Tour de Francia

Todo sobre el Tour de Francia 2024: salida desde Italia y un final olímpico en Niza

Los Juegos Olímpicos de la capital francesa han cambiado este año el esquema de la gran ronda por etapas, que además se adelanta unos días a sus fechas más habituales. Y no se dejen engañar: rarezas no implican debilidades.
viernes, 28 de junio de 2024 · 17:00

(France24).- El Tour de Francia de 2024 comienza este próximo sábado 29 de junio en Italia. Tan solo la primera de las rarezas de la 111ª edición de la ronda gala. Florencia verá la partida de la carrera, que inicia por primera vez desde territorio italiano para recorrer un total de 3.498 kilómetros buscando la meta de Niza, la segunda de sus grandes anomalías. Será la primera vez en la historia que el Tour no acabe en París.

Los Juegos Olímpicos de la capital francesa han cambiado este año el esquema de la gran ronda por etapas, que además se adelanta unos días a sus fechas más habituales. Y no se dejen engañar: rarezas no implican debilidades.

Este Tour toma la fórmula del éxito del año pasado en el País Vasco y comenzará con dos etapas de media montaña que son un seguro para el espectáculo. Un inicio, como no podía ser de otra manera, a la italiana: más de 200 kilómetros y 3.600 metros de desnivel acumulado con siete ascensiones. Si esto les recuerda al Giro, es por algo.

Comenzar en Italia implica también tener que cruzar los Alpes para llegar a territorio galo. La primera etapa de alta montaña llega en la cuarta jornada con Sestrières y Galibier. Seguramente no será una de las más vistosas de la ronda, pero conociendo el hambre de algunos de los aspirantes a la victoria final y el despilfarro de energía que realizó Tadej Pogaçar en el pasado Giro, nada es descartable.

En el camino hasta Niza, una etapa con más de 30 kilómetros de ‘sterrato’ en la novena jornada, dos grandes etapas en Pirineos en la segunda jornada y una última semana muy dura en los Alpes.

Es cierto que las grandes etapas de montaña no son especialmente largas, pero hay mucha variedad y, sobretodo, una crono final de 35 kilómetros entre Mónaco y Niza de las que deciden un maillot amarillo si la clasificación no llega sentenciada. Es un Tour de Francia extraño y aquí lo desgranamos.

 

Etapa 1: Florencia - Rimini (sábado 29 de junio)

 

La capital de la Toscana acoge la salida del primer Tour de Francia que parte desde territorio italiano. Florencia ya acogió los mundiales de ciclismo en el año 2013 y es la excusa perfecta para hacer un homenaje a uno de los grandes mitos de este deporte.

La carrera pasará por la localidad natal del tres veces ganador del Giro y dos veces ganador del Tour (1938 y 1948) Gino Bartali. Será un recorrido de 206 kilómetros con siete ascensiones a las colinas de la Toscana y la Emilia Romagna. Un total de 3.600 metros de desnivel acumulado harán la delicia de los espectadores.

La fórmula funcionó en el Pais Vasco en 2023: un inicio duro asegura batalla desde el primer día por el maillot amarillo, evita caídas masivas ante posibles finales al sprint y señala debilidades.

En la pasada edición del Giro ya vimos que Tadej Pogacar salió a morder desde el primer día. Ciertamente en el Tour la calidad de los rivales será mayor, pero la temporada 2024 viene plagada de caídas de los principales líderes y con ellas siempre llegan las dudas.

¿Llegarán Vingegaard, Roglic y Evenepoel cortos de forma tras sus caídas en la Vuelta al Pais Vasco? Podemos estar seguros que Pogacar y su potente escuadra del UAE con Adam Yates, Joao Almeida y Juan Ayuso en plena forma lo van a probar. 

 

Etapa 2: Cesenatico - Bolonia (domingo 30 de junio)

 

Recorrido completo por la Emilia Romagna, que de nuevo busca un perfil rompepiernas, si bien con prácticamente la mitad de desnivel acumulado que la primera jornada.

