Diálogo Nacional de la Paz

Crean red nacional de paz y presentan 14 acciones para la pacificación de México

Más de mil personas reunidas en el Diálogo Nacional de la Paz escucharon el diagnóstico obtenido tras 10 meses de trabajo, en los cuales se realizaron 50 foros y más de mil conversatorios, con la participación de 18 mil mexicanos.
sábado, 23 de septiembre de 2023 · 20:20

PUEBLA, Pue. (proceso.com.mx).- Organizaciones católicas, civiles, empresarios, académicos y autoridades municipales iniciaron aquí la conformación de la Red Nacional de Paz la cual propone una agenda de 14 acciones a seguir para construir la pacificación de México, lo cual parte de reconocer que la violencia que vive en el país se ha vuelto “intolerable” y que las autoridades se encuentran rebasadas por la criminalidad.

Luego de tres días de trabajos en la Universidad Iberoamericana Puebla, Ramón Castro, secretario de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), fue el encargado de dar a conocer el Acuerdo Ciudadano por la Paz en México.

“Estamos convencidos de que es posible construir la paz, que podemos vencer las dinámicas de violencia y de destrucción del tejido social a sabiendas que no hay soluciones fáciles”, señala el documento que leyó el clérigo. “En México hay suficiente energía, generosidad e inteligencia para transformar nuestra realidad y superar esta oscura etapa que ya nos ha hecho suficiente daño a todos”.

“La paz es un trabajo en conjunto de distintos niveles y de todos los sectores sociales, implica la suma de voluntades, coordinación de esfuerzos y la generosidad de todos para vencer el miedo ante la indolencia e ineficacia de las autoridades que no se han ocupado de su principal tarea de procurar unidad, justicia y paz.”

El Diálogo Nacional de la Paz congregó aquí a más de mil personas que escucharon el diagnóstico obtenido tras 10 meses de trabajo en los cuales se realizaron 50 foros y más de mil conversatorios en los que participaron 18 mil mexicanos. Además, analizaron las causas de la violencia, así como las “buenas prácticas” que han dado resultados en distintos municipios para abatir la inseguridad y recomponer el tejido social.  

Castro explicó que la agenda final, con acciones concretas y de mayor profundidad, será dada a conocer el próximo miércoles, cuando se incorporen los resultados del diálogo llevado a cabo en estos días y que propone como principal acuerdo generar una alianza ciudadana “amplia e incluyente” que será la Red Nacional de Paz.

Acciones propuestas

Jorge Atilano, de Jesuitas de México, fue el encargado de leer las 14 acciones que propone esta Red que parte de vislumbrar que es posible lograr la paz en el país, aunque se reconoce que no será de forma inmediata.

  1. Impulsar la empatía y la solidaridad con las víctimas de la violencia
  2. Generar espacios de diálogo interinstitucional y la mediación para la resolución positiva de la conflictividad
  3. Promover procesos de sanación familiar y comunitaria para atender las secuelas de la violencia
  4. Promover en las escuelas una educación para la paz que ayude a una mejor convivencia social
  5. Recuperar el espacio público como lugar de encuentro y la organización comunitaria para resolver las necesidades colectivas
  6. Promover acuerdos laborales que mejoren las condiciones de trabajo y de vida
  7. Impulsar comunidades comprometidas con el cuidado y la corresponsabilidad
  8. Fortalecer la cultura de la hospitalidad con los migrantes, refugiados y desplazados
  9. Impulsar programas de prevención y atención de las adicciones
  10. Realizar acciones de cuidado del medio ambiente
  11. Promover la participación ciudadana en el diseño y la implementación de las políticas de seguridad
  12. Fortalecer los procedimientos de justicia restaurativa y mecanismos alternativos de solución de conflictos
  13. Reconocer, dignificar y recuperar el liderazgo de las policías municipales y comunitarias
  14. Convocar a expertos al rediseño del sistema de seguridad, justicia y de cárceles en México

Atilano explicó la agenda se promoverá en tres ámbitos: en lo local, con colectivos, iglesias y vecinos organizados; en lo estatal con la sociedad organizada, empresarios, academia y con candidatos a cargos como presidentes municipales, diputados, senadores o gobernadores y en lo nacional con los candidatos a la presidencia de la república y con las secretarías federales, entre otros. 

