Nuevo León

Clara Luz Flores: la priista que ganó perdiendo con la 4T

Un año después de perder la gubernatura de Nuevo León con Morena, la expriista Clara Luz Flores Carrales fue rescatada por el presidente López Orbrador, quien la nombró titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
sábado, 25 de junio de 2022 · 08:28

MONTERREY, NL (proceso.com.mx).– En su regreso a la política, Clara Luz Flores Carrales fue nombrada el pasado 21 de junio titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), a través del cual dará seguimiento a las políticas públicas en la materia.

La expriista se había retirado de la escena partidista durante un año, luego de perder la gubernatura de Nuevo León, por Morena, en el 2021.

Fue un golpe severo para la nuevoleonesa, pues renunció en el 2020 a su larga militancia en el PRI para convertirse en la candidata morenista. La apuesta parecía segura para la abogada, pues desde antes de sacudirse 22 años de historia con el tricolor, ya había recibido la bendición del mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador para abanderar al Movimiento de Regeneración Nacional y convertirse en el 2021 la primera gobernadora de la entidad.

Flores corría un gran riesgo político, porque con el Revolucionario Institucional había sido tres veces alcaldesa del municipio de Escobedo, el coto político que desde hace dos décadas controla su marido, el renombrado tricolor Abel Guerra.

Ya como candidata hizo todo mal en la campaña, como si se hubiera propuesto sabotearse, y fracasó estrepitosamente en los comicios en los que inició como puntera. La mácula más reconocida en su trayectoria, por la que se fue a pique en su aspiración gubernamental, fue el del ocultamiento de su relación con Keith Raniere, líder de la secta NXIVM, sentenciado a cadena perpetua por abuso sexual. Negó haber tenido acercamientos con él, aunque luego tuvo que reconocer que sí lo conocía. El electorado la tachó de mentirosa.

Ahora, nombrada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, está de vuelta como titular del SESNSP, el órgano administrativo, desconcentrado de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, que tiene como propósito “ejecutar y dar seguimiento a los acuerdos del Consejo Nacional de Seguridad Pública, instancia superior de coordinación y de definición de las políticas públicas en materia de seguridad pública”.

“Por lo tanto es el órgano operativo, el eje de coordinación entre las instancias federales, estatales y municipales responsables de la función de salvaguardar la integridad de las personas, la seguridad ciudadana, así como de preservar el orden y la paz públicos”.

Se espera que, desde esta posición, Flores Carrales pueda hacer trabajo de contrapeso político al gobernador nuevoleonés de Movimiento Ciudadano, Samuel García Sepúlveda, que ha mantenido una intermitente política de beligerancia hacia López Obrador por temas relacionados, principalmente, con el federalismo y el trato fiscal del gobierno central a la entidad.

También representa su retorno a la arena política, con un cargo de alcance nacional que le dará sobrados reflectores.

Del PRI a la 4T

Reconocida en la localidad por su constante trayectoria en la política, Clara Luz Flores Carrales ha tenido un exitoso recorrido en el servicio público de Nuevo León, siempre con el impulso de su cónyuge.

Coahuilense de nacimiento, de 48 años de edad, es egresada de Ciencias Jurídicas de la Universidad Regiomontana y doctoranda en Derecho Administrativo por la Universidad de Zaragoza, España.

Hasta ahora, toda su trayectoria política la había desarrollado cobijada por el Partido Revolucionario Institucional. Ella y su marido han establecido un feudo de más de dos décadas en el municipio de Escobedo, donde han ocupado, juntos, periodos que suman 15 años, entre los cuáles han colocado a sus propios alfiles como sus sustitutos en la alcaldía.

El edil actual de Morena, Andrés Mijes, fue secretario del Ayuntamiento con Flores Carrales y pertenece al grupo político de Abel.

En el municipio metropolitano de Escobedo, donde su esposo había sido previamente dos veces alcalde, Flores fue asistente del director jurídico, directora jurídica y secretaria del Ayuntamiento.

Fue diputada local en el 2006 y en el 2010 contrajo nupcias con Abel Guerra Garza, que también había sido diputado local y dos veces federal.

En el 2012 Flores se estrenó como presidenta municipal, impulsada por el Grupo Escobedo. Repitió el puesto en el 2015, para reelegirse en el 2018. En esta última gestión fue presidenta de la Conferencia Nacional de Seguridad Pública Municipal.

Se le reconoce por su expertise en temas de seguridad pública. Cuando fue alcaldesa creó un nuevo cuerpo de policía de proximidad, conocido como Proxpol, que le ganó reconocimiento en todo el país. Sus prácticas sirvieron de base para la creación del Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica.

