Elecciones en España

Vox o Sumar, la tercera fuerza que definirá el nuevo gobierno español

Aunque la lucha electoral del PSOE y el PP estará presente en las elecciones generales de este domingo 23, será clave para cualquiera de ellos el apoyo de la formación que logre el tercer lugar. Y esta posición se la disputan el ultraderechista Vox y el izquierdista Sumar.
sábado, 22 de julio de 2023 · 06:52

Madrid (Proceso).- El partido de extrema derecha española, Vox, y el partido de izquierda de la vicepresidenta Yolanda Díaz, Sumar, protagonizan un hándicap estos últimos días de campaña, de cara a las elecciones generales del domingo 23, para posicionarse como tercera fuerza, que podría ser central para la futura formación de un gobierno de España, ya sea encabezado por el PP o el PSOE.

Sin embargo, el partido que más alerta genera en la Unión Europea y en diversos organismos es Vox, porque tiene como modelo a Hungría y Polonia, cuyos gobiernos ultraconservadores rechazan las normativas comunitarias, inutilizan el estado de derecho, derogan leyes proaborto y las políticas de género, legislan contra la homosexualidad y la inmigración y se inclinan por un continente nacionalista y cristiano.

Abascal. Regresión / Foto: Jesús Hellín / Europa Press

El líder de Vox, Santiago Abascal, declaró sobre Hungría y Polonia: “Nos identificamos con ellos”, pese a que representan una Europa de retrocesos y recorte de libertades. “Son un faro”, es “la Europa que queremos”, insistió.

Más que propuestas, su tónica es la criminalización y el silenciamiento de colectivos, el ataque y la polarización más agresiva. Vox nació y ascendió a raíz de la crisis económica de 2008 a 2012, alimentando un discurso ultranacionalista, la España de las banderas, como reacción al crecimiento del independentismo catalán y a la llegada de refugiados a Europa en 2015. Su discurso era la defensa de “nuestros valores y nuestros símbolos” y demoniza a quienes piensan distinto.

Sánchez. Confrontación / Foto: Ricardo Rubio / Europa Press

En la última legislatura llegaron a ser la tercera fuerza política, con 52 diputados en el Congreso, desde donde difundieron un discurso crispado que fomentó el negacionismo de las vacunas contra el covid, acusaron a Pedro Sánchez de ser un “presidente ilegítimo e ilegal”, de convertir el estado de derecho en un estado “totalitario y mafioso” y de ser “un mentiroso sin escrúpulos con ansias de poder”.

Lo señalaron de encabezar, dijeron, el peor gobierno en 80 años –incluyendo los 40 años de la dictadura franquista–, lo compararon con el dictador nazi Adolf Hitler; censuraron el “feminismo enloquecido” del gobierno y de haber hecho “a la mujer en una víctima” con las leyes contra la violencia machista.

El lunes 17, durante un debate electoral centrado en las políticas de igualdad, organizado por la agencia EFE, las representantes de Vox y de Sumar protagonizaron un acalorado debate. La diputada de Vox María Ruiz llamó “enferma crónica” a la portavoz de Sumar, Elizabeth Duval, por el tratamiento hormonal que recibe como mujer trans, lo que provocó una dura reacción por parte de Duval. 

La censura de Vox
Desde 2022, Vox busca posiciones políticas a través de alianzas con el Partido Popular, y ante los resultados electorales del 28 de mayo, cogobiernan en cuatro comunidades autónomas y tienen presencia en mil ayuntamientos, de los cuales 140 obtuvieron posiciones en el gobierno de la mano del PP.

Entre sus primeras acciones estuvo la de censurar obras clásicas o películas de animación, como sucedió con la obra La villana de Getafe, de Lope de Vega, en la propia localidad madrileña, por considerar que es una “perversión” y contiene “insinuaciones sexuales”.

En la localidad de Valdemorillo (Madrid) prohibieron la obra teatral basada en la novela Orlando de Virginia Woolf, un clásico de la literatura del siglo XX, donde se trata el feminismo y la transexualidad. A cambio, se promovió una pelea de boxeo.

En Santa Cruz de Bezana (Cantabria) se prohibió la película de animación Lightyear, por una secuencia en la que se besan dos mujeres.

El director de teatro Xavier Bobés denunció la cancelación en Briviesca (Burgos) de la obra que dirige, El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca, sobre Antoni Benaiges, maestro republicano fusilado en 1936.

En Castilla y León, donde gobierna con el PP desde 2022, el vicepresidente Juan García-Gallardo, de Vox, criticó el festival de cine de Valladolid, la Seminci, a la que acusó de promocionar “la ingeniería de género y verde”, en alusión a su negacionismo a las políticas de género y el ecologismo.

Estas manifestaciones de censura tuvieron respuesta en una carta que firmaron alrededor de 300 artistas y creadores, entre ellos Joan Manuel Serrat, el cineasta Pedro Almodóvar, los actores Javier y Carlos Bardem, la cantante Rozalen, el poeta Luis Javier Montero, director del Instituto Cervantes, los escritores Javier Cercas y Benjamín Prado, entre muchos otros, quienes se pronuncian por salir a votar para resguardar la cultura y en contra de toda muestra de censura.

