CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En conmemoración del 50 aniversario del Golpe de Estado en Chile, los senadores María Isabel Allende Bussi y José Miguel Insulza Salinas, fueron nombrados “visitantes distinguidos” y recibieron las llaves de la Ciudad de México (CDMX) de manos del jefe de Gobierno, Martí Batres. 

En la ceremonia de nombramiento realizada desde un patio del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, el mandatario local destacó que la relación política entre México y Chile se encuentra en un “momento excepcional”.

Y anunció que para sumarse a la conmemoración del Golpe de Estado ocurrido el 11 de septiembre de 1973, las autoridades capitalinas realizarán un “amplio ciclo de actividades culturales, académicas y políticas” durante septiembre y octubre.

Batres Guadarrama reconoció el trabajo del expresidente chileno Salvador Allende, a quien calificó como un “revolucionario pacifista, un líder transformador y antiimperialista como un enorme anclaje popular”.

Tras destacar las aportaciones en materia política y de ciencias sociales realizadas por Isabel Allende Bussi y a José Miguel Insulza, les entregó la llave de la CDMX y los nombró visitantes distinguidos.

Memorias de Chile 

En el acto, Isabel Allende Bussi, senadora del Partido Socialista de Chile e hija del expresidente Salvador Allende, relató que con el golpe “civil militar” encabezado por Augusto Pinochet, inició una serie de violaciones a los derechos humanos:

“Tuvimos lamentablemente que experimentar la desaparición forzada, las torturas, las detenciones, la cesantía, los exonerados, los relegados, las personas que se les privó de la libertad, la militarización de las universidades, la persecución del pensamiento, de la cultura, las artes”. 

Agradeció a las autoridades mexicanas, en especial al entonces embajador de México en Chile, Gonzalo Martínez Corbalá, por recibir a la familia Allende y otros 800 refugiados tras su exilio de dicho país.

La funcionaria aprovechó para hacer un homenaje al expresidente del Partido Comunista Guillermo Teillier, quien falleció ayer a los 79 años. 

 En tanto, José Miguel Insulza Salinas, senador del Partido Socialista de Chile, resaltó: “Ninguna otra parte del mundo se solidarizó con Chile como se ha solidarizado México y eso queremos reconocerlo”.

También, enfatizó los logros en su país realizados por el expresidente revolucionario antes de la dictadura, entre los cuales destacó la nacionalización del cobre, la reforma agraria y agregó que aspiraba a construir en Chile la “primera sociedad socialista por vía democrática” en el mundo: “Ese fue y sigue siendo su pecado, no nos equivoquemos en eso”.

La ceremonia terminó con la voz de la cantante Eugenia León, quien en compañía de una guitarra solemne entonó “Gracias a la vida” de la artista chilena Violeta Parra. 

Conmemoración del Golpe de Estado en Chile

En la ceremonia, Beatriz Sánchez, embajadora de Chile en México, adelantó que en coordinación con la secretaría de Cultura, Claudia Curiel, y de Martí Batres, realizarán una exposición en el Museo de la Fotografía sobre la vida del cantante Víctor Jara, al igual que un concierto con música de piano. 

También habrá una exposición para mostrar archivos fotográficos sobre las visitas de Salvador Allende a México, así como una exhibición en el Paseo de las Culturas Amigas y anunció: “Vamos a hacer de la Ciudad de México una ciudad hermanada en la conmemoración de los 50 años”.

De acuerdo con la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el 11 de septiembre de 1973, Augusto Pinochet Ugarte, comandante del ejército, en colaboración con la clase empresarial, y con la organización y financiamiento de la embajada de Estados Unidos en Chile, se levantó en contra del gobierno de Salvador Allende, quien murió en las primera horas del enfrentamiento.

Las primeras medidas de los golpistas fue establecer el estado de sitio, el toque de queda, la censura a los medios, la disolución del Congreso, la prohibición de los partidos políticos y la prohibición de cualquier manifestación contra el gobierno militar.

La dictadura establecida por Pinochet terminó en 1990 con la llegada del presidente  Patricio Aylwin.