Golpe a Excélsior
Henry Kissinger el testigo desde las sombras del "Golpe a Excélsior"
El secretario de Estado murió a los 100 años, a la misma edad que el expresidente Luis Echeverría, a quien le aseguraría que trabajaría "poniendo énfasis en la acción anticomunista". A lo lejos, supo sobre los acontecimientos para expulsar a Julio Scherer García de la dirección del diario en 1976.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Mientras fue secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional, Henry Alfred Kissinger fue el maestro de la diplomacia, pero además fue el estratega tras las sombras que consumó la cobertura global y la intención de controlar la política exterior para los intereses de Estados Unidos, nada de lo que ocurría en el mundo le era ajeno. En 1976, cuando el gobierno de Luis Echeverría consumó el Golpe a Excélsior contra Julio Scherer García, el hombre de la "realpolitik" estuvo al tanto de cada paso sobre el episodio emblema de la libertad de expresión en México.
Como secretario de Estado, entre 1969 y 1977, fue el encargado de supervisar el servicio exterior de los Estados Unidos y la política de inmigración y casi cualquier amenaza que pusiera en riesgo el estilo de vida estadunidense. Fue el miembro de más alto rango del gabinete y ocupó el primer lugar en la línea de sucesión presidencial.
Kissinger se mostraba sonriente en público, pero en esencia mostró un desprecio por los derechos humanos, apoyó a las dictaduras latinoamericanas, orquestó campañas secretas sobre bombardeos, miró hacia otro lado siempre que salían a la luz abusos criminales de la administración de su amigo y jefe Richard Nixon, como el espionaje sistemático contra los principales asesores del mandatario. Debía saberlo todo, por ello no confiaba en nadie.
Pero al final su lado oscuro quedó documentado y registrado en los documentos de la diplomacia estadunidense, gran parte de ellos fueron publicados por Wikileaks en 2010, en un compendio de archivos titulados los Cables Kissinger. Del millón 707 mil 500 textos enviados a su despacho, 51 mil 642 hacen referencia a México. Uno de los tantos temas que documentó la diplomacia norteamericana fue la relación de Luis Echeverría con la prensa y la gestión de Julio Scherer García al frente del periódico Excélsior.
Aquel 8 de junio de 1976, el gobierno estadunidense sabría lo que ocurriría tras la expulsión de Scherer de la dirección del periódico; primero el embajador, luego el reporte se enviaba a la oficina de Kissinger quien finalmente decidía si era relevante la información para darle el informe al hombre que despachaba desde el Salón Oval.
El cable 1976MEXICO08849_b detalla lo que siempre supo el gobierno estadunidense sobre el boicot publicario y los ataques a la labor de Scherer en el diario.
"La Embajada se enteró en febrero de que por órdenes del presidente Echeverria, los principales ayudantes de seguridad del gobierno estaban tomando medidas de traer presión financiera y de otro tipo sobre el director general con intención de forzar su salida".
Días después de la expulsión, Washington fue informado que Scherer buscaba ir a Estados Unidos y dialogar con los medios sobre el ataque a la prensa, pero fue frenado gracias al espionaje que entonces realizó el gobierno al tener intervenido las comunicaciones del periodista. El episodio lo narraría Vicente Leñero en Los periodistas y después quedaría documentado parte de aquel encuentro en el cable 1976MEXICO09834_b.
-No vayas a Washington, Julio. Es traición a la patria.
-¿Cómo sabe que voy a ir a Washington, señor Presidente? Todavía no lo saben mis amigos.
Sonrió Echeverría:
-Ya lo ves, estoy muy bien informado.
El reportero Alan Riding adelantaría en la edición del 22 de agosto del New York Times, que Scherer García publicaría una nueva revista antes de que Echeverría dejara el poder.
"El ex editor del periódico mexicano Excélsior, quien fue derrocado el mes pasado con el aparente estímulo del gobierno, espera lanzar una revista semanal independiente antes de que el presidente Luis Echeverría Álvarez deje el cargo el 1 de diciembre. Julio Scherer García y sus colaboradores cercanos, quienes abandonaron el edificio Excélsior el 8 de julio después de un enfrentamiento casi violento con miembros de derecha de la cooperativa propietaria del periódico, también están planeando comenzar la publicación de un periódico liberal en algún momento del próximo año".
El 6 de noviembre de 1976 nacería Proceso.
De acuerdo con un telegrama confidencial enviado a Washington en marzo de 1969 por el entonces embajador Robert McBride, al conocerse la nominación del secretario de Gobernación como candidato presidencial del PRI, se esperaba una estrecha colaboración en función de los intereses estadunidenses.
"Me parece que podemos esperar una relación de trabajo extremadamente feliz con Echeverría", se lee en el documento.
El reporte de McBride fue contundente sobre el estilo personal que impondría el mexicano al llegar a la Presidencia y su intención de trabajar con Kissinger:
"Afirmó que cuando fuera electo presidente de México continuaría poniendo énfasis en la acción anticomunista, no sólo para proteger a México, sino para prevenir la infiltración desde México hacia Estados Unidos."
El funcionario se encontraría con Echeverría siendo candidato y luego mandatario y mantuvo siempre sus relaciones políticas con los gobiernos del PRI, que en 2014 durante la entrega del premio Ciudadano Global que otorga el Atlantic Council se detuvo a saludar y dialogar con Enrique Peña Nieto.
A los 100 años murió el más controvertido Nobel de la Paz, el hombre que cubrió las espaldas del presidente Nixon en el caso de espionaje del Watergate, el político que combatió con su diplomacia al socialismo. Hombre clave en el derrocamiento del gobierno socialista de Salvador Allende y el apoyo militar en la dictadura de Augusto Pinochet en Chile.
Heinz Alfred Kissinger nació el 27 de mayo de 1923 en Fürth, Alemania. Su familia, judía, huyó del nazismo cuando él todavía era adolescente. Reconfiguró la política estadunidense para contribuir a la consolidación de una brutal dictadura militar. Supervisó operaciones encubiertas y hasta ahora no se sabe si tuvo alguna participación más en el ataque a Scherer, pero siguió cada paso del boicot a Excélsior, la expulsión del director y sus colaboradores, así como la fundación de Proceso.
Cuestionado alguna vez sobre su labor con Nixon aseguraba: "seríamos héroes".