CHIHUAHUA  (apro).- La experiencia del rescate de Ovidio Guzmán, conocida como el Culiacanazo de octubre de 2019 y otros enfrentamientos de fuerzas armadas con el crimen organizado, han servido para que elementos de la Guardia Nacional reciban adiestramiento en instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para perfeccionar sus operativos en materia de seguridad pública.

Como parte de este adiestramiento, un total de mil 200 elementos de la GN y 500 más de Sedena realizaron un simulacro de escenarios parecidos a los que sus compañeros han enfrentado en campo, tales como intervenciones para salvaguardar la seguridad interior y captura de líderes de la delincuencia.

“En varias partes de la República, donde los niveles de violencia son altos, se han presentado muchos lados y de allí podemos tener el ejemplo de estas situaciones”, explicó el General de Brigada de Estado Mayor, general Isaac Bravo, comandante del Centro Nacional de Adiestramiento de la Sedena, quien supervisó y evaluó a los elementos que participaron en el simulacro realizado este miércoles en el Campo Militar 42 A Santa Gertrudis, Chihuahua.

Desde su creación, en el año 2019, la GN ha recibido apoyo por parte de Sedena, pero en el año 2022 fue incorporada a la institución castrense, por lo que sus integrantes reciben entrenamiento militar.

Esta incorporación continúa vigente hoy en día, pues la Suprema Corte ordenó que la separación de la GN de la Sedena, y su reincorporación a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, deberá concluir a más tardar el próximo 31 de diciembre.

Por lo que los oficiales que van a dirigir en un futuro la GN, ya desincorporada de la Sedena, se formaron en el Colegio Militar, donde se graduaron con licenciatura en Seguridad Nacional.

Operativos y escenarios

Los escenarios estaban listos en un set construido por la propia Sedena para simular un poblado real del noreste del país.

Sus participantes, quienes con este ejercicio concluyeron el curso que inició el pasado 25 de mayo, se dividieron en tres bandos: las fuerzas de seguridad, los integrantes de la delincuencia organizada y pobladores.

La mayoría de los supuestos pobladores trabajan en las caballerizas y el criadero de ganado que hay en la base militar que tiene 60 mil 538.583 hectáreas de extensión, quienes se dieron a la tarea de representar la vida cotidiana de cualquier población.

Con parejas paseando en el centro; gente comprando en el mercado; un algodonero; un vendedor de paletas y helados; jóvenes jugando basquetbol en un extremo del pueblo y otros más jugando futbol.

El primer simulacro fue el de un ataque a un cuartel militar a unos metros de donde inicia el “pueblo”, de acuerdo con Bravo este tipo de actos forman parte de las agresiones que han sufrido no sólo los elementos de la Sedena, sino también de la Guardia Nacional que este sexenio suman 1,153 y 581, respectivamente y que han dejado 64 castrenses y 57 integrantes de la Guardia fallecidos.

“Los ataques a cuarteles se han dado en varios lugares y afortunadamente tenemos planes de defensa y de acción, mismos que se están implementando en la Guardia Nacional para que tengamos los mismos procedimientos”, detalló el mando militar.

Posteriormente y con el uso de armas y balas reales y la participación de patrullas y helicópteros de la GN, los participantes simularon un operativo de engaño para distraer a la delincuencia organizada para detener al integrante de mayor peligrosidad.

En este escenario, los guardias representaron un enfrentamiento con integrantes de la delincuencia organizada en el que también fueron utilizados vehículos con blindaje artesanal que han sido asegurados a los cárteles de la droga y que ahora sirven para entrenar a las Fuerzas Armadas.

“Ellos tienen un sistema de información interno, como el halconeo que involucra a gente que es adepta a ellos, que trabaja para la delincuencia o que están bajo amenaza, por eso, nosotros tenemos que tomar en cuenta que nosotros somos observados a distancia todo el tiempo”, relató Bravo mientras los educandos simulaban la captura de un delincuente.

Luego llegó el momento de un intento de rescate de un delincuente en el que las bajas simuladas no sólo fueron del lado de los “malos” sino también de los elementos de la GN, por lo que intervino un helicóptero para prestar ayuda médica a sus compañeros.

Finalmente, tocó el turno de que elementos de la Sedena intervinieran en el simulacro.

El general Bravo explicó que esto ocurre cuando la delincuencia organizada rebasa a la seguridad pública local e incluso a la propia Guardia Nacional, cuya competencia es federal, por lo que no queda otra opción más que la intervención del Ejército para apoyar a la población y recuperar los territorios dominados por la delincuencia organizada.