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Hogares de corazón, 29 niños que sufrieron abandono han sido recibidos por familias temporales

El objetivo principal es garantizar que las niñas, niños y adolescentes cuenten con su derecho a la familia, además de crear el primer gran banco de datos de información de familias de acogida en la Ciudad de México.
miércoles, 10 de noviembre de 2021 · 14:10

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A raíz de la pandemia por covid-19 en el 2020, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de la Ciudad de México creó el programa “Hogares de corazón”, en el que familias dan un hogar temporal –de 3 a 6 meses- a menores que han sufrido violencia o abandono para que reciban cuidados, educación y afecto que los ayuden en su desarrollo personal.

A propósito del Día Mundial de la Adopción, la directora general del DIF-CDMX Esthela Damián, informó ayer que el año pasado 45 menores recibieron ese apoyo mientras no podían vivir con su familia de origen. En lo que va del 2021, otros 29 han sido recibidos por familias temporales.

En este programa, la autoridad busca crear el primer “Banco de datos de Familias de Acogida” en la CDMX, con 200 familias dispuestas y capacitadas para recibir a menores con discapacidad y migrantes de manera temporal; además, pretende dar formación especial para recibir adolescentes en conflicto con la ley. 

La autoridad les da ayuda económica para la manutención del menor que acogen bajo esta modalidad, que es diferente a la de adopción. El programa tiene certificación de la autoridad competente y Organizaciones No Gubernamentales y tiene el objetivo de “brindar cuidado, protección y crianza positiva durante un periodo de 3 a 6 meses”.

En lo que va de la presente administración se han atendido 2 mil 662 casos de menores en situación de violencia o abandono, mediante las diferentes opciones reconocidas por la ley: acogimiento de la familia extensa, reintegración con familia de origen, “Hogares de Corazón” y acogimiento con familia con fines de adopción, de acuerdo con el DIF-CDMX. 

Tan solo en 2021 el DIF-CDMX ha colocado a 790 menores con su familia extendida –abuelos y tíos-, 348 se han reintegrado a su familia de origen y 29 están en familias con fines de adopción.

El resultado: autoestima, seguridad, vínculo

En conferencia, Damián Peralta explicó que el propósito del programa “Hogares de Corazón” es que cada vez más menores, quienes de por sí están en situación vulnerable y están bajo el cuidado del DIF-CDMX y la Fiscalía General de Justicia local (FGJCDMX), tengan garantizado su derecho a vivir en familia.

Es una alternativa en vez de que permanezcan en el ambiente “institucionalizado” de los Centros de Asistencia Social (CAS), donde no logran tener un buen desarrollo personal, lo que les puede afectar a la larga en su vida personal.

El efecto de este programa, agregó, es que “los niños y adolescentes mejoren su autoestima, se sientan seguros y creen vínculos, lo que tiene un efecto sobre su comportamiento y capacidad de aprendizaje”, detalló. 

La funcionaria agregó que en la administración anterior había 900 niños y adolescentes “institucionalizados”, es decir, en los CAS. Actualmente, ya solo hay 415 menores en esta situación.

Los requisitos y demás información sobre el programa “Hogares de Corazón” se puede encontrar en la página de internet www.dif.cdmx.gob.mx/hogaresdecorazon

Entre los requisitos que deben cumplir esas familias se cuenta acreditar que tiene un modo honesto de vivir, comprobante de domicilio, tener 25 años de edad o más, visitas a domicilio, tomar talleres, pláticas y certificaciones.

“No es algo tortuoso, es algo amable, pero nosotros nos debemos sentir con la seguridad de que el niño o la niña se va a un Hogar de Corazón en donde va a recibir el cariño que seguramente le faltó y por eso lo tenemos nosotros (en el DIF)”, aclaró.

Esthela Damián aseguró que, hasta el momento, no se han detectado casos en los que los menores sufran maltrato o abandono. No obstante, subrayó que lo que se trabaja de manera especial es el desapego, “pues en algunos casos las familias temporales generan demasiado cariño hacia los niños, lo que hace difícil la separación cuando son adoptados o reintegrados a sus familias de origen”.

Por el contrario, añadió, “la familia –en su conjunto– se enriquece, se nutre, cambia, se transforma, porque se dan cuenta que hay un ser humano o dos a los que está recibiendo, que lo único que está necesitando y apeteciendo es cariño, sensibilidad, ternura, sentirse en una casa con alguien o con varios que lo cuidan”.

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