Pero Santiago Abascal, el líder de Vox, los denostó, al declarar que “no aceptaremos acusaciones de censura y cancelación de quienes han hecho de la censura y cancelación su modus vivendi”. No explicó más.

Pero si abundó en su crítica, al decir que la cultura debe dejar de ser “un arma política”. “No hemos venido a continuar ni a respetar el secuestro de la cultura por las falsas élites que se han propuesto rediseñar la sociedad según sus caprichos e intereses y a la que durante 45 años (de democracia) se les ha permitido dictar las reglas al resto de la sociedad”.

Anti LGTBI+
En plena semana del orgullo gay, la extrema derecha buscó a toda costa borrar todo vestigio de las banderas LGTBI+ que fueron colgadas en distintas ciudades.

En Valladolid, el presidente del parlamento, Carlos Pollán, amenazó al grupo parlamentario del PSOE con usar la fuerza pública si no retiraba la bandera del arcoíris que colgó en las ventanas de su sección del parlamento.

Al fracasar, Pollán anunció que denunciará a los socialistas por exhibir símbolos que, en su opinión, son un “hecho constitutivo de delito”, argumentando que el Tribunal Supremo emitió una sentencia que prohíbe banderas no oficiales en las sedes de las instituciones. El diputado de Vox acabó, igualmente, con la tradición de iluminar la fachada del edificio de las Cortes con los colores arcoiris, como se acostumbraba en el pasado.

El presidente del parlamento de las islas Baleares, Gabriel La Senne, con una extensa lista de pronunciamientos xenófobos y contra el colectivo LGTBI+, prohibió cualquier alusión a las conmemoraciones del día.

El vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, protagonista de continuas polémicas, pretendió sin éxito promover una norma que obligaría a las mujeres que quieran abortar, a certificar con un documento que su médico le proporcionó la indicación de “los signos vitales del feto de una forma claramente identificable”, es decir, las forzaría a escuchar el latido del corazón del feto.
    
Tras el gran salto cuantitativo que lograron la derecha y la ultraderecha en la elección del pasado 28 de mayo, se abre la posibilidad de que Vox sume sus votos a los del PP, lo que les abriría la posibilidad de ocupar posiciones en el Ejecutivo nacional.

Seguramente seguirán impulsando medidas como en Valencia, donde Carlos Mazón del PP suscribió un acuerdo con Vox, que le daba concejalías nuevas, como la de la tauromaquia y de la familia, con un enfoque pro-vida.

El PP ha guardado silencio absoluto después de que Carlos Flores Juberías, político de Vox, fuera apartado de las negociaciones para formar gobierno en Valencia, porque es un político condenado por violencia psíquica habitual y malos tratos a su expareja. Pese a los graves insultos por los que fue condenado en el pasado, Vox premió a Flores entregándole la cabeza de lista por la provincia de Valencia al Congreso en las elecciones del 23 de julio.

Sumar: medidas para el trabajador
La plataforma Sumar, de la vicepresidenta Yolanda Díaz, tiene una tendencia más clara, al seguir subiendo en intención de voto y está casi empatada con Vox, incluso le podría arrebatar la tercera posición en votos y, eventualmente, en número de escaños.

Díaz. Alternativa izquierdista / Foto: Alberto Ortega / Europa Press

El sondeo del diario Público del lunes 17, último día para publicar encuestas, daba a Vox 32 escaños con 12.9% de votos, mientras que a Sumar, en su primera participación electoral, le daba 31 escaños y 12.8% de intención del voto. Sin embargo, en los sondeos de los últimos días Vox era castigado en favor del PP.

La vicepresidenta Díaz ha centrado su discurso electoral en denunciar las mentiras del PP en materia económica y del arribo de Vox a las instituciones del Estado.

Sin embargo, también ha hecho propuestas como la ayuda de 20 mil euros para todos los jóvenes para iniciativas productivas, la prestación universal de 200 euros mensuales por hijo y de incluir a los funcionarios del gobierno de las mutuales privadas e incluirlos en la sanidad pública, a la que propone fortalecer.

Pese a los diferendos que tuvieron al inicio con Podemos, el lunes 17 tuvieron un mitin conjunto Díaz y la secretaria general de la formación morada y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, donde reivindicaron que el voto de Sumar es “el único voto seguro para frenar a las derechas y para seguir avanzando en derechos”.

Belarra dijo que como demócrata le preocupa “muchísimo que pueda llegar al gobierno la ultraderecha de Vox”, pero le preocupa “muchísimo más que el PP pueda recuperar el gobierno”, porque es “el partido más corrupto de Europa”, “el más sucio con sus adversarios” y el que hizo “todo lo legal y también lo ilegal” para evitar que Podemos llegara al gobierno.
 

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