Por el camino hacia la estudiantil y combativa Bolonia pasarán por el circuito de velocidad de Imola antes de llegar a las principales dificultades de la jornada. En los últimos 35 kilómetros afrontarán dos ascensiones al santuario de San Luca de 1,9 kilómetros al 10,6% de pendiente media.

Buena parte del pelotón lo conoce por ser el final del Giro dell'Emilia. Será una oportunidad perfecta para los grandes rematadores del pelotón, si bien parece difícil que alguno de los sprinters puros aguante las subidas en el grupo principal.

 

Etapa 3: Plaisance - Turín (lunes 1 de julio)

 

Serán 230 kilómetros para la tercera etapa del Tour, que marcará el primer final claro para los sprinters. Poco que comentar en cuanto al recorrido, que, sin embargo, servirá de homenaje para el otro gran mito del ciclismo italiano: Fausto Coppi.

Coppi y Bartalli aparecen como una dupla indisociable en la historia del ciclismo. No se entiende la grandeza de sus nombres sin su gran historia de rivalidad en una época en que el ciclismo era más aventura que deporte y el continente europeo se veía destrozado por las guerras. Fausto Coppi murió el 2 de enero de 1960 en Tortona. Por allí pasará esta segunda etapa camino de Turín.

 

Etapa 4: Pinerolo - Valloire (martes 2 de julio)

 

Si Coppi y Bartalli son una dupla indisociable, lo mismo podemos decir del Tour y de los Alpes. Esa combinación que ha hecho grande a la ronda gala llega en esta edición en la cuarta etapa en forma de puente entre Italia y Francia.

Serán tan solo 139,6 kilómetros en los que de nuevo se acumularán 3.600 metros de desnivel. Se subirán dos grandes colosos del Tour: Sestrières y Galibier, si bien este último se subirá por su vertiente más suave. Pese a ello, serán 23 kilómetros de ascensión al 5,1% de pendiente media.

Desde la cima del Galibier hasta meta habrá 19 kilómetros de bajada y quizás la primera gran persecución entre favoritos. Esta no es una etapa colosal de montaña, pero llega muy pronto y, como ya señalábamos anteriormente, con las dudas sobre el estado de forma de algunos favoritos.

Tanto Visma como UAE y Bora-Hangsgrohe, los equipos de Jonas Vingegaard, Primož Roglic y Tadej Pogacar respectivamente, asustan por la calidad de sus ocho corredores. Serán clave en caso de que a sus líderes les fallen las piernas.

La suma de demasiados hombres fuertes en el UAE siembra algunas dudas sobre el trabajo en equipo en torno al líder, pero el dos veces campeón del Tour, Tadej Pogacar viene con ganas de hacer un doblete histórico Giro-Tour y seguramente quiera dejar claro desde un principio que este año es el principal favorito.

No hay que dejar de lado al Ineos-Grenadiers. Llevan al Tour un gran equipo con nombres como Carlos Rodriguez (cuarto clasificado en 2023), Tom Pidcock, Egan Bernal, Geraint Thomas o Michal Kwiatkoski. A priori no tienen tanta fuerza de cara a la general, si bien es seguro que buscarán al menos el podio que se le escapó el año pasado al joven español Carlos Rodríguez. Tienen nombres para buscar grandes victorias de etapa.

 

Etapa 5: Saint-Jean-de-Murienne - Saint-Vulbas (miércoles 3 de julio)

 

Tras la primera etapa de alta montaña volvemos a un recorrido más típico para los primeros días del Tour. Serán 177,4 kilómetros de una etapa llana reservada para los velocistas con carreteras amplias en el final que favorecen el control de la etapa por parte del pelotón.

 

Etapa 6: Macon - Dijon (jueves 4 de julio)

 

Segunda jornada que sobre el papel queda reservada para los sprinters. Se trata de un recorrido de 163,5 kilómetros prácticamente llanos entre viñedos.

Habrá fuga, sin duda, porque en el Tour cualquier minuto de visibilidad en televisión es oro para los patrocinadores, pero los equipos de los velocistas no dejarán escapar la oportunidad. 

