Estados Unidos
¿Cómo Donald Trump volvió a abrirse camino hacia la nominación republicana?
Contra todo pronóstico inicial, el polémico exmandatario vuelve a enfilarse en una carrera que lo podría poner de nuevo en el Ejecutivo. Aquí algunas claves de su fortalecimiento.PARÍS (France24).– Era hora de seguir adelante, afirmaron a Reuters varios donantes hace un par de años. Entonces, afirmaron que Donald Trump era parte del pasado, un lastre para la suerte de los republicanos. Y una encuesta en esos momentos lo mostraba solo seis puntos porcentuales por delante en el campo republicano.
Pero hoy, Trump es el probable candidato de la bancada roja para las elecciones presidenciales de 2024 y su control sobre el partido conservador es más estrecho que nunca. Después de un lanzamiento de campaña vacilante, en noviembre de 2022, avanzó en las encuestas de opinión y, desde entonces, sus rivales republicanos no han podido alcanzarlo.
De hecho, uno a uno, los precandidatos de ese movimiento político se fueron retirando durante el proceso de elecciones primarias, hasta finalmente hacerlo Nikki Haley, la única competidora con posibilidades que quedaba para enfrentarlo por la nominación.
La forma en que avanzó –después de dos juicios políticos y múltiples acusaciones penales– representa uno de los mayores retornos políticos en la historia de Estados Unidos. Un escenario que genera curiosidad e interrogantes.
En Las Vegas, mientras Trump hablaba por video en una reunión de la Coalición Judía Republicana, gran parte del interés recayó en el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien pronunció un discurso de apertura que fue bien recibido y parecía dispuesto a desafiar al exmandatario por la nominación de 2024.
Ahora, DeSantis es quien forma parte del pasado por la pugna presidencial de este año, después de una mala campaña en la que no estuvo a la altura de las expectativas iniciales de que fuera el sucesor natural de Trump.
La exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, la única rival de Trump que quedaba, abandonó la carrera este miércoles 6 de marzo, luego de una última resistencia desafiante pero finalmente desesperada, que terminó con las victorias de Trump en 14 de los 15 estados donde se desarrollaron las primarias del Supermartes.
Las posibilidades del controvertido exjefe de Estado para retornar a la Casa Blanca se reavivan. Un impulso que, además, crece luego de que el pasado 4 de marzo la Corte Suprema rechazara un fallo previo de Colorado que prohibía la participación de Trump en la contienda, por su rol en el asalto al Capitolio, en 2021.
Los alegatos de “fraude electoral”: una clave detrás del respaldo a Trump
Trump se abrió camino en el campo republicano gracias a una base inusualmente sólida. Un expresidente con un nombre universalmente reconocido, una celebridad estrella de reality shows antes de eso, el campeón de una base inquebrantable de leales y un recaudador de fondos eficaz, con la ayuda de un equipo disciplinado que mantuvo su mensaje.
Muchos partidarios afirman a los encuestadores que ven a Trump como el titular. Aceptan la afirmación, sin pruebas, promovida por el propio exgobernante de que lo único que se interpuso, hace cuatro años, en su regreso a la Casa Blanca fue “el fraude electoral”. Una acusación que ya fue descartada por las distintas cortes del país. Sin embargo, el expresidente mantiene ese discurso, que sigue calando entre sus simpatizantes.
Algunas encuestas de opinión en el país, incluso, muestran a Trump como favorito frente al actual presidente demócrata, Joe Biden, en las elecciones de noviembre, aunque muchos estadounidenses siguen indecisos.
“Es totalmente una locura. La mayoría de los presidentes derrotados no regresan y se postulan (…) No hay razón para pensar que debería haber ganado la nominación, especialmente en este momento", aseguró Lindsay Chervinsky, historiadora presidencial de la Universidad Metodista del Sur en Dallas.
Trump vs. la justicia: ¿los problemas legales terminaron favoreciendo al exmandatario?
Expertos entrevistados por Reuters indican que los problemas legales de Trump solo lo han animado, tanto retórica como financieramente.
En lugar de hundirlo, la serie de acusaciones presentadas en su contra impulsó su campaña al convertirlo en objeto de simpatía entre los votantes republicanos.
Sus principales oponentes, DeSantis y Haley, se mostraron reacios durante meses a reprocharle e incluso lo apoyaron frente a cargos penales y civiles. Al mismo tiempo, las principales preocupaciones de los votantes republicanos –la economía y la seguridad fronteriza– eran los temas en los que tradicionalmente era más fuerte.
No obstante, sin duda, Trump enfrenta una serie de desafíos. La sostenida candidatura de Haley indicó que a un segmento sustancial de su propio partido no le agrada. Y es que la base del electorado de Haley, así como sus donantes, se consideran republicanos moderados.
Si esos votantes lo apoyarán o no en las elecciones del 5 de noviembre sigue siendo un interrogante.
Trump seguirá encarando una serie de casos judiciales durante el resto del año, al tiempo que deberá ocuparse de su campaña, y las encuestas muestran que una posible condena penal podría agotar significativamente su apoyo, aunque parece cada vez más probable que esos casos se prolonguen más allá de las elecciones de noviembre.
