Guerra Israel-Hamas

Un padre palestino llora la muerte de su bebé por un ataque de Israel contra Gaza

Los bombardeos israelíes mataron a más de 60 palestinos en el sur y el centro de Gaza entre el lunes por la noche y el martes, según los registros de los hospitales y las autoridades sanitarias.
martes, 16 de julio de 2024 · 23:59

DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza (AP) — El cuerpo del niño palestino muerto estaba pálido y frío a pesar del sofocante calor del verano en Gaza. Afuera del hospital, su padre abrazaba el pequeño cadáver, incapaz o indispuesto a despedirse. Las moscas revoloteaban y se posaban en el suave cabello del niño.

"¿Qué mal hizo, Dios mío? ¿Qué mal hizo?", gritaba Mahmoud Mikdad, con la voz ronca, levantando la cara hacia el cielo.

Su hijo, Yaman, murió por un ataque de Israel. Los bombardeos israelíes mataron a más de 60 palestinos en el sur y el centro de Gaza entre el lunes por la noche y el martes, según los registros de los hospitales y las autoridades sanitarias.

Israel alega que está persiguiendo a combatientes de Hamás que se esconden entre la población civil después de que sus ofensivas inhabilitaran las redes de túneles subterráneos.

Había sido una tarde normal para Mikdad. Había acostado a su hija y a Yamam a dormir la siesta en el apartamento donde se refugiaba la familia desplazada.

El ataque mató al niño en el acto. Aún no había cumplido los dos años.

Mikdad llevó el cuerpo de Yaman por el centro de Gaza desde el campo de Nuseirat hasta el hospital de los Mártires de Al Aqsa, en la cercana Deir al-Balah. Las piernas desnudas de Yaman colgaban sin fuerza bajo una sábana blanca empapada de sangre.

Mikdad y otras dos personas, una de ellas con la cabeza vendada, acariciaron y besaron el cuerpo del niño afuera de la morgue. El niño que tenía en su regazo era "más precioso que el mundo entero", dijo Mikdad a un reportero gráfico de The Associated Press. Se sentó contra la pared del hospital durante un rato, llorando.

Más tarde, una docena de hombres recitaron una oración fúnebre sobre el cuerpo de Yaman envuelto en un sudario blanco. Los transeúntes, algunos de ellos niños, observaban en silencio.

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