Pablo casado
Pablo Casado se despidió como líder de la oposición pero retrasa su renuncia hasta congreso del PP
La mayoría de los barones le exigían que dimitiera hoy mismo y diera paso a la dirigencia de esa formación política a Alberto Núñez Feijóo, el presidente del gobierno en Galicia. Finalmente, tras 4 horas y media, ya de madrugada, acordaron convocar a dicho congreso los días 2 y 3 de abril.MADRID (apro).-Pablo Casado se despidió como líder de la oposición política en España en la sesión parlamentaria de este miércoles, y tras una tensa reunión nocturna con los dirigentes regionales (barones) del Partido Popular (PP), se anunció que permanecerá como presidente de la principal formación política de la derecha hasta que celebre un congreso extraordinario, en abril próximo, a cambio de que no concurra a la elección del nuevo dirigente.
La mayoría de los barones le exigían que dimitiera hoy mismo y diera paso a la dirigencia de esa formación política a Alberto Núñez Feijóo, el presidente del gobierno en Galicia. Finalmente, tras 4 horas y media, ya de madrugada, acordaron convocar a dicho congreso los días 2 y 3 de abril.
Núñez Feijóo declaró que anunciará su decisión de presentarse como candidato a la dirigencia, hasta que se convoque el Congreso extraordinario, sin embargo, su entorno informó que el líder gallego quiere ser elegido “si o si” por la militancia en un congreso del partido.
La caída de Casado de la dirigencia del PP se produjo por el cisma que vive el partido, tras su confrontación con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, porque ésta habría favorecido a una empresa del círculo cercano de su hermano con un millonario contrato para la compra de mascarillas en el momento que más muertes provocaba la pandemia, operación en la que su hermano cobró una jugosa comisión.
La semana pasada, Casado acusó a Ayuso de “un montaje” contra él para tapar un posible “tráfico de influencias”, en relación al contrato de favoreció la comisión que cobró el hermano de la presidenta madrileña.
Desde la sede del PP se acusó entonces a Ayuso y a su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, de filtrar a algunos medios que la dirigencia del partido habría tratado de espiarla e investigar a su hermano. Hasta ahora no existe indicio que haya habido esa investigación.
Sin embargo, tras las acusaciones cruzadas, hubo una reunión entre Casado y Ayuso, después de la cual la dirigencia del PP reculó y cerró el expediente de Ayuso, dando por bueno las explicaciones por las supuestas irregularidades.
Este hecho, sin embargo, no convenció a la oposición y han formulado varias denuncias y la Fiscalía Anticorrupción abrió diligencias por este caso.
Al interior del partido la crisis se fue agudizando al grado que el martes Casado se vio obligado a separar de su cargo al secretario general, Teodoro García Egea.
A su vez, Pablo Casado abandonó este miércoles por última vez el hemiciclo del Congreso de los Diputados como líder de la oposición, en medio del aplauso de los diputados del PP que lo abandonaron en los últimos días. Momentos antes, en su intervención, en lugar de preguntar al presidente Pedro Sánchez, entonó su despedida, “entiendo la política desde la defensa de los más nobles principios y valores, desde el respeto a los adversarios y entrega a los compañeros, y todo para servir a España y a la causa de la libertad”.
Desde el gobierno y de varios diputados contrarios al PP hubo muestras de mayor humanidad con el dirigente caído frente a la saña que enfrentaba en su partido. Tras descartar un adelanto electoral –usando la crisis del PP—, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, le dijo a Casado, “desde la diferencia y la discrepancia política que se ha manifestado en muchas sesiones de control, le deseo en lo personal lo mejor”.
Los barones lo abandonan
Pablo Casado llegó a la dirigencia del partido como delfín de José María Aznar, pero luego el expresidente de España le abandonó y dio su apoyo a Isabel Díaz Ayuso, señalada por la oposición como la ala más “trumpista del PP” y quien venía de la corriente de la ultraconservadora lideresa del partido, Esperanza Aguirre.
Con el avance de la ultraderecha de Vox, la dirigencia de Casado se escoró con un discurso más radical contra el gobierno de Pedro Sánchez, al que calificaba de “ilegítimo”, incluso de “felón” por pactar con “terroristas”, en alusión a los partidos vascos, y con “los que quieren romper España”, refiriéndose a los partidos catalanes.
Fue elegido como líder del PP en unas elecciones primarias abiertas, pero su dirección colapsó por una dirección errática y sin rumbo, con poco peso en las regiones.
Propuso como candidata para Madrid a Díaz Ayuso, en contra de la opinión de muchos dirigentes, sin embargo, después entraron en una guerra soterrada, que estalló la semana pasado y, en solo una semana, lo orilla a dejar la dirigencia partidista.
A solo nueve días de las elecciones de Castilla y León, donde esperaban mejores resultados, el partido está avocado a aliarse con Vox para poder gobernar, un tema de mucha discusión interna para controlar la derecha en el país.
Núñez Feijóo: Romance con Pemex
En la caída de Pablo Casado ha surgido Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, como figura para sustituirlo, por ser uno de los dirigentes con más experiencia y autoridad moral entre los altos directivos del partido. Y es el dirigente que tiene todo el respaldo en la cúpula del partido para asumir la dirigencia.
En su administración como presidente de Galicia, ha tenido una controversial conexión con México. Núñez Feijóo fue quien buscó y cabildeó, primero con Felipe Calderón, y luego con colaboradores de Enrique Peña Nieto, los acuerdos con Petróleos Mexicanos para la adquisición de los Astilleros Hijos de J. Barreras, ubicados en el puerto gallego de Vigo, y el encargo de barcos-hoteles para Pemex, que terminaron en un mal negocio y en auditorías por presuntos casos de corrupción.
En 2012, el presidente de Galicia, Núñez Feijóo, firmó los contratos con directivos de Pemex, que fueron transmitidos por la televisión pública –días antes de elecciones locales—, sin embargo, cuando Emilio Lozoya fue detenido en España, en febrero de 2020, la oposición y los medios lo cuestionaron, pero él trató de desligarse de la figura del exdirector general de la petrolera mexicana.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, puso ese acuerdo en el punto de mira y ordenó una revisión de los contratos por sospechas de “corrupción” y sobrecostos injustificados.
Marinos mexicanos realizaron una auditoría en esa inversión por las sospechas de los sobrecostos. Y en el marco de la “pausa temporal” en las relaciones con España, López Obrador puso como ejemplo los contratos con los astilleros, acuerdos en los que “no ofrecían un trato justo” a México.
“Estamos revisando contratos de empresas que se tienen en España con astilleros españoles donde no había un trato justo para Pemex”, señaló.