 

Etapa 7: Nuits-Saint-Georges - Gevrey-Chambertin (CRI - viernes 5 de julio)

 

Llega la primera de las dos contrarrelojes individuales de este Tour. Es la más corta de las dos con 25 kilómetros prácticamente llanos. La propia organización del Tour aclara que no se esperan grandes diferencias entre los favoritos, pero es un día clave.

Sin duda, Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard tienen que saldar viejas deudas en las cronos. El año pasado el danés deslumbró en la contrarreloj. En la etapa 16 le metió más de un minuto y medio al esloveno.

En esta séptima habrá que estar atentos a la rodada del belga Evenepoel, que debería compensar su peor desempeño en la montaña de cara a la general. 

 

Etapa 8: Semur-en-Auxoix - Colombey-les-Deux-Églises (sábado 6 de julio)

 

La gran ronda por etapas del ciclismo se acerca a su primera jornada de descanso, pero no por ello se relaja el recorrido. Después del esfuerzo en la crono, la organización ha preparado una etapa estilo clásica de 183,4 kilómetros rompepiernas por encima de los 2.000 metros de desnivel.

Es un recorrido que a priori se presta para varios desenlaces. Por terreno y por el esfuerzo anterior podríamos ver una fuga que acabe llegando a la meta. Los esfuerzos acumulados de la primera semana entre los grandes equipos pueden llevar a pensar en la etapa que viene, que será una de las claves de este Tour.

 

Etapa 9: Troyes - Troyes (domingo 7 de julio)

 

Apunten esta etapa de 199 kilómetros y 2.000 metros de desnivel. Con esta presentación no parece una jornada tan especial, pero la organización ha preparado 14 tramos de sterrato por caminos sin asfaltar que suman más de 30 kilómetros.

Un día para el deleite de los aficionados y el sufrimiento de los ciclistas. El 'sterrato' funciona y acostumbra a dejar etapas vibrantes y nerviosas. Un pinchazo o una caída en un momento delicado puede dejarte sin opciones.

Recuperar tiempo en terreno sin asfaltar puede ser una odisea y el trabajo de los equipos arropando a sus líderes puede ser clave. En Visma lo saben bien. En el año 2022, Roglic se cayó y se dislocó el hombro en una etapa similar y Vingegaard sufrió un pinchazo del que solamente le salvó el trabajo de sus compañeros.

A Pogacar le hemos visto volar este año en la Strade Bianche, la gran clásica del sterrato y sin duda buscará hacer daño sobre los caminos de grava franceses.

 

Jornada de descanso (lunes 8 de julio)

 

Etapa 10: Orléans - Saint-Amand-Montrond (martes 9 de julio)

 

El Tour vuelve a las carreteras con una etapa llana de 187,3 kilómetros de camino hacia los Pirineos. Los equipos deberán estar muy atentos porque la etapa transcurre por carreteras muy expuestas al viento con hasta tres cambios de dirección en los últimos 30 kilómetros. El sprint masivo podría verse truncado por los abanicos.

 

Etapa 11: Évaux-Les-Bains - Le Lioran (miércoles 10 de julio)

 

Antes de llegar al macizo pirenaico, el Tour hará su clásico paso por el Macizo Central francés, si bien este año solo será por una etapa. Los ciclistas recorrerán 211 kilómetros con 4.350 metros de desnivel acumulado. No es una etapa de alta montaña por el nombre de los puertos, pero será una de las más duras de la edición.

El grueso de las dificultades montañosas se encuentra en los últimos 50 kilómetros y, como bien indica el director del Tour Christian Prudhomme, en el recorrido oficial, será una etapa para "escaladores de gran temperamento". 

Dos puertos de segunda categoría, uno de primera y la subida final a Le Lioran de tercera categoría. Serán unos kilómetros vibrantes en los que no hay que descartar que llegue una fuga hasta meta. 

 

Etapa 12: Aurillac - Villeneuve-sur-Lot (jueves 11 de julio)

 

Una nueva etapa –y la última– de más de 200 kilómetros en la ronda gala. Serán un total de 211 kilómetros con un recorrido completamente quebrado que puede propiciar de nuevo la llegada de una fuga.

Desde la organización apuntan a que el final de etapa favorece el control por parte del pelotón, pero dejan un dato: en las dos últimas ocasiones que el Tour ha llegado a VIlleneuve-sur-Lot los escapados consiguieron ganarle el pulso al grupo. 