Al ser presentada como encargada del Secretariado Ejecutivo del SNSP, el Gobierno Federal presume: “Ha sido invitada en foros nacionales e internacionales como conferencista por sus logros y experiencias en la administración municipal”.

En febrero del 2020 renunció a 22 años de militancia tricolor, y se declaró alcaldesa sin partido. Por esos días ya había coqueteado con la idea de acercarse a la Cuarta Transformación, con el propósito de abanderar al partido en las elecciones para gobernador.

En diciembre de ese año participó en la encuesta interna de Morena y ganó, ante el reclamo de fundadores del partido y otros directivos, que consideraban injusto que les impusieran, desde afuera, a una candidata del odiado PRI, que no había hecho trabajo partidista. Acusaron al dirigente nacional Mario Delgado de imponerla por dedazo.

Al inicio del 2021, rumbo a los comicios del 6 de junio, la mayoría de las encuestas señalaban como puntera a Clara Luz, abanderada de la coalición Juntos haremos historia por Nuevo León (Morena, PT, Panal y PVEM), mientras el segundo lugar se lo disputaban el priista Adrián de la Garza y el panista Fernando Larrázabal. Samuel García, por desafortunados incidentes difundidos en redes, se había hundido en el cuarto sitio, prácticamente eliminado de la competencia.

Aunque se presentaba como la apuesta ganadora, Clara Luz fue perdiendo puntos en el camino a las urnas. Cuando inició la carrera, en la localidad le reprocharon que hiciera campaña sin referirse a Morena y desapegada por completo del presidente López Obrador. Sus anuncios panorámicos tenían su nombre con letras multicolores, no guindas.

Además, se abstenía de usar el chaleco de ese color característico de López Obrador y la Cuarta Transformación, lo que provocó más disgusto entre los morenistas, que la veían con recelo y le retiraron respaldo.

Las campañas iniciaron el 5 de marzo y para el 9 ya había cometido el primero de los errores que le costaron la competencia. Demandó a un comediante local, conocido como Marco Polo, que hacía parodias de Samuel García, presentándose como un político fresa y millonario.

En uno de esos sketches presentó a una pareja que obviamente representaban a Clara Luz y a su marido Abel, y en ella se mostraba que él le daba órdenes.

Flores Carrales presentó una denuncia por violencia política de género, ante el reproche de la comunidad política, artística e intelectual, que la tacharon de intolerante. El cómico tuvo que ofrecer una disculpa pública, lo que fue visto en el estado como un acto de censura y de ataque a la libertad de expresión de parte de la expriista.

En marzo estalló el escándalo por sus tratos con Keith Raniere, a quien dijo desconocer. El 24 de ese mes, el candidato De la Garza y Proceso publicaron, simultáneamente, un video en el que ella pide consejos al líder de la secta sexual. En la imagen se ve a Clara Luz obsequiosa ante el carismático líder que calmadamente le da consejos y la retroalimenta.

Por la noche, tuvo que publicar en redes un video para aclarar que, a diferencia de lo que había dicho días antes, sí había tomado un curso con él, pero lo hizo antes de que se supiera que seducía a menores, que tenía esclavas a su servicio y que hasta las marcaba con fuego en el vientre.

A partir de ahí su popularidad se desplomó y no volvió a colocarse como primer lugar en los sondeos de preferencia.

En tanto, la candidatura de Samuel García se catapultaba hacia el liderato.

Fue tanto el daño que provocó la publicación del video con Raniere, que la morenista tuvo que sacar otra videograbación en abril para reconocer que se había equivocado. “Cometí un error al haber dicho que no lo conocía, y pido perdón”, dijo a guisa de disculpa, pero el daño ya estaba hecho.

En la recta final de su campaña, cuando ya todo estaba perdido, en un movimiento desesperado para recuperar apoyos, cambió el giro de la propaganda, asociándose finalmente con López Obrador y ajustándose el chaleco guinda, pero fue inútil.

El día de la votación, los morenistas no le perdonaron que la campaña la manejaran su esposo Abel y los priistas que han colaborado siempre con él, y que la militancia fuera ninguneada.

Al final ganó Samuel García Sepúlveda, actual gobernador, con 36% de los sufragios. Clara Luz Flores se fue hasta el cuarto sitio, con 14%.

Ella se retiró de la vida pública y regresa ahora, cobijada por el presidente de la República, que le da una segunda oportunidad con el importante cargo federal del SESNSP.

Aún no se conoce quienes serán sus colaboradores, cuál será específicamente su función y cómo lleve la relación con Samuel García.

Pero es evidente que, con este nombramiento, que parece su revancha personal, se mete de nuevo a la baraja de candidatos en los años venideros por Nuevo León.

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