Transición
La cúpula empresarial abre la billetera: 42 mil millones de dólares para el gobierno de Sheinbaum
“Nada más para empezar”, dijo el presidente del organismo, Francisco Cervantes Díaz, al detallar las inversiones proyectadas para la próxima administración “como muestra de confianza”.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En medio de las felicitaciones por su triunfo en las elecciones presidenciales, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la cúpula que reúne a los empresarios más poderosos de México, anunció que en el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, “como muestra de confianza”, habrá inversiones por más de 42 mil millones de dólares.
“Aquí hay inversiones que rebasan los 42 mil millones (de dólares), nada más para empezar. Y eso es un sello de confianza a su persona, señora presidenta electa, para que México siga con ese camino de la confianza, ese camino de las oportunidades y el diálogo”, dijo el presidente del organismo, Francisco Cervantes Díaz.
En la reunión del Consejo Nacional del CCE, en la que la virtual presidenta electa fue invitada especial, el líder empresarial detalló algunas empresas y las cantidades que “están listas” para invertir en la próxima administración:
- FEMSA: “por encima de” los nueve mil millones de dólares
- TransCanada: cuatro mil 500 millones de dólares
- México Pacific: más de 15 mil mllones de dólares
- Iberdrola: cinco mil millones de dólares
Y mencionó a Grupo México, de Germán Larrea, de quien no reveló la cantidad, pues “es una sorpresa, pero sí es bastante interesante la inversión”.
Luego, agregó: “Y aún hay muchas inversiones por encima de los 42 mil millones de dólares. Aquí está Coppel, también está TERNIUM, con Máximo Bedolla también con inversiones muy muy importantes para sumar, en total 42 mil millones de dólares”.
Al anuncio de la millonaria inversión en la administración de la morenista le siguieron los aplausos de algunos de los empresarios que acudieron al Salón Castillo del Hotel Presidente Intercontinental. Aunque fue notorio que otros no aplaudieron y, eso sí, que no hubo ningún grito de “¡pre-si-den-ta!”.