MADRID (apro).- La víspera de que el Congreso español se disponga a aprobar la Ley de Amnistía para los independentistas catalanes, el Poder Judicial sorprendió con otro movimiento: El titular del juzgado de instrucción 1 de Barcelona prorrogó el llamado “caso Volhov”, que investiga la supuesta vinculación del expresident Carles Puigdemont con una trama rusa que ofrecía apoyar la independencia de Cataluña en 2017.

El auto del juez Joaquín Aguirre considera que Puigdemont y miembros de su entorno mantuvieron “estrechas relaciones personales” con políticos de extrema derecha alemana e italiana y con la Rusia de Vladimir Putin, que estaba dispuesta a apoyar “económica y militarmente” la independencia.

El juez prorroga seis meses más la investigación cuando estaba a punto de vencer el plazo para decidir si lleva a juicio o no el caso, en el que presuntamente enviados del Kremlin ofrecieron millonarias sumas para apoyar la independencia catalana, prometieron enviar “10 mil militares rusos” a cambio de que se le permitiera a los rusos hacer negocios con criptomonedas en territorio catalán, sin que ninguno de estos extremos sucediera.

Sin embargo, la polémica en España se da porque esta decisión del juzgador coincide con las negociaciones de los últimos flecos de la Ley de Amnistía, que será votada este martes 30 en el Congreso de los Diputados, y que podría meter en conflicto a los líderes catalanes.

Esta decisión judicial se suma a la tomada, la semana pasada, por el juez Manuel García Castellón, de la Audiencia Nacional, al acusar de terrorismo a Puigdemont y a la dirigente independentista Marta Rovira, implicándolos así en la investigación por los altercados sucedidos tras la protesta de la plataforma independentista Tsunami Democràtic en las inmediaciones del aeropuerto El Prat, de Barcelona, el 14 de octubre de 2019.

Tsunami Democràtic, integrada por figuras públicas y miles de jóvenes, desarrolló una serie de actividades basadas en la “desobediencia civil” como respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo de España contra los líderes que estuvieron en la organización del referéndum de independencia de Cataluña, el 1 de octubre de 2017. 

El presidente Pedro Sánchez ha denunciado la ofensiva desde todas las terminales de la ultraderecha para dinamitar el proceso de la Ley de Amnistía, que busca reconducir las relaciones políticas entre Cataluña y el resto de España. Entre este entramado de terminales, no solo señala al PP y a Vox, sino a la prensa escorada a la derecha y a ciertos estamentos del Poder Judicial.

En la supuesta trama rusa, el juez incluye, además de Puigdemont, al jefe de gabinete del president, Josep Lluís Alay, a Víctor Terradellas, ex dirigente de Convergència, y a Jaume Cabanì, especialista en informática al que se acusa de montar la estructura de apoyo económico de la se de Waterloo, desde donde despacha Puigdemont.

El juez Aguirre argumenta que la prórroga se dicta porque existen diligencias pendientes, aunque hace tiempo que en la investigación no se aportaban nuevos elementos, como ahora se incluye lo de la supuesta relación también con la extrema derecha alemana e italiana, cosa que hasta ahora se desconocía.

Las más recientes acciones del caso fueron los interrogatorios del juez Aguirre en Mayo de 2022. La oficina de Puigdemont confirmó que mantuvo una reunión la víspera del 27 de octubre de 2017 (cuando declaró la independencia) en la Casa dels Canonges, un inmueble de la Generalitat, a petición de Víctor Tarradellas, exdirigente de Convergència, con dos ciudadanos rusos, como había hecho con otras autoridades y sin alcanzar ningún tipo de compromiso.

Algunos medios españoles, como El Periódico o La Vanguardia, señalan que Terradellas aseguró que le ofrecieron un financiamiento multimillonario para apoyar a Cataluña tras declarar la independencia y 10 mil soldados rusos, extremos que han sido considerados exagerados, pero que el auto del juez mantiene.

Diversas informaciones de la prensa española señalan que los interlocutores rusos serían Nikolai Sadovnikov y el diputado del partido de Putin, Serguèi Markov.