CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La participación del presidente Andrés Manuel López Obrador en la Cumbre de las Américas es incierta. El condicionamiento de invitar a los líderes de naciones que presuntamente no fueron invitadas o de lo contrario no asistiría se mantiene hasta hoy, aunque el anticipo informativo es que la decisión del mexicano se exponga en el transcurso de la semana.

Una invitación a España a participar, la expectativa de que Cuba sea país invitado, que corrió en días previos, y una serie de tensiones con otros líderes latinoamericanos que siguieron la postura de López Obrador, ha sido vista en Estados Unidos como un “boicot” y varios legisladores republicanos apuntan al debilitamiento del liderazgo estadunidense bajo la presidencia de Joe Biden.

Pero López Obrador reiteró hoy otra lectura: que Los Ángeles, ciudad donde se realizará la Cumbre a partir del 6 de junio, sea una “sede mundial sobre la importancia del diálogo y de la política… Y de hacer a un lado nuestras diferencias”.

La posición del presidente de México es que se invite a todas las naciones del continente, en el contexto de una previsible exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Para cortar de tajo interpretaciones, confió en que esta semana pueda informar si asistirá o no, evitando así especulaciones, conjeturas y filtraciones.

López Obrador confirmó hoy que no tiene conocimiento de una invitación formal a la Cumbre, sin embargo, advirtió que podría haber llegado a la cancillería o la Oficina de la Presidencia. En cualquier caso, aseguró, no ha revisado su correspondencia.

Luego concluyó:

“Pero ese no es el tema. Lo que buscamos es que sea la Cumbre del diálogo y de la hermandad, que Los Ángeles se convierta en sede mundial del diálogo y la fraternidad”.