Estados Unidos

De Gaza a Beijing: ¿qué política exterior propondrá Kamala Harris?

La vicepresidenta no tiene la experiencia de su mentor Joe Biden, considerado un experto en diplomacia, y mantiene ciertas diferencias con él, especialmente en el tema palestino.
miércoles, 24 de julio de 2024 · 23:02

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se dirigió este miércoles 24 de julio a una sesión conjunta del Congreso estadounidense durante su primera visita al extranjero desde el ataque de Hamás del 7 de octubre. Una alocución que estuvo marcada por una importante ausencia: la de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, también presidenta del Senado, quien no estuvo en su lugar habitual en la tribuna.

Según el protocolo, le correspondía a ella presidir la sesión. Pero fue Benjamin Cardin, un senador de Maryland firmemente pro-israelí, quien ocupó su asiento, junto al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, para el cuarto discurso de Netanyahu ante el Congreso del país.

A pesar de la importancia del evento, la vicepresidenta estuvo en Indianápolis, para asistir a la convención nacional de la hermandad Zeta Phi Beta, una de las organizaciones universitarias más antiguas del país para estudiantes afroamericanas. Y mientras Harris está a punto de ser investida como candidata demócrata para la elección presidencial, su ausencia planteó muchas preguntas.

Tratando de minimizar el impacto de la decisión de Harris, su equipo indicó que este viaje de campaña estaba previsto mucho antes de la retirada de Joe Biden de la carrera presidencial y aseguró que la vicepresidenta se reuniría por separado con el primer ministro israelí.

"Su viaje a Indianápolis el 24 de julio no debe interpretarse como un cambio en su posición respecto a Israel", declaró uno de sus asesores a la prensa y subrayó el "compromiso inquebrantable" de Harris con la seguridad de Israel.

Ahora que el presidente Biden, un gran aliado de Israel, está fuera de la carrera por la Casa Blanca, la postura de Harris sobre la guerra en Gaza —un tema que divide profundamente a los votantes estadounidenses— está en el centro de la atención.

Novata en diplomacia

La política exterior no es el punto fuerte de quien aspira a convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos. Y es una cuestión particularmente delicada para los países aliados, que observan de cerca los compromisos estadounidenses en materia de seguridad, especialmente después de que Donald Trump eligiera al senador J.D. Vance, abiertamente aislacionista, como candidato a la vicepresidencia.

Harris se graduó de facultad de derecho, fue fiscal general y senadora de California, la actual vicepresidenta ha dedicado su carrera a tratar cuestiones de política interna. Su llegada a la Vicepresidencia en 2021 no se enmarca en la tradición política estadounidense, que quiere que el vicepresidente compense la inexperiencia del presidente recién electo en materia de política exterior.

Cuando Biden fue elegido presidente en 2020, Harris se convirtió en la vicepresidenta de un político que había acumulado 36 años en el Senado estadounidense y ocho en la Casa Blanca.

Después de casi cuatro años en el cargo, Harris ahora está "al tanto" de las cuestiones de política exterior, analiza Steven Ekovich, experto en política estadounidense y profesor en la Universidad Americana de París, porque "los vicepresidentes asisten a las reuniones y sesiones informativas del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos".

Según Ekovich, lo más seguro es que Harris mantenga -de ser finalmente nombrada candidata demócrata- la misma línea que su predecesor en materia de política exterior. "Probablemente, mantendrá la misma dirección y el mismo equipo, al menos en el corto plazo. No creo que cambie las cosas de inmediato", analiza. "Creo que llevará a cabo una campaña de continuidad".

Pero las apuestas siguen abiertas, precisa el experto: "Estamos en 'terra incognita', ya que no sabemos mucho sobre su orientación en materia de política exterior".

"Mucha más empatía" por los palestinos

Si Biden ha apoyado firmemente la guerra de Israel en la Franja de Gaza desde los ataques del 7 de octubre y ha mantenido la ayuda militar estadounidense a pesar de las tensiones con el primer ministro Benjamin Netanyahu, su vicepresidenta ha tenido una postura más matizada.

Harris apoya una solución de dos Estados y el derecho de Israel a defenderse desde su elección al Senado estadounidense en 2017, y ha tenido cuidado de no contradecir la posición presidencial en el tema desde su acceso a la Vicepresidencia. Sin embargo, se ha distinguido en varias ocasiones condenando con firmeza el número de víctimas palestinas y las acciones del Estado israelí.

A principios de marzo, emitió los comentarios más fuertes de parte de un funcionario de la Administración estadounidense hasta ese momento sobre la guerra en Gaza: pidió un alto el fuego para poner fin al "inmenso sufrimiento" de los gazatíes y criticó a Israel por la insuficiencia en la entrega de ayuda humanitaria.

"La gente en Gaza está muriendo de hambre. Las condiciones son inhumanas y nuestra humanidad común nos obliga a actuar", declaró entonces Harris. "El Gobierno israelí debe hacer más para aumentar considerablemente la ayuda humanitaria. Sin excusas", instó.

Un mes después, la vicepresidenta de Estados Unidos volvió a pedir a Israel que "hiciera más para proteger a los trabajadores humanitarios" después de la muerte de siete miembros del personal de la ONG estadounidense World Central Kitchen, incluido un ciudadano estadounidense, asesinados en un ataque del Ejército israelí contra su convoy humanitario.

En una entrevista con el 'Wall Street Journal', Jim Zogby, fundador del Instituto Árabe Americano, una organización estadounidense de investigación política sobre la comunidad árabe-estadounidense, confió que había tenido una conversación telefónica con Harris en octubre y que había demostrado "mucha más empatía" por los palestinos que Biden y otros asesores de la Casa Blanca.

