CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– Cerca de una hora después de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) diera a conocer el fallecimiento de la fundadora del Comité ¡Eureka!, Rosario Ibarra de Piedra, el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó en su cuenta de Twitter un escueto mensaje.

“Mala noticia: murió doña Rosario Ibarra de Piedra, quien nos recordará siempre el más profundo amor a los hijos y la solidaridad con quienes sufren por la desaparición de sus seres queridos. Ese era su verdadero partido aun cuando admiraba a Giordano Bruno.”

En otro tuit escribió: “A nosotros nos apoyó en todo momento y nunca olvidaré que mi madre votó por ella para presidenta de la República. Abrazo a sus hijos y a sus muchísimos seguidores y amigos”,

El mandatario omitió mencionar el encargo que le confirió Rosario Ibarra de Piedra en 2019, cuando el Senado le entregó la medalla Belisario Domínguez, tras casi medio siglo de tratar, sin éxito, de localizar a su hijo, uno de los cientos de desaparecidos durante la Guerra Sucia.

La medalla fue entregada a María del Rosario Piedra Ibarra, quien representó a su madre durante la sesión solemne en la antigua sede del Senado de la República.

En una carta enviada, a la cual su hija dio lectura, Doña Rosario dejó la presea en manos del presidente Andrés Manuel López Obrador, a condición de que se la devuelva con la verdad sobre el paradero de las víctimas de desaparición forzada, lo cual, hasta el día de su muerte, este 16 de abril de 2022, no sucedió.

“No quiero que mi lucha quede inconclusa. Es por eso que dejo en tus manos la custodia de tan preciado reconocimiento y te pido que me la devuelvas, junto con la verdad, sobre el paradero de nuestros y añorados hijos y familiares y con la certeza de que la justicia negada por fin nos ha cubierto con su velo protector”, le mandó a decir con su hija Rosario Piedra a López Obrador, recordó la serie Confidencial. Los expedientes de la guerra sucia, elaborada en conjunto por la revista Proceso y TV UNAM.