MADRID.– El expresidente de México Felipe Calderón Hinojosa evadió una vez más la responsabilidad política por haber nombrado a Genaro García Luna como su secretario de Seguridad Pública. 

De acuerdo con la justicia estadunidense, de 2006 a 2012 el jefe policial, a la par que encabezaba la guerra contra el narco, estaba ligado con el Cártel de Sinaloa. Genaro García Luna fue capturado el 9 de diciembre de 2019 en Dallas, Texas, y declarado culpable en febrero último, en espera de que en las siguientes semanas reciba sentencia, que podría ser de 10 años de cárcel a cadena perpetua. 

En la capital española, en entrevista con Proceso, Calderón Hinojosa explicó que, cuando nombró a García Luna, no había información que lo inculpara en presuntas actividades ilícitas, a la luz de los informes que recibió de las agencias de seguridad mexicanas y estadunidenses.

–¿Previo a que el juez Brian Cogan dicte sentencia contra Genaro García Luna –lo cual podría ocurrir el 27 de septiembre próximo–, usted asume la responsabilidad política por haberlo nombrado en su gobierno? 

–Soy un hombre de leyes y creí… bueno, no creo –rectificó–, es un hecho que mi gobierno es el que más ha combatido a la delincuencia, al narcotráfico, y que no fue tarea de una persona, sino de un equipo; un equipo que cumplió gran parte de su encomienda dadas las condiciones que se vivían en México.

La declaración del exmandatario va en similar sentido a lo que expresó en marzo pasado, cuando externó sus dudas sobre las pruebas que el jurado estadunidense tomó en cuenta para declarar culpable a su exmano derecha, pues la acusación se basó, dijo, en testimonios de criminales que su gobierno detuvo y extraditó a territorio norteamericano.

“No hubo ninguna evidencia de tipo material, e incluso los testimonios se generan después de mi propio gobierno, que refrenda que se tomaron todas las diligencias”, dijo.

Al término de su participación en el XVI Foro Atlántico “Iberoamérica: Democracia y libertad”, que encabezó el premio Nobel Mario Vargas Llosa en el madrileño hotel Wellington, Calderón fue cuestionado sobre su responsabilidad política al nombrar a García Luna en primera línea de su política estrella, el combate al crimen organizado, la conocida guerra contra el narcotráfico.

El exmandatario se mantiene en el argumento de que no había señales de la corrupción de su jefe policial: “En el nombramiento de todo el gabinete, incluido el de Genaro García Luna, se tomaron todas las medidas de debida diligencias, incluido los cuestionamientos de toda la información disponible en las agencias mexicanas y en las agencias norteamericanas”.

“Incluso (García Luna) fue incorporado al gobierno muchos años atrás, desde el Cisen, luego desempeñando un cargo muy relevante en la administración del presidente Fox, y a quien (García Luna) yo conocí precisamente en ese contexto una vez que fui presidente electo y con las referencias que menciono”.

Durante el sexenio del también panista Vicente Fox, Genaro García Luna fue titular de la entonces Agencia Federal de Investigación.

Calderón aclaró que el caso García Luna “no debe demeritar la labor que hizo mucha gente, militares, soldados, marinos, policías que se entregaron con enorme riesgo y con su propia vida al servicio de los mexicanos, se hizo la mayor captura y extradición de delincuentes que (se) ha tenido en México”.

Los dichos en EU

Entre los 27 testigos que subieron al estrado de la Corte Federal en Brooklyn, Nueva York, los fiscales presentaron a narcotraficantes que dijeron haber pagado directamente o haber sido testigos de los sobornos que recibió Genaro García Luna para favorecer las actividades del Cártel de Sinaloa.

Entre los testimonios tomados en cuenta estuvieron los de Reynaldo el Rey Zambada, hermano de Ismael el Mayo Zambada; Sergio Villarreal, el Grande; Óscar Nava Valencia, el Lobo, y el exfiscal de Nayarit Édgar Veytia, el Diablo.

Veytia declaró que fue el exgobernador Ney González quien le anunció que “acababa de llegar de una reunión muy importante en la Ciudad de México con Felipe Calderón y con Genaro García Luna, donde nos dijeron que la línea era (proteger a) el Chapo”.

Felipe Calderón negó que en aquel momento hubiera dado tales órdenes durante su gobierno. “Nunca pacté con criminales”, escribió en sus redes sociales.

Al margen del juicio están ampliamente documentados los casos del general Tomás Ángeles Dauahare y del comisario Javier Herrera Valles, quienes, por separado, sufrieron una atroz persecución del gobierno de Calderón tras haberle enviado información sobre la corrupción de García Luna y su implicación con el crimen organizado.