Drogas

Opioides sintéticos fuente de la epidemia de drogas más mortífera en la historia de EU

A partir de 2012, cuando China empezó a suministrar la demanda de opioides ilícitos en Estados Unidos, la taza de letalidad por sobredosis tuvo un aumento significante, de acuerdo con The Brookings Institution.
domingo, 29 de mayo de 2022 · 13:45

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).–Los opioides sintéticos siguen siendo la fuente de la epidemia de drogas más mortífera en la historia de Estados Unidos. Desde 1999, la sobredosis, a causa del consumo de drogas, ha cobrado aproximadamente un millón de vidas estadunidenses, de acuerdo con una investigación de The Brookings Institution.

La organización refiere que a partir de 2012, cuando China empezó a suministrar la demanda de opioides ilícitos en Estados Unidos, la taza de letalidad por sobredosis tuvo un aumento significante.

En mayo de 2019, China reguló las drogas de tipo fentalino y dos de los precursores claves para la sinterización de estas. Sin embargo, China sigue siendo el principal, aunque indirecto, proveedor de fentalino en Estados Unidos.

La regulación del fentalino, junto a la adopción China de un control más estricto en el monitoreo del correo, ha tenido consecuencias no deseadas. El fentalino sintetizado ya no es enviado directamente de China a Estados Unidos. En cambio, la mayoría del contrabando se lleva a cabo a través de México. Los grupos del crimen organizado obtienen los precursores del fentalino - y cada vez más, los pre-precursores - de China, y con estos sintetizan el fentalino que se trafica a Estados Unidos.

Esto demuestra que la regulación China del fentalino y sus precursores, no es suficiente para detener los flujos a Estados Unidos. Hay poca transparencia en torno a la regulación China del fentalino, pero lo que queda claro es que su eficacia está limitada. La cooperación sinoestadounidense en contra del narcotráfico está llena de tensión, y desde la perspectiva estadounidense parece ser inadecuada.

Al rechazar la culpa que Estados Unidos le adjudica a China, y subrayando la responsabilidad estadounidense en dicha epidemia, Pekín señala que su cooperación en contra del narcotráfico ha sido generosa. Pero esta cooperación se encuentra al merced del deterioro general de la relación geoestratégica entre las dos superpotencias.

Hay poca evidencia que, en ausencia de un cambio significativo en las relaciones sinoestadounidenses, China incremente su cooperación en la lucha en contra del narcotráfico. Este es un hecho el cual las medidas punitivas estadounidenses, como lo son las sanciones económicas y el enjuiciamiento de drogas, probablemente no cambiaran.

Características estructurales de las drogas sintéticas, incluyendo la facilidad con la que se pueden desarrollar sustancias similares que no estén reguladas, se muestran como una inmensa amenaza al control del suministro de drogas, independientemente de la voluntad política de prohibir y regular su uso y hacer cumplir las normas.

La evolución de la postura China hacia la producción ilícita de metanfetamina en China y el tráfico de precursores de metanfetamina desde China, es perspicazmente útil al señalar los patrones y límites de la cooperación policial internacional de China. Como es el caso con los precursores del fentalino, China señala que no puede actuar contra sustancias no reguladas.

China se toma muy en serio la diplomacia antinarcótica en el Sudeste Asiático y el Pacífico, pero su cooperación policial operativa tiende a ser altamente selectiva y limitada por sus propios intereses geopolíticos. Sin embargo, después de años en los que refutaba las críticas internacionales de su papel en el contrabando de los precursores de las metanfetaminas producidas en Asia, China ha incrementado su cooperación policial y legislativa internacional, por lo menos con algunos países. También ha incrementado las medidas de regulación interna, incluyendo el control de sustancias no reguladas, y ha comenzado operaciones de monitoreo e interdicción.

Pero Pekín raramente actúa en contra de las cabezas del sindicato criminal, a menos que se crucen específicamente con un estrecho conjunto de intereses del gobierno chino. El crimen organizado en China cultiva capital político con las autoridades y servidores públicos en el extranjero al promover los intereses políticos, estratégicos y económicos de China. La cooperación legislativa sinomexicana en contra del tráfico de fentalino y los precursores de las metanfetaminas y opioides sintéticos es mínima.

China rechaza su corresponsabilidad y subraya que el control y la aplicación de la ley son tareas exclusivas de las autoridades mexicanas. China ha mantenido esta postura a pesar de que la presencia de actores criminales chinos en México, incluyendo el lavado de dinero y transferencias de valor ilícitas (que cada vez más incluyen el trueque de productos de la vida silvestre por precursores de drogas sintéticas), se está expandiendo rápidamente.

Las opciones de política antidroga de Estados Unidos con respecto a China pueden funcionar a través de los foros multilaterales y hacerle hincapié a la autoimagen de China como la policía mundial en contra del narco tráfico y en el interés propio de Pekín por evitar la aparición del consumo de opioides sintéticos en el país, incluso cuando China señale su bajo nivel de consumo de opioides sintéticos a nivel nacional. Estados Unidos también puede animar a China a que amplíe sus esfuerzos contra el lavado de dinero, aunque no cabe esperar un progreso sólido.

Las acusaciones de Estados Unidos contra empresas e individuos chinos por cargos de tráfico de drogas son herramientas importantes para la aplicación de la ley, pero probablemente solamente reforzarán la postura defensiva de China y limitarán su colaboración en contra del narcotráfico con Estados Unidos, a menos que la relación bilateral general mejore. Dado que no existe un apetito político global para regularizar un gran número de sustancias químicas de doble uso, el estímulo del desarrollo y la adopción de mecanismos de autorregulación para las industrias farmacéuticas y químicas de todo el mundo -incluida China- puede reducir la facilidad de disponibilidad de los agentes precursores para las organizaciones de narcotraficantes.

Pero la aplicación de tales medidas y los obstáculos a su eficacia es más amplia que en el caso de las normas contra el lavado de dinero en el sector bancario

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