Lucha Olímpica

Luchadoras presentan denuncia penal por acoso sexual contra entrenador de la UAEMéx

Se llama Alejandro Retureta y tiene años acosando a sus alumnas. Pese a que funcionarios de la universidad están al tanto de su conducta lo han tolerado y se lavan las manos porque ya renunció. Ahora hay al menos dos denuncias penales en su contra.
jueves, 5 de diciembre de 2024 · 05:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Dos alumnas de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) denunciaron penalmente al entrenador en jefe del equipo de lucha olímpica, Alejandro Retureta Ramírez, a quien señalan por haberlas violentado psicológica, emocional, física y sexualmente como integrantes de los “Potros”, el equipo deportivo representativo de dicha institución.

A estas denuncias se suman al menos otras cuatro luchadoras que también fueron agredidas por Retureta y que están próximas a iniciar un proceso legal para intentar que el comportamiento del entrenador no quede impune.

Proceso cuenta con el testimonio y las denuncias de María Fernanda (se omiten sus apellidos para no revictimizarla) y de otra deportista que pidió no mencionarla por su nombre. A ella nos referiremos simplemente como la luchadora. Las dos deportistas fueron víctimas de Retureta durante seis y dos años, respectivamente, tiempo en el que afirman haber sido manipuladas hasta haber normalizado el abuso por parte de su mentor.

Además, acusan que las violencias ejercidas por el entrenador eran un “secreto a voces”, pero fueron ignoradas por las autoridades universitarias con el pretexto de que los resultados deportivos del entrenador son buenos.

En entrevista, ambas mujeres dan cuenta de que el modus operandi de Retureta consiste en obligar a sus alumnas a entrenar 10 horas diarias, con rutinas y combates que no correspondían a su categoría, lo cual les causaba lesiones. Además, se les insinuaba sexualmente y cuando sentía el rechazo de una obligaba a todo el equipo a hacerle “la ley del hielo”, para orillarla a abandonar el equipo.

Denuncia de hechos.

Las denuncias por los probables delitos de hostigamiento y acoso sexual fueron presentadas el 4 de noviembre último y quedaron asentadas en las carpetas de investigación TOL/CGT/VGT/107/340124/24/11 y 333168/24/11 de la agencia del Ministerio Público del Centro de Justicia para las mujeres de Toluca, adscrito a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México. Las investigaciones se encuentran en la etapa inicial y de recopilación de pruebas.

El 9 de noviembre, las luchadoras notificaron al rector de la UAEMex, Carlos Eduardo Barrera Díaz, sobre las denuncias contra el entrenador y 11 días después también lo denunciaron ante el Órgano Interno de Control (OIC) de la institución.

Sin embargo, María Fernanda y la luchadora aseguran que no han sentido el acompañamiento ni la protección de las autoridades universitarias y consideran que Retureta es un “entrenador consentido”.

 

“Abre tu OnlyFans, estás bien buena”

María Fernanda comenzó a entrenar en la UAEMéx en 2018, en el gimnasio de lucha olímpica que lleva por nombre el mismo de la medallista Soraya Jiménez. Llegó con él por recomendación de un amigo, quien le aseguró que era el único entrenador de lucha en el Estado de México que puliría sus cualidades deportivas y le enseñaría rápidamente la disciplina.

Desde su llegada al equipo, cuando tenía 22 años, notó que la forma de entrenar de Retureta era ruda y agresiva. Al tratarse de un deporte de combate pensó que era algo normal. Durante las prácticas María Fernanda se enfrentaba a contrincantes que le doblaban el peso y la experiencia que, además, por órdenes de Retureta eran “bruscas y descuidadas” al momento de realizar las llaves y los sometimientos.

La carga de entrenamiento y el poco cuidado físico se tradujo en lesiones para María Fernanda. En un periodo de seis años se lesionó ambas rodillas, los tobillos, tuvo un desgarre de segundo grado en el pectoral izquierdo, una lumbalgia y una luxación en el hombro derecho que hasta la fecha la sigue aquejando, razón por la cual ya no puede practicar ningún deporte de combate.

“Cuando me lesionaba me obligaba a entrenar sin descanso. En una ocasión me lesioné la rodilla izquierda, no me podía levantar del dolor, así que Retureta me jaló del brazo para que me parara. Me gritó que no fuera una ridícula y que continuara luchando a pesar del dolor. Dijo que si no hacía bien las cosas me correría del entrenamiento y del equipo”, relata.

Durante el tiempo que estuvo bajo la tutela de Retureta, María Fernanda tuvo que lidiar con las estrictas reglas impuestas por el entrenador, quien controlaba su alimentación, sus horarios y sus relaciones sociales, aislándola completamente de la vida fuera del gimnasio. Las jornadas de entrenamiento eran extenuantes, lo que le generó cansancio físico y emocional.

