París 2024
Randal Willars: “lo que logre será para mí”
En París 2024 el clavadista tendrá revanchas: la primera, asistir a sus primeros Juegos Olímpicos, mismos que acarició desde hace tres años; y la segunda, pasar de lamerse las heridas a conquistar un resultado exitoso.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hace tres años Randal Willars no asistió a Tokyo 2020. El clavadista, de entonces 19 años, sintió que al llevar la etiqueta de “joven promesa” y no conseguir su clasificación decepcionó a su familia, amigos y a México. Tomó una decisión: sumar por primera vez en su carrera a un psicólogo del deporte a su equipo multidisciplinario con el objetivo de clasificar a París 2024. Este lunes 29 de julio competirá en sus primeros Juegos Olímpicos en la plataforma de 10 metros sincronizados al lado de Kevin Berlín.
“No ir a Tokyo ha sido el episodio más duro de mi carrera hasta ahora. En ese momento sentía que tenía todo —a nivel técnico, fortaleza física y emocional— para representar de la mejor manera a México. A pesar del momento tan triste, jamás pensé en tirar la toalla, al contrario, estaba seguro de que obtendría mi revancha”, dice Willars.
Pese haber obtenido para México las plazas olímpicas en la plataforma individual de 10 metros y 10 metros sincronizados (ésta última junto a Iván García) en la Copa del Mundo de Tokyo 2021, Willars no ganó su boleto olímpico en el selectivo nacional al cual convocó la Federación Mexicana de Natación (FMN). Ese año la FMN, cuyo presidente era Kiril Todorov, fue señalada por Willars de haber realizado una mala calendarización para el control técnico en el que los clavadistas le pusieron su nombre a las plazas olímpicas.
“Al regresar de haber obtenido las plazas para el país se fue acumulando un desgaste físico, el cual requería bajar la carga de entrenamientos para enfocarnos a llegar en las mejores condiciones a Tokyo. Debido a la mala planeación del control técnico (el selectivo) mi preparación y descanso se vieron afectados al no contar con una fecha exacta del mismo, en donde mi desempeño pudo ser el óptimo si hubiera existido una mejor planeación”, escribió el clavadista en un tuit el 23 de junio de 2021.
Aquella Copa del Mundo se llevó a cabo del 1 al 6 de mayo, y el control técnico de la FMN se realizó del 11 al 14 de junio a puerta cerrada en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (Cnar).
El atleta solicitó tener un diálogo con las autoridades de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y del Comité Olímpico Mexicano (COM) para “entender los criterios de evaluación en torno a la decisión que tomó la FMN”, pero esa plática jamás ocurrió.
Dejar atrás el pasado
Mientras los ojos del mundo estaban puestos sobre lo que ocurría en Tokyo 2020, Willars contactó a Luis Carlos Loera Herrera, psicólogo deportivo con 14 años de experiencia. La encomienda era que le ayudara a mejorar mental y emocionalmente para enfocarse en clasificar a París 2024 sin importar qué obstáculos deportivos y burocráticos se interpusieran.
“Randal es un deportista insaciable, siempre busca la mejora constante, además, es una persona metódica. Esos puntos fueron clave para que se acercara a mí. Él no quería repetir el mismo error dos veces”, explica Loera.
El especialista comenta que en esos momentos encontró a un atleta que carecía de confianza en sí mismo, por lo que la primera tarea fue sacar del pensamiento de Randal “todo el escombro” que dejó ese episodio. Para ello habló con el clavadista y con su familia, así como con su círculo cercano. Incluso asistió a sus entrenamientos con la intención de saber qué pensamientos impactaron en su desempeño deportivo.
Aclara que el primer año fue de exploración y de duelo, de comprender que la no clasificación a los que hubieran sido sus primeros Juegos Olímpicos representó una pérdida. Fue durante ese periodo que comprendió que el deportista había sido descobijado en su salud mental y su rendimiento mental, es decir, hasta ese momento el deportista se encontraba por delante de la persona, de tal manera que todo aquello que lo afectaba fuera de la alberca impactaba adentro de ella.
“Randal cuenta con algo conocido como escaneo corporal, básicamente tiene la facilidad de centrar toda su atención en las sensaciones físicas de su cuerpo, logrando conectar éste con la mente. Eso lo utilizamos para que ante, durante y después de la ejecución de un clavado no pensara en nada más que en ese momento”.
El último paso fue la autorregulación emocional, la capacidad de cómo responder a las expectativas a nivel social y deportivas de su entorno. Loera explica que en el deporte de alto rendimiento es inevitable que el deportista aspire a los mejores resultados, pero es vital controlar esas emociones para no pensar en escenarios catastróficos como la derrota o la no clasificación a unos Juegos Olímpicos. A partir de ello se establecen metas por temporadas o competencias, lo que ayuda a la autoconfianza.
Teniendo en cuenta que el trabajo psicológico tenía que estar muy bien calendarizado y adaptado —el ciclo olímpico rumbo a París sería de tres años y no de cuatro como consecuencia de la pandemia—, las sesiones desde un inicio fueron semanales, en su mayoría de manera presenciales. Si Willars viajaba a una competencia a nivel internacional trabajaban vía remota.
El renacimiento
Desde que Willars integró a Loera a su equipo ganó la medalla de oro en la plataforma de 10 metros, presea que repitió en el salto sincronizado junto a Kevin Berlín, ambas en los Juegos Panamericanos Santiago 2023. En el Campeonato Mundial de Natación Fukuoka 2023 obtuvo la plaza para México en la plataforma individual de 10 metros (fue cuarto lugar) y junto a Berlín ganó el bronce en 10 metros sincronizados, resultado que también le dio una plaza olímpica a México.
En sus últimas competencias en 2024, la Copa del Mundo de Clavados celebrada en Montreal y la de Xi’an, subió al podio. En la primera se colgó la plata y en la segunda el bronce.
“Creo que he crecido mucho a nivel personal y deportivo desde que comencé a trabajar la parte psicológica. Gracias a ello no haber ido a Tokyo dejó de lastimarme y me di cuenta de la importancia del apoyo de mi familia, mi entrenador y compañeros en las derrotas. Ya no me pesa ser o no el favorito. Me di cuenta que el sueño es mío, no de nadie más y lo que logre será para mí”.