TOLUCA, Edomex. (apro).- Un grupo de ejidatarios opuesto al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) e identificado por éste como afín al Partido Revolucionario Institucional (PRI), tomó la presidencia municipal de San Salvador Atenco para exigir que el presidente Andrés Manuel López Obrador revierta el decreto que regresa al exvaso de Texcoco la calidad de Área Natural Protegida (ANP).

Los inconformes impidieron, el pasado 10 de abril, la operación de 8 casillas para la consulta de revocación de mandato. El día de ayer, bloquearon la autopista “Peñón–Ecatepec”, se enfrentaron con trabajadores de la empresa PINFRA, tomaron la presidencia municipal y soldaron sus puertas.

El FPDT se deslindó de estas acciones, denunció agresiones por parte de los manifestantes y acusó que su oposición a la declaratoria de ANP tiene su origen en el hecho de que frenará la especulación de la tierra.

"El día de ayer se volvió a desatar la desesperación y enojo de priistas harto conocidos en nuestras comunidades y algunas personas que siguen gozando de su título como ejidatarios, pero que encontraron en la tierra un negocio para especular, fraccionarla y sacarle todo el provecho posible ante intereses inmobiliarios que pululan en la región decididos a continuar la bestial urbanización a costa de seguir profundizando la crisis que ya padecemos con el desabasto del agua y el abandono a las actividades agrícolas", señaló la organización que durante el sexenio de Vicente Fox frenó la construcción del aeropuerto en Texcoco.

También acusó que la especulación de la tierra en la región fue encabezada y promovida por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). "El PRI y sus operadores locales corrompieron a la mayoría de posesionarios para que vendieran su pedazo de tierra en favor del polígono aeroportuario y otros negocios que se les vinieron abajo en cuanto se derrotó por segunda vez el aeropuerto de muerte", expuso el Frente.

Los integrantes del FPDT negaron las versiones en el sentido de que la declaratoria de ANP implique la expropiación de las tierras, el impedimento de uso agrícola o para la construcción de vivienda propia en la zona, como los opositores aseguran en busca de simpatías.

También apelaron a la memoria ejidal y la conciencia ambiental actual y de las futuras generaciones para no oponerse al cambio y exigieron al gobierno federal poner atención en el conflicto para evitar que escale.