Guerra Israel-Hamas

El de Netanyahu, un lenguaje que “precede al genocidio”

Israel acompaña su desproporcionada respuesta militar contra Hamás –cuyos costos paga la población civil—con un lenguaje que deshumaniza a los palestinos y que históricamente ha precedido a los genocidios, señala Mabel González Bustelo, especialista en mediación de conflictos armados.
domingo, 5 de noviembre de 2023 · 07:16

 

Madrid (Proceso).— La respuesta militar de Israel en la Franja de Gaza -que busca acabar con las capacidades militares de Hamás y terminar con el terrorismo- hasta ahora no ha permitido ver cuerpos inermes de terroristas, sino sólo los de civiles palestinos en barrios y hospitales. El 70% de las 9 mil personas que han muerto en la franja son mujeres y niños, de acuerdo con Naciones Unidas.

La desproporcionada acción militar del gobierno de Benjamín Netanyahu va acompañada de un discurso que busca “deshumanizar al enemigo”. Esa respuesta tiene el respaldo de gran parte de las potencias occidentales, que son muy tibias en pedir a Israel proporcionalidad en su ofensiva militar.

Para Mabel González Bustelo, especialista en procesos de mediación internacional en conflictos armados y políticos, el ataque de Hamás constituye una suerte de “11-S de Israel”, pero en contrapartida, una “respuesta tan desproporcionada” del gobierno y las fuerzas armadas israelíes, “les puede llevar a una deriva” como la que vivió Estados Unidos durante dos décadas, al entrar en dos guerras (Irak y Afganistán) para terminar con el terrorismo, las cuales no ganó, abandonó de forma apresurada esos países, y aún hoy Estados Unidos y el mundo siguen enfrentando las consecuencias.

En entrevista con Proceso, explica que otro elemento clave que destapa este conflicto, es que la causa palestina sigue más que latente, a pesar de que en los últimos años ha sido olvidada por todas las potencias, a la par que esas naciones seguían su sociedad con gobiernos israelíes escorados a la ultraderecha y al fundamentalismo religioso, que ven a los palestinos como “animales”. “No se ha entendido que el problema palestino es el núcleo, y lo va a seguir siendo, de los equilibrios y la inestabilidad en Oriente Medio”.

Ataques de Israel a Gaza. Respuesta militar desproporcionada. AP Photo / Abed Khaled

Integrante de la Junta Directiva del Instituto sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), González Bustelo explica que el ataque del 7 de octubre tiene, primero, “los fallos a múltiples niveles dentro del ejército y la inteligencia de Israel, pese a su confianza ciega a su desarrollo tecnológico en esas áreas”. Y, segundo, estaban distraídos, porque “tenían el convencimiento de que Hamás podía gobernar con el apoyo de Qatar, pero no irían más allá”.

Considera preocupante que la desproporcionada respuesta militar, “vaya acompañada por un nivel de lenguaje de Netanyahu que hablar `del pueblo del bien contra el pueblo del mal´, que su ministro de Defensa hable de `animales no humanos´. Y no podemos dejar de lado que este lenguaje deshumanizador siempre, históricamente, ha precedido a los genocidios”.

Galant. Lenguaje deshumanizante. Foto: @yoavgallat

La escenificación de las intervenciones de Netanyahu en la televisión pública está llena de simbolismos, explica. “Aparece con la bandera israelí de fondo y usando distintas citas bíblicas. Es una retórica milenarista, que sitúa de alguna manera este conflicto en dos mil años atrás. Y sabemos que de esto no puede salir nada bueno. Además de los bulos (noticias falsas) y la desinformación”.

Explica que las noticias faltas le sirven “para extender el terror incluso entre su propia población, y además le sirve para justificar estas respuestas sin medida y sin control, que no respeta las normas internacionales de la guerra, algo muy difícil de entender, más porque Israel se precia de ser un Estado democrático”.

Los Acuerdos de Abraham

--Regresando al 7 de octubre, ¿cuál es la razón por la que Hamás ataca a Israel en ese momento?. Se habla que detrás está el avance que tuvieron los Acuerdos de Abraham, que normaliza la relación de Israel con varios países musulmanes, se le pregunta.

--Si, en ese marco de amnesia de la comunidad internacional que olvida el proceso de paz para Palestina, y de esos gobiernos israelíes que avanzan bajo el convencimiento de que no tienen nada que negociar al respecto, entonces se plantean los Acuerdos de Abraham.