Pese a las constantes lesiones y el maltrato, el nivel deportivo de María Fernanda sí aumentó, así que decidió quedarse en el equipo y aguantar lo que fuera necesario con tal de llegar a competir en la Universiada Nacional y con el objetivo de posteriormente convertirse en seleccionada nacional de Primera Fuerza.

Poco a poco los comentarios sexuales de parte de Retureta se volvieron constantes. Incluso cuando el entrenador, hoy de 42 años, se enteró de los problemas económicos por los que atravesaba su alumna después del fallecimiento de su madre, le recomendó abrir un OnlyFans (página de contenido sexual) y le aseguró que él mismo consumiría el contenido porque está “muy bonita y muy buena”. También se ofreció a conseguirle clientes siempre y cuando le diera una comisión.

El 8 de mayo de 2024 María Fernanda, Alejandro Retureta y otro luchador asistieron a una competencia de artes marciales mixtas en Puebla. Ella prestó su carro para ir al evento y al quedarse a solas con el entrenador éste se le insinuó.

“Cuando nos quedamos solos me preguntó por qué no le coqueteaba como mis demás compañeras, que debería de coquetearle más seguido. Dijo que si él estuviera más joven me habría conquistado, también hizo el comentario de que seguramente yo no le coqueteaba porque me gustaban los hombres feos.

“Le dije que no me parecía correcto, que yo lo veía como una figura de autoridad, como mi entrenador y hasta como figura paterna. Él rápido contestó que me veía como mujer. Cuando se despidió me dio un abrazo muy sugestivo, me acercó su parte íntima y me agarró del antebrazo de una manera muy incómoda, como queriéndome besar”, explica la deportista.

 

“Quiero que seas mi concubina”

La luchadora comenzó a entrenar con Retureta en 2022 cuando tenía 20 años de edad. Recuerda que el entrenador solía insultarla y hacerle comentarios sobre su cuerpo frente a todos los demás compañeros, además de que siempre buscaba la manera de comparar a las mujeres del grupo para que no fueran amigas.

Segunda denuncia contra Retureta.

“Me decía que tenía muy buenas nalgas y piernas, y luego cuando lo rechazaba me llamaba manatí, oso panda, chilletas, entre otros apodos. Soy una persona muy sensible y en más de una ocasión no pude terminar el entrenamiento porque me ponía a llorar”, relata.

Como parte de la preparación para asistir a la “Copa Querétaro” en septiembre de 2022, Retureta se empecinó en que la luchadora bajara cuatro kilos en una semana. La obligó a correr envuelta en bolsas de plástico, así como a usar doble sudadera y pants para deshidratarla. La deportista entrenaba cuatro horas con esa vestimenta y sólo comía un sobre de atún y bebía un vaso con agua al día. Un día antes de la competencia se abstuvo de consumir alimentos y líquidos por instrucciones de Retureta, y la insultó diciéndole que “los manatíes no pueden comer”.

El 15 de noviembre de 2023 mientras se encontraban en el gimnasio Alejandro Retureta le ofreció a la luchadora que fuera su concubina, le dijo que le gustaba mucho porque está “piernuda” y al mismo tiempo le acarició las piernas. Como ella lo rechazó Retureta se vengó tratándola mal, los apodos con los que se refería a ella cada vez fueron más recurrentes y le pidió a sus otras alumnas que la lastimaran en los entrenamientos. Detalla:

Llegué a escuchar cómo les daba indicaciones a mis compañeras para que quebraran a otras, incluyéndome a mí. Me decía que era una exagerada y chillona, que lloraba por todo, que era débil, con poca actitud; que él hacía que los hombres entrenaran conmigo y me lastimaran sólo para ayudarme a formar mi carácter.

Asimismo, denuncia que en una ocasión Retureta la llevó a la bodega del gimnasio para pesarla en ropa interior con el pretexto de que sólo así podría revisar si estaba en su peso ideal. Después del pesaje el entrenador intentó ayudarla a vestirse. “En ese momento le exigí que se saliera, comenzó a hacerme tocamientos y comentarios alusivos a tener relaciones sexuales. Comencé a llorar y se retiró diciéndome que no fuera chillona, que era una broma”.

La luchadora abandonó el equipo de la UAEMéx a finales de 2023. María Fernanda se fue en 2024. Ninguna de las dos conocía el caso de la otra, más allá de la violencia física y psicológica que ejercía con todos los integrantes del equipo, Retureta esperaba estar a solas para insinuarse sexualmente a sus alumnas.