Indicó los temas prioritarios de la Red serán la comunidad, la seguridad ciudadana y las cárceles, que no promoverá partidos y que buscará articular a las organizaciones y actores que ya trabajan sobre este tema en los estados.

“Partimos de reconocer que la violencia que vivimos desde hace tiempo se ha vuelto intolerable, del dolor de las víctimas que nos convocan a sumarnos a detener la escalada de violencia y comprometernos con la construcción de paz”, subrayó.

561 mil víctimas

Como parte del diagnóstico llevado a cabo en foros y conversatorios, la antropóloga e investigadora, Elena Azaola Garrido, recordó que en los últimos 15 años el país ha estado marcado por la violencia, derivado de lo cual 450 mil personas han sido asesinadas o masacradas y 111 mil han desaparecido.

“Si quisiéramos guardar un sólo minuto de silencio por cada uno de ellos y ellas tendríamos que estar callados por 389 días”, resumió.  

“Hay padres, madres, hijos, hijas, hermanos, hermanas, esposas o esposos, estaríamos hablando más o menos de 5 millones de personas que traen el alma hecha pedazos, que apenas sobreviven en medio de tanto dolor, coraje e impotencia.”

También se presentó el Reporte de incidencia de la violencia contra ministros, religiosos y laicos de la iglesia católica en México, que señala que entre 2007 y 2022, 51 sacerdotes fueron asesinados en México, lo que coloca al país como el más peligroso de América Latina para ejercer el sacerdocio.

El sacerdote Jorge Atilano dijo que en el recorrido que hicieron por el país pudieron confirmar que hay territorios dominados por las economías criminales desde Chiapas hasta la Sierra Taraumara, donde la delincuencia controla tianguis, bosques, mineras, tortillerías, policías, fiscalías u oficinas de migrantes. 

“Son alianzas entre gente que quiere hacer negocios, políticos que se prestan para estos negocios y grupos delictivos”, explicó, “ven en el uso de la violencia un aliado para instalar una nueva empresa, sea el aguacate, el limón o la industria extractiva”.

Ambos señalaron que las fuerzas armadas no están dando resultados para desmontar estas células delictivas y para transformar las condiciones que les facilitan operar, y sólo se detiene a cabecillas para “efectos mediáticos”, lo que sólo genera más grupos delictivos y la saturación de cárceles.

En tanto, indicaron que el eslabón fundamental para la seguridad que es la policía municipal está debilitado, hay un sistema de justicia colapsado y el colocar al Ejército y a la Guardia Nacional para ejercer funciones de policía “no ha dado resultados”, como tampoco el incrementar las penas para los delitos.

Seguridad, desde abajo

Azaola sostuvo que lo que sí funciona es construir la seguridad desde abajo hacia arriba en las comunidades.

Jorge Trasloheros Hernández, académico del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, consideró que en el gobierno de Andrés López Obrador el Estado ha claudicado ante el crimen organizado a través de su consigna de “abrazos no balazos”.

Coincidió en que, ante este escenario, la sociedad no debe renunciar y alguien debe tomar la iniciativa, como en este caso la Iglesia católica, que es "una institución con convocatoria, que tiene presencia en todo el territorio nacional".

En los foros y conversatorios se identificaron 298 “buenas prácticas” que han dado resultados en distintos municipios del país. Entre ellas se presentaron las rondas comunitarias de Cherán y el municipio de Tancítaro, ambos en Michoacán, donde los habitantes se organizaron para sacar y mantener fuera de sus territorios a los grupos delincuenciales y abatir la inseguridad y violencia.

Otros casos fueron las policías municipales de Saltillo, Coahuila; San Nicolás de los Garza y Escobedo, Nuevo León y Nezahualcóyotl, Estado de México, que han logrado trabajar en conjunto con la ciudadanía para reducir la criminalidad y mejorar su capacidad de respuesta.

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