“Son promovidos por el presidente Donald Trump y gestionados por su yerno Jared Kushner, que consiguen normalizar las relaciones de Israel con cuatro países árabes: con Marruecos, a quien a cambio le reconocen su soberanía sobre el Sáhara Occidental; con Sudán, a cambio de dinero; con Emiratos Árabes Unidos (EAU) y con Bahréin.

La firma de los Acuerdos de Abraham. Foto: The White House

“Pero la administración de (Joe) Biden, en lugar de desechar esa vía política, la continúa. Y su siguiente paso es buscar normalizar la relación de Israel con Arabia Saudita. Y esto sí que son palabras mayores, porque Arabia Saudita ha sido un valedor de la causa palestina, fue quien presentó la última iniciativa de paz árabe para la causa palestina”, dice.

La experta en conflictos armados sostiene que “una lectura es que Hamás calcula que es necesario dar un golpe fuerte en la mesa y tirar los naipes. No sé si calculaban que iba a tener estos alcances, pero lo que para mí es evidente, es que su mensaje es: ‘no, de la causa palestina no se puede olvidar nadie’, porque, insisto, Palestina es el núcleo de todos los equilibrios o de la inestabilidad en Oriente Medio´.

“Se ha ido acumulando la frustración, la desesperación, y a eso se suma la actuación de un grupo muy singular como Hamás, que es partido político, movimiento social, gobierno, guerrilla y usa tácticas terroristas, donde tratan de hacer ver que ni se han ido y que no renunciarán a su derecho de soberanía, ni a tener un futuro Estado.

Señala que éste no es un tema menor porque Arabia Saudita está haciendo “un juego muy hábil”, primero con China, que medió “para que el régimen saudita e Irán restablecieran relaciones, lo que fue un parteaguas hace unos meses”. Pero al mismo tiempo, “negocia con Estados Unidos la firma de los acuerdos de Abraham a cambio de que Estados Unidos le dé el paraguas de seguridad, posiblemente incluyendo el derecho a desarrollar un programa nuclear. Entonces tendría como socio comercial a China y a Estados Unidos proporcionando la seguridad”.

Bin Salmán. “Juego hábil”. @MbSofKSA

Tras el 7 de octubre, Arabia Saudita se vio forzada a congelar los esfuerzos por normalizar las relaciones con Israel, y criticó los ataques contra la población palestina.

--Ante este ajedrez geopolítico y el estallido del conflicto, estos países firmantes y otros en el mundo árabe se están poniendo de perfil, y vemos en sus calles multitudinarias protestas pro-palestinas, se le señala.

--Estos países cuyos regímenes firmaron los acuerdos de normalización con Israel, se tienen que ir con pies de plomo, porque en el mundo árabe la calle es profundamente sensible a la causa palestina, y eso es un riesgo para estos gobiernos.

“Hemos visto, por ejemplo, los estadios de la primera división de la Liga de Fútbol de Marruecos en donde los asistentes despliegan miles de banderas palestinas y cantan `Libertad para Palestina´; ha habido manifestaciones en Egipto, en Jordania. Hubo una concentración masiva en Quetta (Pakistán); es decir, lo que firman los regímenes, que no tienen especialmente buenas credenciales democráticas, no necesariamente representan el sentir de sus calles”.

Egipto. "El sentir de las calles". Foto: Twitter

De hecho, tras la entrevista, Bahréin –país firmante del Acuerdo de Abraham— anunció la expulsión del embajador israelí, llamó a consultas a su embajador en Tel Aviv y la suspensión de las relaciones económicas con ese país.

El rey Mohamed VI de Marruecos emitió un cuidadoso comunicado donde señala su “gran inquietud y su profunda indignación” por el recrudecimiento de las acciones militares y el agravamiento de la situación humanitaria.

Estados Unidos: Con el pie cambiado

La también exasesora senior del Centro Noruego de Resolución de Conflictos (Noref) se refiere al papel de Estados Unidos en el actual conflicto al brindar un respaldo inmediato a Israel tras el ataque, luego de la salida de la mayoría de sus contingentes y capacidades militares de Medio Oriente tras dos décadas.