 

Sí hay protocolo, pero la UAEMéx no lo aplica

Después de dejar el equipo María Fernanda se acercó a Luis Antonio Zimbrón, su profesor de Metodología del entrenamiento, quien también funge como director de Cultura Física y Deporte de la UAEMéx, para alertarlo sobre lo que pasaba en el equipo de lucha olímpica.

La respuesta de este servidor público fue: “Hija, tengo conocimiento de lo que hace Retureta desde antes de ser director, pero simplemente ahorita con lo que me has platicado no puedo proceder a no ser que haya una denuncia formal”.

La reportera solicitó una entrevista con Luis Antonio Zimbrón el 28 de noviembre último pero no aceptó. Sin embargo, Ginarely Valencia, directora de Comunicación de la UAEMéx se reportó para informar que el entrenador Alejandro Retureta había tomado “la decisión personal” de renunciar a su puesto como entrenador para no entorpecer las investigaciones.

Valencia también destacó que la UAEMéx está imposibilitada para sancionarlo y pronunciarse sobre el tema, puesto que las deportistas no lo denunciaron ante el área deportiva de la universidad. Añadió que tampoco han sido notificados por la fiscalía.

“La fiscalía no ha notificado nada la universidad y sí, las estudiantes presentaron una queja, pero fue en el Órgano Interno de Control, sin embargo, ésa no es la instancia porque no tiene atribuciones para iniciar un procedimiento de responsabilidad universitaria”, escribió Valencia en un mensaje de texto que envió.

No obstante, el Protocolo para prevenir, atender y sancionar casos de acoso y hostigamiento sexual en la Universidad Autónoma del Estado de México, mismo que se encuentra publicado en su página de internet, indica claramente que cuando conozca sobre acciones violentas dentro de las instalaciones le corresponde a la universidad generar el primer contacto con las presuntas víctimas para la canalización inmediata del caso a la oficina del Abogado General.

“La Defensoría de los Derechos Universitarios, en el marco de sus atribuciones, brindará asesoría a integrantes de la comunidad universitaria sobre el tratamiento jurídico del acoso sexual y hostigamiento sexual.

La oficina del Abogado General, a través de la dirección de Responsabilidad Universitaria, generará las actuaciones conducentes para la investigación y en caso de estimarlo pertinente iniciará y sustanciará el procedimiento de responsabilidad universitaria, siempre y cuando la presunta persona agresora forme parte del alumnado o personal académico.

De igual forma, establece que durante la investigación y la determinación de responsabilidad de los hechos la oficina del Abogado General, a través de la dirección de Responsabilidad Universitaria, podrá implementar las medidas provisionales pertinentes para salvaguardar los derechos humanos y universitarios de quienes estén involucrados en los actos. Desafortunadamente ninguno de estos puntos han sido aplicados para proteger a las luchadoras.

El viernes 29 último, las dos denunciantes se reunieron con Luis Antonio Zimbrón, quien les recalcó que su seguridad “es lo más importante para la universidad”, por lo que el entrenador ya había dejado su cargo.

Sin embargo, una de las luchadoras afirma que el Retureta sigue rondando por el campus, por lo cual creen que sólo se trata de un acuerdo entre el entrenador y el director de Cultura Física y Deporte para “calmar las aguas”. Si Zimbrón tenía conocimiento de su comportamiento tenía la obligación de haberlo denunciado para proteger a las deportistas.

“El profe Zimbrón me dijo que fue bueno que haya denunciado, que las cosas debían hacerse así. También dijo que el entrenador renunció, pero no creo que sea verdad. Creo que sólo hicieron un acuerdo para que le siguieran pagando. Así se las gastan, hacen como que renuncian y les siguen pagando. Yo vi a Retureta en la universidad, sigue teniendo contacto con los luchadores de manera digital y así continúa al frente de sus rutinas de entrenamiento”, dice María Fernanda.

La reportera también contactó al entrenador Alejandro Retureta para ofrecerle su derecho de réplica, sin embargo, no respondió a la solicitud.

 

“No puede volver a entrenar mujeres”: abogados

Los abogados Rafel Celis Perrusquía y Tania López, quienes representan a las dos luchadoras, aseguran que la UAEMéx no ha actuado de buena manera y que parece que están protegiendo al entrenador. Asimismo, celebran que el 25 de noviembre la fiscalía les autorizó medidas de protección para las dos deportistas, las cuales sirven para recibir un auxilio inmediato por elementos policiacos en caso de necesitarlo.

“Vamos a ir hasta las últimas instancias, Retureta renunció porque así no será sancionado y podrá regresar a su puesto de trabajo cuando desee. Vamos a terminar los procedimientos para que este entrenador quede inhabilitado. No puede volver a entrenar universitarias”, sentencia Celis Perrusquía.

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