Donald Trump

¿Por qué el voto latino se sometió a Trump? Migrantes dan sus testimonios (Video)

Una cantidad considerable de migrantes con estatus legal votaron con la intención de fortalecer las políticas antiinmigrantes promovidas por los republicanos.
lunes, 2 de diciembre de 2024 · 22:09

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Giselle Aguirre es una mexicana que emigró a Estados Unidos desde hace dos décadas. Le tocó cruzar la frontera con ayuda de un pollero. No le fue bien en el trayecto, pero llegó.

Ahora que tiene un estatus legal, votó por Donald Trump y está de acuerdo con sus propuestas para endurecer las políticas migratorias: “Si tengo que elegir entre cuidar mi casa o la casa del vecino, primero lo mío”.

A una semana de que se declaró la victoria de Donald Trump como presidente electo de Estados Unidos, Proceso entrevistó a latinos que pudieron votar en el reciente proceso electoral y residen en algunos de los estados con mayor presencia de la comunidad hispana, como es el caso de Florida, Miami; El Paso, Texas y New York.

Al ser Estados Unidos uno de los principales países receptores de inmigrantes del mundo, llama la atención que los testimonios recolectados coinciden en que durante el pasado proceso electoral, una cantidad considerable de migrantes con estatus legal votaron con la intención de fortalecer las políticas antimigrantes promovidas por los republicanos.

En cambio, aquellos que dieron su voto a los demócratas, se enfrentaron a una atmósfera de falta de credibilidad, derivada de los abusos a los derechos de los migrantes en la frontera y la participación de Estados Unidos en el conflicto de Israel contra Palestina.

Ahora, el candidato republicano volverá a la Casa Blanca tras derrotar a Kamala Harris, en gran parte gracias al aumento del apoyo que recibió de la comunidad hispana, pues de acuerdo con las encuestas a pie de urna, el magnate logró reducir 10 puntos la ventaja demócrata en el voto latino, aun cuando una de sus propuestas es endurecer las políticas migratorias y su campaña estuvo plagada de comentarios xenófobos y racistas contra dicha comunidad.

El factor económico

Dylan Corbett es fundador de Hope Border Institute / Instituto Fronterizo Esperanza (HOPE) y se dedica a brindar ayuda humanitaria a los migrantes que diariamente intentan cruzar la frontera caminando por El Paso. En su opinión, el factor económico fue decisivo en el triunfo de Trump, ya que “existe la percepción de que la economía no está funcionando”.

Sin embargo, el panorama económico no es para nada desolador, por ejemplo, la tasa de paro está cerca de sus mínimos históricos. El descontento económico proviene de dos características en la administración de Joe Biden:

  • Inflación: En 2022, la inflación en Estados Unidos alcanzó una cifra de 9.1%, que se tradujo, por ejemplo, en un aumento de 13.5% en los alimentos.
  •  Salarios: A pesar de que aumentaron los salarios medios semanales, al ser ajustados con la inflación, en realidad son menores a cuando asumió el cargo.

El activista también considera que el discurso antiinmigrante utiliza argumentos económicos: “Ya sea que los migrantes se están robando los trabajos, ya sea que los migrantes están buscando beneficios públicos, siempre el mismo discurso, que el migrante representa una amenaza”.

En sus palabras, los republicanos buscaron un chivo expiatorio para mejorar la economía: “Los republicanos en realidad no tienen propuestas viables, su discurso económico era el discurso de echar la culpa a los migrantes”.

Lo que menciona Corbett es uno de los hilos que llevan a entender por qué el discurso de reforzar las políticas migratorias, enarbolado por Trump, pudo haber sido uno de los motivos por los que los propios integrantes de la comunidad hispana y latina decidieron inclinarse a favor del empresario, aun cuando no necesariamente comparten su visión en términos de derechos humanos.

Quizá el sol no brilla para todos

Giselle Aguirre creció en la colonia San Andrés Tetepilco, en Iztapalapa. Hace más de 20 años que dejó la Ciudad de México, se fue a EU con una mano por delante y otras detrás. Tenía apenas 18 años, se fue acompañada de su exesposo y su primogénito de pocos meses de edad.

Cuando era ilegal pudo cruzar la frontera en avión más de una vez, igual le tocó pagarle a un pollero y caminar al otro lado para hacer su vida en New Jersey. Ella prefiere no hablar de esa experiencia, se limita a decir que “no le fue nada bien”.

