CIUDAD DE MÉXICO (apro).– El presidente Andrés Manuel López Obrador exhibió que desde hace más de dos años le pidió al gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez, remover al fiscal del estado, Carlos Zamarripa, porque la situación de violencia en su gestión no ha mejorado, pero el mandatario estatal decidió mantenerlo.

Durante el fin de semana Guanajuato concentró 25 del total de homicidios dolosos, pero el presidente relató que buscó darle solución a la violencia en la entidad.

“¿Cómo –con todo respeto a la soberanía del gobierno de Guanajuato, porque están de por medio las vidas de las personas– lo sostienen? Yo hablé con el gobernador, en corto, y ahora lo cuento porque van a ver lo que sucedió, le dije: ¿Por qué no lo acomodas en otro lado y pon una gente que resuelva el problema? Porque es grave. Me acuerdo porque fuimos a un pueblo juntos y caminamos los dos. En corto, y lo que le dije fue eso: Si le tienes confianza, es tu amigo, pero los resultados son muy malos, ¿por qué no lo cambias?”, expuso.

Enseguida detalló que al día siguiente Julio Scherer Ibarra, que en ese momento era consejero Jurídico del Ejecutivo Federal, le comentó: “‘Me habló el fiscal de Guanajuato para decirle que usted le había dicho al gobernador que lo más conveniente era que lo moviera y que no lo va a mover’.

La propuesta del mandatario federal fue moverlo, aunque no investigarlo “y no lo movió y no lo movió”, por lo que dijo que ahora “se tiene que buscar que las cosas cambien allá. El gobernador es una muy buena persona, en lo personal es una gente buena, no es un hombre perverso (…) como que hay un grupo ahí que domina, que tiene mucha fuerza”.

El presidente pidió que “ojalá y sirva esta reflexión. Que no se entienda, ¿no?, que es en contra del gobierno de Guanajuato, no, no, no, mi opinión es que Sinhue es una buena persona, pero Monsi decía: ‘Yo también soy buena persona –decía–, si mi vecino me pide azúcar, se la doy’, dice, pero eso no me da el derecho a gobernar o a ocuparme de otras tareas. No sólo es ser buena gente, es que la política es un oficio”.

Consideró que lo que aún sucede en Guanajuato “es muy triste, porque ahí, por estas componendas, se llegaron a arreglos con la delincuencia, con propósitos político-electorales, y se dejó crecer no sólo a las bandas, sino es uno de los estados en donde creció más el consumo de drogas; abrieron mercado y la mayoría de los homicidios tienen que ver con el narcomenudeo, y desde luego otros delitos. Pero muy mal la situación de inseguridad”.

En esa entidad es donde hay más cuarteles de la Guardia Nacional y más elementos del Ejército, por lo que, dijo, su gobierno no ha abandonado a Guanajuato, “ningún estado en cuanto a nuestra responsabilidad, pero sí es fundamental lo que hace el gobierno local”.