Brasil

El jefe del Congreso de Brasil entregaría la banda presidencial a Lula tras la huida de Bolsonar

Desde que Lula venció las elecciones del 30 de octubre ha sido una incógnita la identidad del encargado de hacer el simbólico traspaso de poder ya que desde el primer momento Bolsonaro nunca ha sido una opción.
miércoles, 28 de diciembre de 2022 · 11:40

MADRID, (EUROPA PRESS) - El jefe del Congreso de Brasil, Rodrigo Pacheco, suena como favorito para ser el encargado de entregar la banda presidencial al presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, en la toma de investidura el 1 de enero de 2023 una vez confirmada la ausencia de Jair Bolsonaro, quien pasará el fin de año en Estados Unidos.

Desde que Lula venció las elecciones del 30 de octubre ha sido una incógnita la identidad del encargado de hacer el simbólico traspaso de poder ya que desde el primer momento Bolsonaro nunca ha sido una opción. El aún presidente brasileño dejó claro a los suyos que no participaría en un acto para mayor gloria de su rival.

No solo Bolsonaro se ha negado, también su vicepresidente, Hamilton Mourao, quien ha dejado claro que no entregará banda presidencial alguna porque no le corresponde, algo que sí se pudo ver en otros países como Estados Unidos cuando Mike Pence le traspasó el poder a Joe Biden tras la espantada de Donald Trump.

La opción de Pacheco, quien también preside el Senado, ha cobrado mayor fuerza en los últimos días, ya que la otra persona que podría asumir ese rol, la jefa del Tribunal Supremo, la jueza Rosa Weber, quien suele rehuir de grandes eventos, cuenta el diario 'O Globo'.

Pacheco abrirá la sesión inaugural en el Congreso para que presidente y vicepresidente electos firmen el acta de mandato. Después, el nuevo jefe de Estado acude al Palacio del Planalto donde recibe la banda y despide al saliente. Con la ausencia de Bolsonaro, la ceremonia empezaría y acabaría en las cámaras.

Además de la opción de Pacheco también se barajaron otras como la del presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira (PP-AL), la de la expresidenta Dilma Rousseff --como una suerte de reparación histórica por el juicio político contra ella que luego se demostró infundado--, o incluso la de convocar a un grupo de personas que representaran las poblaciones de riesgo de Brasil.

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