CIUDAD DE MÉXICO (apro).– El rey Carlos III heredará de su madre, la difunta reina Isabel II, además del trono, toda la fortuna privada de una de las mujeres más ricas del mundo y no tendrá que pagar el impuesto a la herencia por el patrimonio del Ducado de Lancaster.

El 30 de agosto pasado, la reina hizo las últimas modificaciones a su testamento.

“Ahí dejó claro quienes iban a heredar sus 300 joyas, valoradas por 110 millones de dólares, propiedades, obras de arte, inversiones, bienes inmuebles e incluso 32 mil cisnes”, indicó El Espectador en un video de 2:03 minutos. También se dice que dejó innumerables delfines y ballenas que viven en libertad y son considerados propiedad de la corona británica.

De la joyería habría 98 broches, 46 collares, 34 pares de pendientes, 15 anillos, 14 relojes y cinco colgantes.

Toda la fortuna está valorada en 500 millones de euros, según la revista Forbes.

“Esta cantidad relegaba a la monarca por detrás de la autora de la saga de Harry Potter y de muchos aristócratas, entre ellos, el duque de Westminster, 27 veces más rico que ella”, señaló.

Añadió que, en las modificaciones a su testamento eliminó a la esposa del príncipe Harry, Meghan Markle, y a Lilibeth, la hija de los duques de Sussex.

Esto ocurrió después de que decidieron abandonar el Reino Unido y romper relaciones con la corona británica, renunciando a sus cargos reales.

“Así las cosas, el rey Carlos es el principal heredero de la riqueza de la reina Isabel II, una sucesión que está libre de pagar impuestos. Este privilegio, que se remonta a 1993, está destinado a evitar que, si varios monarcas muriesen con pocos años de intervalo, el patrimonio del rey o la reina se volatilizase al verse reducido en 40% en cada herencia”, apuntó.

También es para garantizar la independencia financiera del monarca respecto al Estado.

La reina dejó una importante cartera de acciones y una colección de sello que asciende a 100 millones de libras. Su fortuna incluye el dominio real de Sandringham, joyas y coches.

“Y si el palacio de Buckingham, su residencia londinense y el castillo de Windsor son propiedad del Estado, el castillo de Balmoral, la residencia de verano de la familia real y su casa de Sandringham, donde la familia real celebra tradicionalmente las fiestas de fin de año, eran de la reina y ahora serán legados a Carlos”, señaló.

De acuerdo con el sitio London Times Rich, la fortuna de la reina Isabel se estima entre 500 y 600 millones de dólares y en su testamento vendría la división de la millonaria herencia que tendrá que repartir, pero ese no es el monto definitivo, ya que previamente debe pasar por la Lista Civil, encargada de administrar dichos recursos, la cual fue establecida en 1760 por el Rey Jorge III.

Forbes también lanzó las cifras de la fortuna que ha acumulado la familia real, siendo la enorme cantidad de 88 mil millones de dólares, los cuales se convierten en una de las marcas más millonarias del mundo, posicionándose en el quinto lugar, después de Facebook, Amazon, Google y Apple.

MSN publicó que gran parte de las propiedades pertenecen a la Royal Firm, también conocida como Monarchy PLC, que en total asciende a unos 27 mil 750 millones de euros y a la que miembros de la familia real británica como el rey Jorge VI y el príncipe Felipe se refirieron como “el negocio familiar”. 

También indicó que la reina recibía ingresos a través de un fondo de los contribuyentes conocido como Sovereign Grant, que se paga anualmente a la familia real británica.

“Tiene su origen en un acuerdo realizado por el rey Jorge III, que renunciaba a sus ingresos procedentes del Parlamento con el fin de recibir un pago anual fijo para él y las futuras generaciones de la familia real. Conocida originalmente como Civil List, en 2012 fue sustituida por la Sovereign Grant (Subvención Soberana)”, señaló.

El importe de esta subvención se fijó en casi 100 millones de euros en 2021 y 2022, que son destinados a los gastos oficiales, incluidas las nóminas del personal, la seguridad, los viajes, la limpieza y el mantenimiento.

“Pero se sabe que la reina no sólo recibía un sueldo anual, ya que el 'negocio familiar' también registra grandes ganancias a través de inversiones, eventos televisados y el turismo. Además, con otra asignación del Ducado de Lancaster, denominada Privy Purse, que en el último ejercicio fiscal registró un beneficio neto de 29.7 millones de euros, con los que se cubrían los gastos privados de la monarca y de su familia.

“El Privy Purse es en esencia una cartera de un número indeterminado de propiedades que la familia real británica adquirió a lo largo de 700 años: hectáreas de tierras, nueve castillos y diversas propiedades inmobiliarias, que se han mantenido en fideicomiso desde el siglo XIV, que proporcionaba ingresos privados a la reina”, añadió.

Indicó que, a finales de marzo de 2022, el Ducado de Lancaster tenía 647.6 millones de euros en activos netos bajo su control, lo que supone un superávit de 24 millones. Estos toman la forma de bienes y activos financieros, según una publicación del sitio web del Ducado de Lancaster.

Los activos netos no se pagaban directamente a la reina, pero sí los 24 millones de euros de excedentes, los cuales eran sujetos a impuestos y utilizados principalmente para cubrir los gastos que no cubría la Subvención Soberana.

“Asimismo, Su Majestad heredó casi 70 millones de euros de la Reina Madre cuando ésta murió en 2002, incluyendo inversiones en pinturas –entre las que figuran obras de Monet, Nash y Carl Fabergé–, una colección de sellos, porcelana fina, joyas, tiaras, caballos e incluso una valiosa colección de huevos Fabergé”, agregó.