Ya obtuvo la green card y desde hace un lustro se mudó a El Paso, Texas, donde sigue teniendo más de un trabajo. Así dice que se acostumbró, pero ahora su situación se ha agravado, pues asegura que en los últimos años no ha podido generar ahorros a causa del incremento en los precios de la comida.

Por ese motivo votó por Donald Trump, tiene plena confianza en que mejorará la economía: “Vote con el cerebro, no con mis sentimientos, si hubiera votado con mis sentimientos, yo sería la más ofendida como mujer mexicana”.

Durante las campañas, fue activa políticamente en redes sociales, compartía propaganda del republicano y videos de TikTok en contra de la democracia. Cuando ganó Trump, hizo posteos en sus redes sociales para celebrar:

“Me marcó mi papá desde México para recriminarme la decisión, es que él no está acá, bien fácil es que se ofenda allá donde está, recibiendo remesas, no se da cuenta: lo que nos conviene aquí a los migrantes, les conviene allá. Mira a Andrés Manuel (López Obrador, expresidente de México), presumiendo lo que mandamos”.

–¿Está conforme con el discurso de Trump en materia de derechos humanos?

–No, pero es lo que hay, no es que no me preocupe o no me afecte la situación de otros, pero sí tengo que elegir entre cuidar mi casa o la casa del vecino, responde.

–¿Qué opina de sus políticas migratorias?

–No creo que la respuesta sea abrir la frontera, aquí en El Paso ha habido mucho crimen. Además, te voy a decir que cuando yo me vine no tenía nada más que la deuda de los boletos, ni el idioma. Hoy llegan los migrantes y se quedan parados para que los detenga la Border Patrol, les dan comida, los llevan a un centro de detención a que duerman, les inician un proceso, ya no los regresan luego luego. Yo prefiero que le den papeles a la gente que lleva aquí 20 años, ¿tú sabes lo que es que se te muera tu mamá y no poder ir a verla?

Reconoce que en algún momento sintió “vergüenza” de compartir su postura política con otros integrantes de la comunidad latina que la rodeaban, pero se fue dando cuenta que sus conocidos también comenzaban a tener una inclinación por las propuestas de Trump.

En Texas aún no tiene muchos amigos, pero en New Jersey cuenta que todos votaron por el republicano -salvadoreños, colombianos, lituanos: “Hasta la gente que no tiene papeles le iba a Trump”.

Aguirre no olvida cuando a su hijo se le rompió la nariz y no lo llevó al hospital por miedo a ser deportada o enfrentar el pago de una factura médica sin póliza de seguro. No le queda duda, se ha ganado su lugar en Estados Unidos y a su manera adopta la doctrina Monroe, “América para los americanos”.

–¿Le indignan las declaraciones xenófobas que ha dado Trump a lo largo de los años?

–Claro, no soy de piedra. Otra opción hubiera habido, pero no la hubo. Yo prefiero que me diga la verdad, así como viene, sobre las mentiras de los demócratas, abren la frontera, pero ¿dónde están todos esos niños?

Se refiere a los 32 mil menores migrantes con los que el Gobierno de Estados Unidos admitió haber perdido contacto entre 2019 y 2023.

Hay otra inconformidad que Aguirre guarda contra la exaspirante presidencial del Partido Demócrata, su visión para legislar políticas transgénero:

“¿Sabías que en las escuelas quieren enseñarle a los niños que pueden ser niñas y a las niñas que pueden ser niños? Por mi casa me enteré de que detuvieron a una persona por exceso de velocidad, el policía le pidió su ID y el hombre no la quiso entregar, dijo que tenía un implante, que se identificaba como gato. ¿A dónde vamos a llegar?”

Votar desde el privilegio

Cristina Quintanilla es hija de inmigrantes, su madre es de Nicaragua y su padre es salvadoreño. Ella nació en Maryland y tiene la nacionalidad estadunidense. Creció en Honduras y no regresó al otro lado hasta que una oportunidad laboral la llevó a residir en Florida desde 2013, trabajando para la tercera compañía mundial en el transporte de contenedores.