 

Etapa 13: Agen - Pau (viernes 12 de julio)

 

Última oportunidad para los sprinters antes del encadenado pirenaico del fin de semana. El terreno francés se allana de camino a Pau, considerado el balcón a los Pirineos por las espectaculares vistas hacia la cordillera que se pueden observar desde sus calles.

Serán 171 kilómetros con 2.000 metros de desnivel. Los equipos de los sprinters deberán estar atentos para no regalar a la fuga una de las últimas volatas de esta edición. Hacia el final el recorrido se torna ondulado y si no miden los esfuerzos pueden verse sorprendidos por una fuga bien ordenada. 

 

Etapa 14: Saint-Lary - Soulan Pla D'Adet (sábado 13 de julio)

 

Los Pirineos comienzan con una de esas etapas típicas de montaña en el ciclismo moderno: corta –pues cuenta con tan solo 151,9 kilómetros de recorrido– pero con un encadenado que asusta con el Tourmalet (19 kilómetros al 7,4%), el Hourquette d'Ancizan (8,2 kilómetros al 5,1%) y la subida final a Saint-Lary-Soulan Pla D'Adet (10.6 kilómetros al 7.9%).

Es sin duda una gran etapa de montaña con algunos de los más grandes puertos pirenaicos y aquí nadie se va a esconder. Pese a que es una etapa corta, los equipos pueden jugar un papel importante en este encadenado. 

La organización ha planteado este final como homenaje a otra gran figura de este deporte. Aquí ganó el francés Raymond Poulidor, el abuelo de Mathieu van der Poel, hace 50 años. 

 

Etapa 15: Loudenvielle - Plateau de Beille (domingo 14 de julio)

 

El Tour llega al que siempre es uno de sus días marcados: el día de la fiesta nacional. El 14 de julio es sinónimo de multitudes en la ronda gala y en esta edición viene de la mano de 197,7 kilómetros de etapa con 4.800 metros de desnivel acumulado. 

Es un perfil completamente diferente al día anterior. Las grandes distancias siempre son sinónimo de desgaste en las carreras de tres semanas, pero el encadenado asusta menos que en la jornada anterior. Esto no significa menor dureza, nada más lejano de la realidad, pero está más repartida.

De salida de sube un coloso como el Peyresourde de primera categoría y antes de los primeros 70 kilómetros habrán coronado el Col de Mente (9,3 kilómetros al 9,1% de desnivel) y el Portet D'Aspet (4,3 kilómetros al 9,6% de desnivel).

Son tres puertos de primera categoría a los que se sumarán al final de la etapa otro primera como es el Col D'Agnes y el final de categoría especial en Plateau de Beille de 15,8 kilómetros al 7,9% de pendiente media. 

Es un día para hacer daño en la general y para recordar a grandes corredores como Alberto Contador y Marco Pantani. Aquí cimentó el italiano su mítico doblete Giro-Tour en el año 1998. Pogacar busca este año la misma épica que nadie ha conseguido desde entonces.

En las últimas dos ediciones Vingegaard se ha mostrado superior en la montaña, pero el esloveno gusta de marcar la historia de este deporte. Si las fuerzas se han mostrado igualadas hasta entonces, disfrutaremos de un gran día este 14 de julio. 

 

Jornada de descanso (lunes 15 de julio)

 

Etapa 16: Gruissan - Nimmes (martes 16 de julio)

 

Tras el combinado pirenaico el Tour llega a la que a priori será la última oportunidad para los velocistas. Sin final en los Campos Elíseos de París es probable que muchos de los velocistas se retiren de la carrera tras esta jornada de 188,6 kilómetros. Después llegan los Alpes y podríamos ver que el maillot verde finalmente se quede entre uno de los favoritos de la general. 

 

Etapa 17: Saint-Paul-Trois-Chateaux - Superdévoluy (miércoles 17 de julio)

 

La carrera se acerca a la traca final en la cordillera alpina con 177,8 kilómetros y casi 3.000 metros de desnivel. No es una gran etapa de montaña, pero se van subiendo kilómetros en montaña.

