CIUDAD DE MÉXICO (apro).– La agencia calificadora Standard & Poor’s aseguró que pese a que las elecciones presidenciales están a dos años de distancia, las maniobras políticas ya han comenzado.

De entrada, aseguró la calificadora al ratificar las notas crediticias de México, el presidente López Obrador pretende cerrar su mandato inaugurando proyectos emblemáticos y manteniendo una economía estable.

“Esperamos que la administración de López Obrador continúe priorizando la estabilidad macroeconómica y financiera hasta el final de su mandato. Esto a pesar de una expectativa de crecimiento más moderada y una inflación más alta dados los desafíos de la economía estadunidense y mundial”, acotó.

Asimismo, la agencia no espera que se aprueben iniciativas políticas importantes entre la fecha actual y las elecciones, especialmente cualquiera que requiera negociación entre los partidos dado el ambiente preelectoral.

Recordó que el índice de aprobación del presidente de alrededor de 60% y el desempeño de Morena en las elecciones locales de junio (donde ganó cuatro de seis estados) subrayan la fortaleza y las expectativas de Morena de cara a las elecciones de 2024.

Entre tanto, agregó, parece que el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) irán en coalición y respaldarán a un solo candidato. Sin embargo, Movimiento Ciudadano (MC) planea presentarse con un candidato por su cuenta, queriendo permanecer aislado de la clase política conformada por PAN, PRI y PRD.

S&P aseguró que la mayor centralización de la toma de decisiones y las señales políticas mixtas bajo el gobierno actual han reducido la independencia de varias dependencias, esencialmente dentro del Poder Ejecutivo.

“Sin embargo, seguimos viendo pesos y contrapesos importantes en todas las ramas del gobierno. Si bien el partido gobernante, Morena, tiene una mayoría simple en el Congreso, necesita el apoyo de los partidos de oposición para aprobar enmiendas constitucionales que requieren una mayoría de dos terceras partes. Esto limita el margen de maniobra para promover enmiendas constitucionales controvertidas”, agregó.