la Asamblea Legislativa del entonces Distrito Federal (ALDF) y durante su toma de protesta como jefe delegacional aprovechó los micrófonos y reclamó: “¡Muera el PR… el PT, traidor!”. Después se quitó la corbata roja, uno de los colores emblema del PT, la sacudió frente a los asistentes y luego la tiró al piso.

El 10 de diciembre, Juanito propuso a Clara Brugada como jefa delegacional, cargo que ocupó hasta 2012.

El siguiente escalón 

La carrera de Clara Brugada por la Jefatura de Gobierno se inició en septiembre de 2023, cuando presentó al Congreso capitalino su solicitud de licencia al cargo de alcaldesa de Iztapalapa.

Pese a que se le conoce como una política “del pueblo” y “austera”, el 3 de noviembre último sorprendió cuando citó a conferencia de prensa en el exclusivo restaurante francés Au Pied de Cochon, en Polanco, donde el menú para los más de 60 asistentes fueron chilaquiles con huevo o pollo. Tras el desayuno tradicional, presumió que había un “empate técnico” con García Harfuch.

Ya con la precandidatura en mano, Brugada cambió sus vestidos largos con bordados artesanales, botas tipo mineras y cabello rizado por trajes sastre y un peinado lacio; aunque el rosa siempre la ha acompañado. 

Casi como una provocación, el 20 de noviembre inició su precampaña electoral en el Centro Cultural Roberto Cantoral, en la alcaldía Benito Juárez, encabezada entonces por el ahora candidato de la oposición, Santiago Taboada.

En esta etapa recorrió desde exclusivos recintos, como el hotel Presidente Intercontinental, hasta el barrio de Tepito y cerró actividades el 3 de enero en la Plaza 23 de Mayo en la alcaldía Cuauhtémoc, con un tapete de aserrín que decía: “Clara gana 2024, año de esperanza y transformación”.

Según sus números, en la precampaña gastó 4.2 millones de pesos y aventajó por 8% puntos, con 44%, a su opositor Santiago Taboada, quien obtuvo 36% de preferencia, según la encuesta publicada por el periódico El Financiero el 6 de marzo.

Proceso solicitó para este trabajo una entrevista con Clara Brugada, pero al cierre de esta edición no obtuvo respuesta.

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