CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).–Ni había empezado la marcha convocada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y las calles por la que caminaría el mandatario estaban ya llenas de militantes de Morena, sindicalistas e integrantes de organizaciones sindicales o territoriales que habían llegado a temprana hora de todo el país.

Todo el tramo del Ángel de la Independencia al Zócalo se tapizó de cartulinas y banderas -de Morena y de México- mientras resonaban consignas a favor del mandatario, lanzadas por miles de personas que caminaban hacia el punto de partida de la marcha o esperaban en grupos multitudinarios al contingente.

"¡No vengo por frutsis, vengo por mis huevos!", gritaban los integrantes de un grupo de apoyo a una candidata mexiquense de Morrna, reunido detrás de una manta con la leyenda "YoConAMLO". En frentre pasaba otro grupo que agitaba una enorme bandera de Morena, al grito  de "no somos acarreados, somos ciudadanos".

De hecho, muchas de las consignas que se oían antes de la marcha hacían referencia al acarreo de personas de todo el país para asistir a la marcha con recursos del Estado, una de las principales críticas de la oposición a la marcha. 

Desde la madrugada, los principales ejes viales de la capital se convirtieron en rutas de paso para las caravanas de camiones de turismo que llegaban de distintas partes del país y de las periferias de la ciudad, atiborrados con simpatizantes del presidente.

Los autobuses convergieron hacia el Ángel de la Independencia, donde sus ocupantes salieron y esperaron varias horas que iniciara la marcha, acompañados con música de banda y vendedores de comida caliente. Otros se dirigieron hacia el centro de la ciudad. 

Cuando arrancó la marcha, todas las calles aledañas al recorrido estaban llenas de autobuses estacionados unos detrás de otros, en largas filas.

Mientras los contingentes se alistaban para salir del Ángel de la Independencia, las banquetas estaban llenas de militantes de Morena y organizaciones afines, como el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) o unas personas vestidas con chalecos del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

En la segunda parte del tramo de Insurgentes a la torre del Caballito de la avenida Reforma, un grupo de personas ostentaban cartulinas en palos, en los cuales aparecían las fotografías de líderes políticos de oposición con la leyenda "traidor a la patria".

En la altura de la Alameda Central y de Bellas Artes, miles de maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ya ocupaban la avenida. Los sindicalistas se repartían por Estado, marcados con cartulinas colgadas en un largo cable tendido entre árboles.

Frente al Monumento a Juárez, los maestros eran alentados por un grupo de hombres en un templete, que les exhortaba a echar porras a su número de secciones, que enarbolaban en banderitas blancas.

"Seccióón ¡32!, ¡32!, No se oye, no se oye", alentaban unos hombres desde un templete, del que salía Surfin' USA, de los Beach Boys, a todo volumen. Su audiencia les correspondía agitando banderas con los números de sus secciones.

Afuera del hotel Fiesta Inn, una guía de turistas daba a un grupo de estadunidenses una explicación sobra popularidad. "Es AMLO pero le llamamos Andrés Manuel, no es perfecto pero la gente lo ama", les dijo en inglés.