Morena
En la víspera de que el TEPJF decida su futuro, Mario Delgado acusa: quieren desestabilizar a Morena
No es la primera vez que Mario Delgado desliza cierta resignación. La semana pasada ya había dicho que desestabilizar a Morena era imposible y que si el TEPJF lo ordenaba, acataría.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Mario Delgado vela armas. Está en la víspera de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) decidirá este miércoles su continuidad y la de su secretaria general, Citlalli Hernández, al frente de Morena y, para hacer frente a la que quizás sea su mayor batalla en el terreno legal, ya perfiló su alegato final:
Algunos magistrados quieren convertirse en activos opositores con máscara de jueces; es un plan de la oposición para desestabilizar a Morena y detener su avance electoral en la mayor parte del país.
Y es que, el proyecto de la magistrada Janine Otálora que se votará este miércoles, perfila invalidar la ampliación del período para el que la dirigencia fue electa (hasta agosto próximo) a partir de la substanciación del caso presentado por morenistas que integran la llamada Convención Nacional y cuyo rostro visible es el académico John Ackerman.
Ackerman, quien ha judicializado decenas de acuerdos tomados en el Congreso Nacional de Morena de septiembre pasado, argumenta que la ampliación de mandato es antiestatutaria, sostiene que no pretende socavar al partido y que el problema radica en la mala gestión del Congreso Nacional así como en la disfuncionalidad de los órganos internos de justicia partiaria. Y la magistrada electoral le está dando la razón en el primer asunto, que mañana se someterá al pleno del TEPJF, donde se tiene prevista una votación dividida de pronóstico reservado.
Pero Mario Delgado prefirió hoy, en conferencia de prensa, dirigir sus señalamientos a las oposiciones externas, es decir, a los partidos políticos que habrían fraguado un plan contra el partido que encabeza.
De los militantes promoventes consideró que están en su derecho y no quiso hablar de sanciones, aunque sí cuestionó: “el tema es ¿a quién le sirve esto? ¿a quién le favorece?”.
De las oposiciones:
“Les va a fallar (su plan), se van a equivocar otra vez, no van a desestabilizar al partido porque tenemos un movimiento institucionalizado fuerte y sólido, así como una militancia que nos apoya”, dijo.
Inclusive, expresó que si bien es cierto, dentro de Morena hay desacuerdos, se resuelven al interior. Y al interior, los respaldos abundan pues el domingo, 20 gobernadores emitieron un desplegado de apoyo a su dirigencia nacional y rechazaron el proyecto de Janine Otálora, mientras que la noche de este martes, todo el comité nacional, los comités estatales, el Consejo Nacional y los Consejos Estatales, emitieron un posicionamiento de condena anticipada al TEPJF en caso de que vote el dicho proyecto.
Delgado agradeció los respaldos.
En su análisis, el proyecto de la magistrada Otálora es un “golpe político” con la clara intención de desestabilizar a Morena rumbo a las elecciones de 2024.
En el menor de los casos, el dirigente nacional de Morena expuso que “hay un mal cálculo” de algunos magistrados y hasta se permitió hacer una distinción:
“Hay quienes pretenden convertirse en los nuevos Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, tienen una clara intencionalidad política en la forma en que están presentando su dictamen y en los tiempos, también, porque esto es un golpe político”.
Los tiempos a los que se refiere son el proceso interno de selección de candidato presidencial para la sucesión de 2024. Delgado había anunciado la realización de dos etapas, una primera encuesta en agosto y la segunda entre octubre y noviembre. Si el proyecto de la magistrada Otálora prospera, él tendría que dejar la dirigencia en agosto por lo que no conduciría los trabajos de la sucesión.
En eso cifra también la ampliación de su mandato. En sus propias palabras, la reflexión de los congresistas fue que no debían renovar la dirigencia en agosto porque se empalmaría con la selección de candidato. Luego, decidieron ampliarle el mandato un año, es decir, hasta que concluya el proceso electoral en agosto de 2024.
No es la primera vez que Mario Delgado desliza cierta resignación. La semana pasada ya había dicho que desestabilizar a Morena era imposible y que si el TEPJF lo ordenaba acataría. Hoy, ya de plano, admitió que conduciría un proceso interno sin sobresaltos y, a pregunta expresa, rechazó que con un proceso interno en agosto, se vaya a presentar a una reelección.