WASHINGTON (AP) .- La audiencia de confirmación de Robert F. Kennedy Jr. para convertirse en el principal funcionario de salud de Estados Unidos se convirtió rápidamente en un debate sobre las dudas que ha planteado persistentemente sobre la seguridad de las vacunas. 

Kennedy busca liderar una agencia de 1.7 mil millones de dólares que supervisará las recomendaciones sobre vacunas, las inspecciones de alimentos y los seguros de salud para la mitad del país, durante la administración del presidente Donald Trump. 

El miércoles, en diálogos a veces acalorados, Kennedy negó ser antivacunas. Aunque señaló que sus hijos están vacunados, también reconoció que ha planteado “preguntas incómodas” sobre las vacunaciones. 

“Creo que las vacunas desempeñan una función crítica en la atención sanitaria”, dijo Kennedy ante la Comisión de Finanzas del Senado. 

Esto generó una rápida respuesta del senador demócrata Ron Wyden, de Oregon, y una consiguiente discusión entre él y Kennedy. Wyden señaló que el nominado a secretario de salud afirmó, previamente, que no hay “ninguna vacuna segura”. También citó los libros de Kennedy, donde afirma que los padres han sido “engañados” respecto a la vacuna contra el sarampión. 

“Usted ha dedicado años a promover historias contradictorias sobre las vacunas”, acusó Wyden. 

Durante muchos años, Kennedy ha manifestado claramente sus creencias sobre las vacunas en docenas de entrevistas, podcasts y publicaciones en redes sociales. 

Así mismo, dirigió una organización sin fines de lucro que demandó al gobierno por autorizar algunas vacunas. Dijo que “no hay ninguna vacuna que sea segura y efectiva” y pidió repetidamente más estudios sobre la inmunización infantil rutinaria, a pesar de décadas de investigación y uso real que demuestran que ha prevenido enfermedades de manera segura. 

Pero, recientemente, Kennedy ha intentado minimizar sus comentarios anteriores. 

Trump, el presidente republicano, seleccionó a Kennedy en noviembre, poco después de ganar las elecciones presidenciales de 2024, diciendo que éste “terminaría con la epidemia de enfermedades crónicas” y “haría Grande y Saludable a Estados Unidos Otra Vez”. La nominación de Kennedy, uno de los activistas antivacunas más prominentes del mundo, inmediatamente alarmó a algunos funcionarios de salud pública. 

Caroline Kennedy se pronuncia sobre la nominación de su primo

El 28 de enero, su prima e hija del expresidente John F. Kennedy, Caroline Kennedy expresó preocupación ante la posibilidad de que Robert pudiera estar a cargo de la salud de los estadunidenses, en una carta pública dirigida al Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado. 

“Supervisar la FDA, el NIH, el CDC y los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid, agencias encargadas de proteger a los más vulnerables entre nosotros, es una enorme responsabilidad, y una que Bobby no está calificado para asumir. Carece de experiencia relevante en materia gubernamental, financiera, de gestión o médica”, apuntó Caroline Kennedy. 

La exembajadora de Estados Unidos en Japón y Australia continuó: “Sus opiniones sobre las vacunas son peligrosas y deliberadamente erróneas. Estos hechos por sí solos deberían ser motivo de descalificación. Pero tiene cualidades personales relacionadas con esta posición que, para mí, plantean aún más inquietud”. 

Y acusó a Robert de haber llevado “a sus hermanos y primos por el camino de la adicción a las drogas”, de “mentir y engañar a lo largo de su vida”, así como de ser “adicto a la atención y al poder”, así como un “depredador” que disfrutaba poner pollos jóvenes y ratones en una licuadora para alimentar a sus halcones. 

“Se aprovecha de la desesperación de los padres de niños enfermos, vacunando a sus propios hijos, mientras construía una plataforma en la que hipócritamente desalentaba a otros padres a vacunar a sus propios hijos”, denunció la demócrata.