Si bien la mayoría de los republicanos considera que las acusaciones en su contra tienen motivaciones políticas, según una encuesta de Reuters/Ipsos, alrededor de una cuarta parte de los republicanos y la mitad de los independientes afirman que no lo apoyarán si es declarado culpable de un delito antes de los comicios presidenciales.
Las encuestas agregadas por el sitio web FiveThirtyEight muestran que más de la mitad del país (52.2%) tiene una opinión desfavorable de Trump, mientras que solo el 43.4% lo ve de forma favorable, lo que significa que puede tener dificultades para ganarse a los votantes independientes y a otros que no forman parte de la base natural de derecha de su partido.
El caso de Stormy Daniels, un punto de inflexión en la campaña de Trump
Un fin de semana frío en Davenport, Iowa, en marzo de 2023, ilustró la fuerza de Trump y su estrategia.
DeSantis, que aún no se postulaba como precandidato, estaba en la ciudad para discutir su nuevo libro y pasó gran parte de su tiempo sentado en una silla en el salón de baile de un casino manteniendo una discusión política sobria con unas 200 personas presentes.
Un par de días después, Trump celebró un estridente mitin en un teatro Art Deco restaurado, donde mil personas hicieron fila durante horas para entrar y corearon “Estados Unidos” hasta que él subió al escenario.
Trump atacó a DeSantis en el mitin, sugiriendo que el gobernador de Florida quería recortar los programas de beneficios federales para personas mayores. Era parte de un plan de campaña de Trump para dañar a DeSantis antes de que entrara en la carrera, bombardeándolo con anuncios negativos y moldeando las opiniones de los votantes sobre él, incluso cuando se negó a responder.
Cuando el gobernador de Florida se unió a la carrera en mayo, hizo campaña en eventos pequeños, atrayendo a un puñado de votantes, mientras Trump organizaba mítines periódicos llenos en su máximo esplendor. La candidatura de DeSantis pareció fracasar en cuestión de meses.
Quizás el momento más crucial de la campaña se produjo en marzo de 2023, cuando el fiscal de distrito de Manhattan, el demócrata Alvin Bragg, acusó a Trump.
El caso de Bragg no tuvo nada que ver con los intentos de Trump de anular las elecciones de 2020 o con sus acciones relacionadas con el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio de Estados Unidos. En cambio, los cargos se referían a la falsificación de registros para ocultar pagos de dinero a una estrella porno, un caso basado en tecnicismos.
Los cargos le permitieron a Trump afirmar que fue víctima de un proceso judicial motivado políticamente. Bragg negó cualquier parcialidad, pero el expresidente comenzó a ascender en las encuestas a medida que sus partidarios se sumaron a su lado y el dinero inundó las arcas de su campaña.
La supervivencia de Trump fue contraria a todas las leyes políticas de gravedad conocidas. Llegó al punto en que en los mítines él se comparaba, en broma, con el fallecido gángster Al Capone.
"No creo que nadie hubiera podido predecir que 91 acusaciones harían a alguien más fuerte (…) Esto es algo del universo alternativo", afirmó Chervinsky, la historiadora presidencial.
Trump adoptó otra estrategia inusual y transgresora al negarse a debatir con sus rivales republicanos en cualquiera de los debates autorizados por el partido, apostando a que los votantes no lo castigarían por hacerlo. Se demostró que tenía razón. El resultado fue que los otros candidatos pasaron gran parte del tiempo denunciándose unos a otros, mientras que en gran medida le daban el visto bueno.
Guerras en Gaza y Ucrania: su influencia en la campaña presidencial de EU
Los acontecimientos globales también empezaron a favorecer a Trump.
La guerra en Ucrania parecía estancada, y los republicanos se mostraban cada vez más escépticos a la hora de proporcionar más ayuda a Kiev, una posición que Trump mantiene desde hace mucho tiempo.
Además, el sangriento ataque de Hamás en el sur de Israel, el pasado 7 de octubre, le permitió a Trump resaltar frontalmente su apoyo al país de mayoría judía y al mismo tiempo proyectar una imagen de fuerza en medio de la agitación mundial.
Trump también se sintió alentado por el fracaso de la administración Biden a la hora de contener eficazmente una oleada de migrantes que cruzan la frontera sur de Estados Unidos con México, una situación que ha preocupado cada vez más a los votantes de todos los partidos.
Quizás nada demostró más el vínculo entre Trump y sus seguidores que un evento a principios de enero, en Clinton, Iowa, antes de la primera contienda por la nominación republicana en ese estado.
Entonces, cientos de votantes hicieron fila en el frío frente a una escuela y, una vez dentro, esperaron a Trump, quien llegó tres horas tarde debido a un problema de viaje. Nadie se quejó y Trump ganó los caucus por 30 puntos porcentuales.
Fue un recordatorio de algo que Ari Fleischer, exsecretario de prensa del presidente George W. Bush, señaló en aquella conferencia de Las Vegas de 2022.
Las élites del partido, aseguró Fleischer a Reuters, no determinarían la nominación. Recordando esto, Fleischer sostiene ahora que el principal logro de Trump fue convencer a los votantes de base de que sigue siendo un “outsider político”, a pesar de haber servido como presidente.
"Han llegado a la conclusión de que Washington está quebrado (…) Se arriesgarán con alguien que saben que romperá las normas", remarcó Fleischer.