En las elecciones pasadas votó por Kamala Harris. Está segura de su decisión y se describe a sí misma como una mujer politizada que, aunque no lo comparte, entiende por qué ganó Trump. En particular, comprende que su popularidad haya incrementado entre los latinos: “Dice que va a cerrar la frontera para que todos los recursos vayan a los que ya entraron (...) no se le cierra la puerta por la que entramos a la gente que viene atrás”. (Byte para guion: Discurso Michelle Obama con esa frase)

Ella piensa que fue un acto de desesperación por la situación económica y el aumento de precios: “Siento que soy privilegiada, el privilegio te da la oportunidad de pensar, cuando esta gente que está superafectada por la economía, está trabajando tres, cuatro trabajos, ¿qué cabeza tienen para ponerle prioridad al aborto, al racismo? Entonces, entiendo que pensar en estas cosas sociales es un privilegio (...) estadísticamente, la gente graduada de universidad vota en mucho mayor porcentaje demócrata, que la gente que no está graduada de la universidad”.

Ahora que Trump volvió a ganar la presidencia, se siente alarmada por ciertas declaraciones que realizó durante su campaña, como su intención de involucrar a la Guardia Nacional y otras fuerzas militares para asistir las deportaciones.

También menciona su advertencia de crear el programa de deportación más grande en la historia de Estados Unidos: “Que empiece a sacar gente que lleva mucho tiempo aquí, que ya hizo su vida y no se han podido legalizar, que empiecen a separar familias, pienso mucho en los dreamers, aquí nacieron”.

A pesar de que es firme en su voto al Partido Demócrata, Quintanilla no deja de ser crítica con el desempeño de Joe Biden en temas migratorios: “Malo, claramente no se controló y claramente hay detenidos en la frontera que están en situaciones que no son humanas, mala porque el problema aún está, pero al mismo tiempo no sé cuál es la solución”.

En su opinión, la parte del discurso republicano que influyó en la decisión del voto latino, se sentó en cuestiones económicas: “Lo que él les canta es que están ahogados porque los demócratas manejaron mal la economía, porque los demócratas están dejando que entre mucha gente ilegal y por eso no hay trabajo y por eso hay violencia”.

Militarización en el voto latino

La teoría de Cristina Quintanilla sobre la influencia del privilegio en el voto que ejercieron los americanos no necesariamente es una regla. Alan Gómez votó por Donald Trump y contesta la llamada sentado en el interior del Tesla que maneja por las calles de Nueva York.

Nació en México y sus padres lo llevaron a la ciudad de los rascacielos antes de que aprendiera a hablar, eso explica su español con acento gringo.

Tiene 26 años y se dedica al negocio de los bienes raíces. Antes estuvo enlistado en el ejército, esa experiencia fue determinante en la decisión de su voto el pasado 5 de noviembre:

“Cuando vino Trump otra vez ni lo tuve que pensar, yo iba a votar por Trump (...) cuando yo estuve en el militar Trump nos ayudó mucho, nos pagaba extra, el militar era muy fuerte, como un militar debe de ser, nos entrenaban bien, nos cuidaban muy bien, la economía iba muy bien también”.

Su postura tampoco es tolerante con el discurso progresista de Kamala Harris: “Cuando Biden y Kamala estuvieron en la Casa Blanca, el militar cambió mucho, no nos entrenaban como antes (...) nos empezaron a entrenar mucho en el racismo, en los transgéneros y todo eso, cosas que la verdad no nos debieron haber importado, porque nuestra misión es entrenar para ir a la guerra”.

Gómez menciona lo anterior y al mismo tiempo confía en que Trump no buscará la guerra: “Mucha gente que yo conocía militar se fue a la guerra, se fue a otros países para pelear porque la administración de Biden y Kamala no era como Trump”.

Es claro que su postura política está inclinada hacia la capacidad de Estados Unidos para enfrentar una guerra, por eso considera importante pensar con la cabeza y no con los sentimientos: “Si la guerra viene no va a ser una guerra como antes, los tiempos han pasado, si una guerra viene va a ser química, un diferente tipo de guerra, no va a ser como antes de las botas en el piso”.

Es cierto que la administración de Biden se dio en un contexto de conflictos bélicos y tensiones internacionales en las que tomó un papel activo, pero también es cierto que Trump ha remarcado sus intenciones de militarizar la frontera, además, ha estrechado lazos con personalidades como el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien lidera la ofensiva militar contra Palestina, la cual igualmente contó con apoyo de Estados Unidos durante la pasada administración demócrata.

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