Violencia
Así fue el pleito en Twitter entre AMLO y Calderón por el asesinato de jesuitas
El presidente López Obrador y Felipe Calderón se enfrascaron en un intercambio de mensajes por el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en la Sierra Tarahumara.CIUDAD DE MÉXICO (apro).– El presidente Andrés Manuel López Obrador y el expresidente Felipe Calderón se enfrascaron en un intercambio de mensajes a partir de los hechos de violencia que, en la Sierra Tarahumara, cobraron la vida de dos jesuitas.
Todo inició con un tuit en el que Calderón compartió una nota sobre los hechos en la red social Twitter, en los siguientes términos:
“‘¿Tocamos ya fondo? ¿Se olvidará este hecho sin precedentes en días por venir? ¿Prevalecerá la indiferencia de las autoridades o la sonrisa cómica y sardónica de AMLO cuando se presentan las masacres?’ Ejecuciones de sacerdotes, frente a los ojos de Dios”.
"El colmo del cinismo"
El mensaje fue replicado este miércoles por el mandatario durante su conferencia mañanera al calificar “el colmo del cinismo” que Calderón culpa a su gobierno de la violencia.
El expresidente se explayó en torno a ese tuit que este miércoles, después de la conferencia matutina de Palacio Nacional, escribió:
“Están muy enojados con este tweet. Díganle al Pres. @lopezobrador_ que el texto no es mío, sino una cita de lo compartido. Para eso son las comillas. Asuman ya su responsabilidad como gobierno! Si no ¿para qué pidieron el voto, si no iban a resolver los problemas de la gente?”.
A lo largo de este miércoles, Calderón ha replicado mensaje de periodistas y actores ciudadanos que cuestionan la política de seguridad.
Luego, se refirió a Epigmenio Ibarra, el productor identificado con el lopezobradorismo:
“Ahora Pigmenio dice que el asesino ya había nacido cuando yo fui Presidente y con esa estupidez quieren culparme. Mejor pregúntele al criminal cuántas Narcoseries vió de ese mercenario que se enriquece idealizando a los narcos, evadiendo impuestos y sacando dinero de Bancomext”.
Luego, en otro mensaje consideró que “el no enfrentar a la delincuencia implica dejar a las comunidades abandonadas a su suerte, en manos de los criminales, sin la fuerza del Estado que las proteja”.