“Después de implicarse en dos guerras largas que no se ganaron, Afganistán e Irak, se empezó a definir su salida desde la presidencia de Obama, y cada vez con más fuerza pivotaron sus objetivos en Asia, con la constatación de que el gran enemigo geopolítico es China; y que Estados Unidos tiene que librarse de todo este lío que le causa Oriente Próximo.

“Quizá se precipitaron, porque lo hicieron abandonando el papel con el que contribuían –mejor o peor— en las negociaciones entre Israel y Palestina. Desde luego, no ha salido bien. Ahora vemos a Estados Unidos enviar portaviones, unidades de combate y marines, pero no porque vayan dirigidos a Gaza, que ahí Israel tiene manos libres, sino para disuadir acciones hostiles contra Israel por parte de Hezbollah y de Irán”.

En su opinión, por mucho que Estados Unidos pretenda seguir siendo la potencia hegemónica, “la pregunta es si tiene capacidad para librar simultáneamente el apoyo a Ucrania, en Medio Oriente y seguir con la tarea de control marítimo que ha asumido en Asia para frenar a China y proteger a Taiwán. Quizá este sobrevalorando sus capacidades”.

--¿El conflicto tiene potencial para volverse regional?, ¿Irán o Hezbollah podrían entrar activamente en el conflicto? –se le cuestiona.

--Irán siempre ha sido un actor muy pragmático y se ha embarcado en pocas guerras fuera de su territorio. Quizá el riesgo real más grave y más cercano sea una actuación de Hezbollah (el Partido de Dios libanés), que tiene aproximadamente diez veces las capacidades militares que tiene Hamás, tanto en recursos humanos, como misiles, incluso misiles balísticos.

“Hezbollah responde a la actual mayoría de población chiíta en el Líbano, y tiene una característica muy similar a Hamás –que es sunita— que es una mezcla de partido político, movimiento social, milicia híbrida, aunque con mayores capacidades militares”.

El viernes 3, día de rezo en el mundo musulmán, el líder de Hezbollah, el jeque Hassan Nasrallah, dio un esperado mensaje, en el que condicionó la escalada de los enfrentamientos que su grupo y el Ejército israelí tienen en la frontera con Líbano, primero, a los acontecimientos en la Franja de Gaza y ver como se comporta “el enemigo sionista” en la frontera libanesa, donde han tenido intercambio de misiles desde que Israel inició a atacarlos.

No descartó una “guerra extensa” y aseguró que para su grupo están “todos los escenarios abiertos” y “podemos adoptar cualquier opción en cualquier momento”, dependiendo de cómo continúen los ataques israelíes.

Aclaró que el ataque de Hamas del 7 de octubre contra Israel, fue “100 por ciento palestino”, y consideró que “Israel se ha revelado como un Estado tan frágil como una tela de araña”, que necesita “el apoyo estadounidense y occidental”. “Si no, ¿por qué enviaría la marina estadounidense un portaviones poco después del ataque del 7 de octubre?”.

“Estados Unidos debe rendir cuentas y pagar el precio de los crímenes perpetrados por Israel en Gaza, de ahí que los movimientos de resistencia hayan atacado y sigan atacando a las fuerzas estadounidenses en Irak y Siria”, dijo Nasrallah.

 Hassan Nasrallah. El mensaje del viernes 3. AP Photo / Nabil al-Jurani

Los países vecinos

González Bustelo añade otro elemento que es la tensión y los equilibrios tanto internos como regionales que viven los países vecinos de la zona de conflicto. El caso más significativo es el de Egipto, “porque podrían abrir más la mano para el paso de ayuda humanitaria, aunque luego sea bombardeada”, y la frontera para permitir el paso a más enfermos.

“Sin embargo, la preocupación en la zona es que la presión de los bombardeos israelíes contra la población palestina aglomerada cerca de Egipto, eventualmente, provoque un cruce de la frontera egipcia y el país se vea obligado a recibir a esos palestinos en el desierto del Sinaí. Esto se convertiría en una segunda Nakba (como en 1948), es decir, la expulsión de los palestinos que nunca van a regresar y un territorio liberado para Israel”.

“Si esto va más allá de los supuestos propósitos de Israel, y se convierte en una apropiación del territorio, previo desplazamiento de la población palestina, eso todo mundo es consciente que sería una limpieza étnica, digámoslo claro”, sentencia.

