Elecciones en Venezuela

Se le desmorona a Maduro cualquier vestigio de credibilidad democrática

Desde los gobiernos de la izquierda democrática de América –México, Brasil, Colombia y Chile--, hasta la Unión Europea, Estados Unidos y las Naciones Unidas, le han pedido al gobernante y al CNE transparentar los resultados de los comicios y divulgar las actas de votación.
miércoles, 31 de julio de 2024 · 09:23

BOGOTÁ (apro).- Luego de las cuestionadas elecciones del pasado domingo en Venezuela, en las cuales el oficialista Consejo Nacional Electoral (CNE) dio como ganador al presidente Nicolás Maduro con cifras que no puede respaldar en las actas de las mesas de votación, el mandatario chavista se encuentra en su peor momento político: rechazado por la mayoría de su ciudadanos en su país y desacreditado frente al mundo.

Desde los gobiernos de la izquierda democrática de América –México, Brasil, Colombia y Chile--, hasta la Unión Europea, Estados Unidos y las Naciones Unidas, le han pedido al gobernante y al CNE transparentar los resultados de los comicios y divulgar las actas de votación, que han retenido durante cuatro días porque les serían adversas.

Ante el mutismo del CNE, cuyo rector principal, el chavista Elvis Amoroso, proclamó a Maduro presidente electo para el periodo 2025-2031 el pasado lunes, cuando no había finalizado el cómputo, la oposición ha trabajado para recopilar las actas de las mesas de votación, que el día de la elección les fueron negadas a sus testigos por los chavistas que controlaban los centros.

Según esas actas, que son el 84% del total y están disponibles en el portal https://resultadospresidencialesvenezuela2024.com/, el opositor Edmundo González Urrutia ganó con al menos el 70% de los votos y con una ventaja de más de 30 puntos sobre Maduro.

Varias encuestas a “boca de urna” de empresas independientes confirman esos datos.

Pero Maduro dice que ganó, ha amenazado con meter preso a González Urrutia y el lunes anterior reprimió con dureza las espontáneas protestas que se registraron en todo el país contra lo que se considera un fraude electoral. Las fuerzas de seguridad del presidente mataron a al menos 11 manifestantes, hirieron de bala a decenas más y detuvieron a cerca de 200.

A las exigencias de buena parte de la comunidad internacional de que el régimen chavista transparente los resultados electorales, el martes por la noche se sumó un reporte demoledor del Centro Carter, una fundación civil estadounidense con amplia experiencia en observar comicios en todo el mundo y que, en el pasado, avaló varias elecciones en Venezuela. Al referirse a la elección del domingo señaló que “no puede ser considerada como democrática” y sostuvo que no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral.

Los observadores de esa ONG fundada por el expresidente estadunidense Jimmy Carter señalaron en su reporte que les resulta imposible “verificar o corroborar la autenticidad de los resultados” declarados por el CNE, y que el hecho que la autoridad electoral no haya anunciado resultados desglosados por mesa constituye una grave violación de los principios electorales.

El Centro Carter, que junto con una Misión de Naciones Unidas fue el único organismo técnico internacional que observó la elección del pasado domingo, precisó que “el proceso electoral de Venezuela en 2024 no ha alcanzado los estándares internacionales de integridad electoral en ninguna de sus etapas relevantes y ha infringido numerosos preceptos de la propia legislación nacional. Se desarrolló en un ambiente de libertades restringidas en detrimento de actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación”.

Sostuvo, además, que “a lo largo del proceso electoral, las autoridades del CNE mostraron parcialidad a favor del oficialismo y en contra de las candidaturas de la oposición”.

Entre los pocos países que aceptan la reelección de Maduro están China, Rusia e Irán, que lo hacen por un interés geopolítico, por sus conflictos con Estados Unidos y porque no son partidarios de la democracia liberal occidental. Cuba y Nicaragua también respaldan al chavista, por la estrecha relación de cooperación que tienen con el régimen de Caracas.

La pregunta que muchos hacen es qué va a pasar en Venezuela y qué va a pasar con Maduro frente al cúmulo de evidencias de que la oposición tiene razón y de que en ese país, el pasado domingo, ocurrió un monumental fraude electoral.

Todos los académicos y analistas que conocen al régimen dicen que Maduro se va a aferrar al poder a cualquier costo, porque renunciar a él significa la cárcel o la pérdida del patrimonio para la gran mayoría de funcionarios chavistas.

Maduro aún intenta presentar a la oposición como un grupo de “ultraderechistas, fascistas, agentes del imperio” que buscan desestabilizar a la Revolución Bolivariana, un discurso insostenible con los niveles de corrupción, de pobreza (más de 80%) y de autoritarismo burgués que hay en Venezuela.

Ese discurso se va a mantener, y también intentará tretas ya conocidas, como culpar a la oposición de actos vandálicos que cometen los “colectivos chavistas”, grupos paramilitares del régimen que suelen actuar encapuchados, armados, en caravanas de motos y protegidos por las fuerzas de seguridad.

También, según observadores, intentará acusar a la oposición de que las actas electorales que ha recopilado no son auténticas.

El exvicepresidente de Colombia Francisco Santos, un derechista amigo de las agencias de seguridad de Estados Unidos y generalmente bien informado, aseguró en su cuenta de X que Maduro tiene en marcha un plan para elaborar actas de votación apócrifas que mostrará a la comunidad internacional como las verdaderas.

Santos escribió: “Con mucha responsabilidad y luego de verificar 100% esta información confirmo que: En los galpones del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Filas de Mariche, estado Miranda (en la zona metropolitana de Caracas), hay un equipo de 150 empleados del ente electoral de Venezuela, todos supervisados por un grupo de ingenieros chinos de 4 personas (fabricantes de las máquinas)”.

Agregó que el objetivo es “imprimir la totalidad de las nuevas actas y presentarlas a los observadores internacionales antes del viernes 2 de agosto”.

Según el exvicepresidente, los ingenieros chinos visten con bragas grises, sin bolsillos, y los tienen sin celulares. Ellos, aseguró, “llegaron de la sala situacional de Cuba en la madrugada de hoy, a bordo de un vuelo de (la aerolínea venezolana) Conviasa. Los supervisa Carlos Quintero, rector Principal del CNE (en realidad es un militar que es el número dos del CNE y reporta directamente a Maduro) junto al director de tecnología del mismo organismo”.

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