Economía

Ligero repunte de la economía mexicana en 2022: Banco Mundial

El pronóstico de crecimiento del PIB pasa de 1.7% a 1.8% para este año, pero baja para 2023 de 1.9% a 1.5%, escribió William Maloney, economista en jefe del BM para América Latina y el Caribe. Descartó una recesión en el corto plazo para EU y México, pero deploró la baja inversión pública en el país
martes, 4 de octubre de 2022 · 14:55

Ciudad de México, (Apro).— El Banco Mundial (BM) mejoró su previsión de crecimiento para la economía mexicana de 1.7% a 1.8% para el 2022.

         La mala noticia es que para el 2023, el organismo internacional previó que el Producto interno Bruto (PIB) sea de sólo 1.5%, nivel inferior al 1.9% estimado anteriormente, de acuerdo con el informe Nuevos enfoques para cerrar la Brecha Fiscal, presentado por William Maloney, economista en jefe del BM para América Latina y el Caribe.

         Eso sí, Maloney descartó la posibilidad de una recesión en el corto plazo para Estados Unidos y para México.

         “La Fed está subiendo agresivamente la tasa y hay mucha gente preocupada porque temen que podría impulsar una recesión en Estados Unidos… En la eventualidad de una recesión en la primera economía del mundo, todos los países de la región se verán impactado. Pero ese escenario está descartado”, explicó.

         De acuerdo con el documento, México es uno de los países de la región con más baja inversión pública: apenas 1% del PIB, nivel similar a los de economías como Brasil y Aruba y lejos del 4% que destinan países con economías semejantes, principalmente de Asia.

         “Sin mayores esfuerzos de inversión será difícil sentar las bases para detonar un crecimiento económico mayor, lo que es preocupante en el contexto actual de erosión en la capacidad de gasto que ha dejado la inflación en las familias y empresas”, señaló el documento.

         Por su parte, el Banco Mundial anticipó un crecimiento del 3% al cierre de 2022 para América Latina, nivel superior al 2.3% previsto en abril. Sin embargo, para 2023 se proyecta un crecimiento de 1.6%, una desaceleración principalmente por la caída en los precios de las materias primas.

         “Estas tasas de crecimiento son bajas y no alcanzan para hacer mella en la pobreza o en el nivel de prosperidad. También son prácticamente idénticas a las observadas durante los diez años anteriores a la pandemia. Todo esto sugiere, si no una trampa de crecimiento, al menos un desempeño obstinadamente mediocre”, advirtió William Maloney.

Remató que esto a su vez apunta a la necesidad de abordar desafíos de larga data en términos de infraestructura, educación e innovación tecnológica y de gestión.

 

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