Podríamos ver una etapa para la fuga, pues los principales favoritos buscarán guardar fuerzas de cara a las grandes etapas que se vienen.

 

Etapa 18: Gap - Barcelonette (jueves 18 de julio)

 

Etapa de media montaña con casi 180 kilómetros que puede suponer la última oportunidad para que los fugados lleguen a meta. Los favoritos miran a la siguiente etapa y los grandes gregarios tendrán que guardar fuerzas para ayudar a sus líderes.

A estas alturas, escaladores de segundo plano o grandes escaladores en equipos que han perdido sus oportunidades para la general y siguen sin ganar etapa puede plantear una etapa muy interesante y las tres etapas finales están reservadas para la general. 

 

Etapa 19: Embrun - Isola 2.000 (viernes 19 de julio)

 

Se acerca el desenlace del Tour con la primera de las dos grandes etapas de los Alpes. Si a estas alturas la ronda no está decidida, podemos ver un fin de semana de infarto, aunque el esfuerzo de la contrarreloj final puede ser un arma de doble filo.

La antepenúltima etapa vuelve a ser corta, pero engañosa. En 144, 6 kilómetros se sumarán 4.400 metros de desnivel acumulado. Muchos metros para tan poco recorrido. A esta dureza se le sumará que los tres puertos de la jornada se coronan por encima de los 2.000 metros de altura. Allí ya empieza a faltar el oxígeno.

El Col de Vars se corona a 2.109 metros y La Bonette, que regresa luego de 16 años al Tour, asciende hasta los 2.802 metros. En Isola 2.000 Miguel Indurain y Tommy Rominger firmaron un gran duelo hace 31 años. 

 

Etapa 20: Niza - Col de la Couillole (sábado 20 de julio)

 

Niza, final de este Tour, acogerá también el inicio de la penúltima etapa con un recorrido que recuerda a muchos de los conocidos en la París-Niza. Serán apenas 132,8 kilómetros con una dureza muy concentrada: un puerto de segunda categoría al inicio y acto seguido un encadenado de tres puertos de primera.

La consigna de la organización es clara: aquí se busca batalla desde el inicio. Aquellos contendientes a la general que le tengan miedo a la crono final deben buscar que la carrera estalle en su penúltimo día. Las fuerzas ya están justas y siempre hay sorpresas finales. 

En una etapa de este tipo la actitud atacante de cada corredor vale más que el poder de un equipo. Serán 4.600 metros de desnivel acumulado para una jornada que promete espectáculo, pero habrá que ver si entre los principales favoritos o entre quienes ya no peleen las plazas de honor.

En la mente de Vingegaard, Pogacar o Roglic estará la crono del domingo si llega todo abierto. Gastar demasiado en esta jornada y no sacar una renta importante puede suponer una debacle en la última jornada. Roglic y Pogacar bien lo saben.

 

Etapa 21: Mónaco - Niza (domingo 21 de julio)

 

Todo lo que se escriba sobre esta contrarreloj es mera especulación. Su desenlace dependerá de lo que hayamos visto en la montaña, de cómo lleguen los ciclistas a este Tour y, por supuesto, también de la suerte, que siempre forma parte del ciclismo.

De lo que no cabe duda es que la organización del Tour ha hecho una apuesta arriesgada aprovechando la coyuntura olímpica. El Tour nunca había acabado fuera de París y en Niza se correrá una crono dura de 33,7 kilómetros con perfil montañoso. La mayoría de corredores conocen el recorrido, así que habrá pocas sorpresas.

Los equipos deberán decidir si los corredores salen con la "cabra", como se denomina comúnmente a la bicicleta de contrarreloj, o con una bici convencional modificada. Las bajadas podrían ser peligrosas con la bici de crono y el último día no deja margen para el error. 

La batalla psicológica en contra del crono la tiene ganada Vingegaard de antemano por su superioridad en años anteriores, pero Pogacar ha demostrado que este año está especialmente fuerte y que no se dobla frente a nadie. Será un bonito final con el azul de la costa mediterránea francesa coronando al ganador de una edición para la historia.

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