González Bustelo. Análisis del tablero internacional. Foto: Fundación SIP

Por otro lado, el rey Abdalá de Jordania, aliado clave de Occidente, también ha dicho que eso no es una opción (la entrada a Egipto), porque Abdalá sabe que eso abriría la puerta en un futuro a una eventual expulsión de palestinos de Cisjordania, cuya salida natural es Jordania.

“En Cisjordania viene escalando la violencia, este ha sido el año con más víctimas mortales, y eso antes del 7 de octubre. Pero a partir de entonces, se calculan que hay entre 500 a 600 incursiones de los colonos armados a las villas palestinas, protegidos por militares. Empezaron en el norte, pero ahora los hay en Ramallah, Nablus, Jericó y Hebrón, por todas partes”, dice. El sitio Btselem.org registra 2 mil 567 palestinos muertos en Cisjordania hasta el 5 de octubre.

Dentro del gobierno ultraderechista de Benjamín Netanyahu, la expansión de los asentamientos ilegales en Cisjordania ha sido una prioridad. A la fecha, Israel controla directamente un 60% de Cisjordania, la llamada Zona C. Actualmente, hay 700 mil colonos israelíes en los territorios ocupados, 200 mil más que hace 10 años.

Asentamientos judíos ilegales. Foto: Especial

González Bustelo señala que en la gestión de esta zona están dos ministros ultranacionalistas y fundamentalistas religiosos de Netanyahu, Bezalel Smotrich (Finanzas) e Itamar Ben-Gvir (Seguridad Nacional), “que abiertamente han hablado de la anexión de la Zona C a Israel”.

--Israel planteó terminar con las capacidades militares de Hamás, calificada como organización terrorista, que es lo mismo que dijo Estados Unidos tras el 11-S, se le plantea.

--Desde la deshumanización del lenguaje hasta los ataques a cualquiera que pueda discutir con argumentos racionales, me voy a permitir un argumento racional para cuestionar lo que Israel está haciendo, incluso en su propio interés: han dicho que su respuesta militar tiene cuatro objetivos oficiales, que es destruir las capacidades militares de Hamás; eliminar el terrorismo; solucionar el tema de los rehenes y defender sus fronteras y sus ciudadanos.

“Hasta ahora, el más objetivo es el de destruir las capacidades militares de Hamas, es extremadamente ambicioso al día de hoy, para unos servicios de inteligencia y unas fuerzas armadas que no se enteraron qué iba a pasar el 7 de octubre, entonces tengo serias dudas de que realmente sepan cuál es la estructura de Hamas, cuáles son sus tácticas de combate, dónde tienen los túneles, en todo caso, ese objetivo que es el más concreto, podría llevar y está llevando a todas estas brutalidades que estamos viendo”.

Y eso, a mediano plazo, “va a tener un impacto en las posibilidades de que esto se extienda a una guerra regional. A su vez, todo indica que el costo para la imagen internacional de Israel va a subir a medida que esto avance y que estas atrocidades avancen”.

También, dice, le plantea la duda “de si Hamás o el terrorismo pueden ser destruidos, porque Hamás es un movimiento social, un partido político, un gobierno y una milicia híbrida, que funciona en partes como guerrilla y en partes como grupo terrorista. La duda es si puedes terminar militarmente con una idea, y yo creo que no.

“Pero entonces, si Israel consigue destruir las capacidades militares de Hamás al costo que estamos viendo, ¿qué es lo que viene después?, porque no veo que haya un plan político para lo que venga: ¿cuál es el plan para el día después?, ¿quién va a controlar Gaza?, ¿quién va a gobernar Gaza?, ¿una fuerza de la ONU?, no creo que Israel lo acepte.

“Y lo digo, a partir de la pregunta, porque Israel se puede ver en el espejo de Estados Unidos, que después de 20 años de guerra contra el terrorismo, en la que murieron miles de soldados y muchos más miles de civiles.

“En Irak, Estados Unidos tuvo la gran idea de `desbaazificar´ (prohibir el partido Baaz, de Sadam Hussein) las instituciones y las fuerzas armadas, que plantó la semilla para, años después, tener a ISIS (Estado islámico), cuyas reverberaciones todavía vemos hoy. Y en Afganistán volvieron los talibanes.

“Caben muchas preguntas: si sólo quieres destruir las capacidades militares de Hamás, uno, ¿los conoces bien?; dos, ¿sí vas a ser capaz de destruir esas capacidades? y, por último, ¿cuál es el plan para el día después?”.

 

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