La futura candidata demócrata podría, por lo tanto, adoptar una postura un poco más matizada que la llevada a cabo hasta ahora por Biden, continuando con el apoyo a Israel pero dando más espacio a las preocupaciones palestinas.

Un tema crucial en los estados clave

A pesar de los acontecimientos que han marcado la campaña —el intento de asesinato contra Trump y la retirada de Biden— la guerra en Gaza sigue siendo un tema crucial en la elección presidencial.

Las encuestas de opinión de los últimos meses muestran que los jóvenes estadounidenses son cada vez más propalestinos y los demócratas están profundamente divididos sobre este tema. Decenas de parlamentarios del ala izquierdista del partido buscaron boicotear el discurso de Netanyahu en el Congreso. Ese fue el caso del 'Squad', un grupo informal de jóvenes parlamentarios progresistas —compuesto por Alexandria Ocasio-Cortez de Nueva York, Ilhan Omar de Minnesota, Ayanna Pressley de Massachusetts y Rashida Tlaib de Michigan— y un apoyo de peso para la candidatura de Harris a la Presidencia.

La política de la Administración Biden hacia Israel ha provocado la ira de una parte de los votantes demócratas y pone en peligro las posibilidades de la izquierda, especialmente en algunos estados clave.

Según Ekovich, la ausencia de Harris en el discurso de Netanyahu envía un mensaje "electoral" a "algunos estados clave como Michigan, donde se encuentra Detroit", con su gran población de origen árabe y negra, o "en Pensilvania, donde está Filadelfia, que tiene una gran población negra. Hay una especie de alergia a la postura muy pro-israelí de Biden en estos lugares".

Pero para el politólogo, aunque la ausencia de Harris en el discurso de Netanyahu en el Congreso pudo interpretarse como un símbolo, el 'establishment' demócrata está claramente detrás de la futura candidata del partido y es poco probable que modifique radicalmente la política estadounidense sobre la cuestión israelí-palestina.

Continuidad en materia de Ucrania y de la OTAN

Harris también debería continuar con una política de continuidad en otros temas importantes, analiza Ekovich, como la guerra en Ucrania y los compromisos estadounidenses con la OTAN.

La vicepresidenta estadounidense ha tenido varias reuniones con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski en cumbres internacionales y especialmente en la Conferencia de Seguridad de Múnich este año, donde representó a Biden por tercer año consecutivo.

En su último encuentro en junio, en la Cumbre por la Paz en Ucrania en Suiza, Harris prometió una ayuda significativa de 1,5 mil millones de dólares para el sector energético ucraniano, además de 379 millones de dólares en ayuda humanitaria.

"Ha sido puesta a prueba, para ser franco", declaró el demócrata Adam Smith al sitio de noticias 'Politico', para quien estas ocasiones han sido una oportunidad para demostrar su "impresionante conocimiento" y sus "habilidades" sobre la política estadounidense en Europa y la OTAN.

Una posición aún incierta sobre China

Sin embargo, su posición respecto a China, la otra gran cuestión de la política exterior estadounidense, aún está por determinarse.

Harris ha tomado una postura relativamente dura sobre Beijing, apoyando la línea general del Gobierno de Biden en defensa de los intereses estadounidenses en el mar del Sur de China y criticando abiertamente las violaciones de derechos humanos en Xinjiang.

Pero, hasta ahora, ha estado menos involucrada en el tema que otros miembros de la Administración y aún no ha detallado completamente sus propias opiniones y estrategias.

Por lo tanto, aunque la política exterior de Harris puede parecer en gran medida una continuación de la de Biden, especialmente en áreas como Ucrania y la OTAN, hay varios aspectos, particularmente en relación con Israel y China, que pueden llevar a enfoques ligeramente diferentes y matizados.

América Latina: el espinoso tema de la inmigración

Otro tema clave de la campaña en el que Harris tendrá que convencer: la inmigración irregular procedente de América Latina, un asunto que Trump retoma constantemente y del cual ella estaba encargada.

En esta cuestión, la futura candidata demócrata parte con una desventaja. Al confiar a Harris la responsabilidad del tema de la inmigración irregular, Biden eligió delegarle un asunto particularmente espinoso. Desde el inicio de su mandato, Harris ha sido objeto de críticas frente a una ola migratoria sin precedentes.

Respetando escrupulosamente las directrices de la Casa Blanca, la vicepresidenta cometió varios errores durante visitas a la frontera con México y en países de América Latina. "No vengan", repitió durante su visita a Guatemala en 2021, como mensaje a los migrantes de países de América Central y del Sur que intentaban cruzar ilegalmente la frontera. Harris fue entonces acusada de laxismo por los legisladores del Partido Republicano y de insensibilidad por varios legisladores demócratas que criticaron duramente sus declaraciones.

Los expertos coinciden en que la tarea era casi imposible: "Heredó el tema de la inmigración, y por supuesto, no lo resolvió, porque nadie podía hacerlo", analiza el politólogo Ekovich. A pesar de sus dificultades en el tema, Harris apoyó en febrero un acuerdo bipartidista en el Senado y la Casa Blanca para reforzar la lucha contra la inmigración en la frontera mexicana. Una iniciativa bloqueada en la Cámara de Representantes por los republicanos.

Su gestión en este tema será un punto de ataque para Trump, quien ha hecho de los "inmigrantes ilegales" un eje central de su campaña. Sin embargo, para Ekovich, esta táctica del candidato republicano podría volverse en su contra. "Si los republicanos, Trump y Vance, la atacan en este punto, Harris podrá responder que se propuso un proyecto de ley, y que fueron los republicanos quienes lo bloquearon".

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