Pumas
Manuel "El Pajarito" Andrade Rodríguez, el puma olvidado...
En abril de 2004 el escudo que usa la UNAM para sus equipos deportivos cumplió 30 años. Con ese motivo Proceso entrevistó a su creador, Manuel "El Pajarito" Andrade Rodríguez, quien hasta esa fecha y hasta el día de su muerte nunca recibió reconocimiento ni pago por ello.En abril de 2004, el escudo que utiliza la UNAM para sus equipos deportivos -una U con la cabeza de un puma-cumplirá 30 años de haber sido creado por Manuel El Pajarito Andrade Rodríguez, quien todavía sigue esperando que las autoridades universitarias le reconozcan ese mérito... y le paguen algo.
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Al igual que las grandes empresas trasnacionales, todo club deportivo cuenta con su insignia sagrada, su escudo oficial, sea cual sea la disciplina deportiva que representa. Y en los tiempos modernos, el logotipo o insignia, cuyo diseño por lo general está protegido por los derechos de autor, permite a los equipos obtener ingresos extras mediante la comercialización de su imagen.
No escapa a este fenómeno la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que, gracias al ingenio de Manuel El Pajarito Andrade Rodríguez cuenta con la tradicional imagen que simboliza a todos sus equipos deportivos, pero sobre todo al club de futbol Pumas. Se trata de una imagen que presenta una U y la figura estilizada de un animal feroz: la cabeza de un puma, el felino que adoptó por primera vez el legendario entrenador Roberto Tapatío Méndez para el equipo de futbol americano de la Universidad.
Ese emblema cumplirá 30 años el 20 de abril de 2004. Pero para el hombre que diseñó la imagen, será la tercera década sin recibir la recompensa a su creación.
Andrade cuenta que ha esperado inútilmente durante más de 29 años una recompensa económica. Dice que por la UNAM han pasado rectores y directivos del patronato de los Pumas sin que lo hayan tomado en cuenta "como ser humano. Si voy al estadio, me cobran hasta el boleto, cuando se dan el lujo de cambiar la playera del equipo simplemente porque un patrocinador les ofrece más dinero que otro".
Andrade tiene 58 años de edad. Fue marchista en la prueba de 20 kilómetros y pudo representar a México en los Juegos Olímpicos de 1968. Egresado de la Facultad de Filosofía y Letras, El Pajarito lo mismo pinta, escribe y traduce libros, diseña logotipos y esculturas. Pero nunca imaginó que su máxima creación, inspirada en la figura de un puma -"al que conocí, conversé y me hice amigo en el Zoológico de Chapultepec"-, cambiaría el rostro de todos los equipos deportivos de la Universidad, llegando a opacar el escudo mismo de la UNAM, en el que aparecen un cóndor y un águila con el lema "Por mi raza hablará el espíritu".
La imagen creada por Andrade sustituyó el logotipo en el que aparecía la U con un pequeño balón en el centro.
Todo comenzó cuando el rector Guillermo Soberón, Javier Jiménez Espriú y Sergio Domínguez Vargas lo invitaron a trabajar en la Dirección General de Deportes con el ingeniero Alejandro Cadaval Torres, quien se suicidó en marzo último.
Con Cadaval y otros compañeros atletas, El Pajarito fue seleccionado nacional y estuvo concentrado en las instalaciones del Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM). Un día, los principales directivos de la Universidad les solicitaron algunos logotipos para encontrar la nueva imagen de los Pumas. Para entonces, ya existía la mascota y los colores azul y oro. "Pero no estaba unificada, así que decidimos plasmar la idea".
En total, tardó tres meses en concebirla. Andrade era un asiduo visitante del Zoológico de Chapultepec, sobre todo acudía a observar al puma. "Llegué a platicar con él y a soñarlo. Le hice como mil dibujos, hasta seleccionar dos o tres, que al final fueron los escogidos".
La mañana que Andrade llevó sus diseños a la UNAM, viajó en un microbús hasta la Rectoría. Durante el trayecto y mientras revisaba cada uno de los trabajos, repentinamente una persona que iba a su lado le preguntó:
-¿Es la nueva imagen de los Pumas?
Andrade anticipó con orgullo:
-Sí, está en lo cierto.
Y en verdad, días después, los directivos de la UNAM le informaron que por lo original y vanguardista, una de sus tres propuestas había sido seleccionada como emblema del equipo.
"Me dieron cero centavos", dice Andrade. Y lo que es peor, su creación fue registrada por el patrimonio de la Universidad, y en los documentos respectivos se asienta que Manuel Andrade Rodríguez fue remunerado económicamente por la elaboración del diseño.
"Algunos vivos por ahí me comieron el mandado. Inclusive en el número 1081 de Proceso, del 20 de junio de 1997, en cuya portada aparece el ojo de Televisa, se publicó un reportaje de las propiedades de Emilio Azcárraga padre y una entrevista con el entonces presidente de Pumas, Guillermo Aguilar Álvarez, quien reconoce que una de las grandes ganancias para el club ha sido precisamente el logotipo. Me dije: pues qué poco amables son, porque nunca me han llamado para invitarme siquiera a departir un vino o regalarme por lo menos una estampilla del logotipo. Los recuerdos que tengo con el emblema los he tenido que comprar."
La compensación
-¿Entonces el asunto quedó perdido?
-Lo que hice ahora fue darles un par de periodicazos. Los dueños de ICA, que son los que mandan en el club, son poco amables. Ya saben que manejo los valores más que los precios, pero eso no quiere decir que sea un tonto. No me buscan para lo más elemental, entonces voy a seguir criticándolos, hasta que me digan que ya le pare.
-Hablando de dinero, ¿cuánto es lo que espera de recompensa económica?
-Todavía no hablamos del asunto, pero los de ICA tienen miedo de pensarlo, porque son millones de dólares en juego. Me conformo con lo que me den, que hagan la conversión en pesos, que no se van a quedar pobres. Tan sólo por la transferencia de la transmisión de los juegos de Pumas de TV Azteca a Televisa recibieron 20 millones de dólares y la marca deportiva Lotto le acaba de dar 1 millón de dólares. Imagínese el aporte económico de otro patrocinador como Banamex, sin contar a gente que integra este patronato, como Carlos Slim y Joaquín López Dóriga. Usted ve que dan mucho para la causa de ellos, pero para acá nomás no, y yo que me considero un hijo predilecto de ellos y que siempre he participado activamente desde 1962. Soy de la generación 1962-66.
Dice que está decepcionado de las autoridades de la UNAM en general e insiste en pedir una recompensa monetaria.
Recuerda que hace unos 10 años, se encontró durante una exposición a Javier Jiménez Espriú, exvicepresidente de los Pumas. Le propuso escribir un libro de la génesis del puma, "que finalmente terminé publicándolo en la Gaceta de la UNAM. El directivo dijo que me llamaría, y hasta la fecha espero su llamada. Creo que esta gente necesita más golpes de atención".
La estatua
Andrade Rodríguez tiene otro gran desafío en la vida: construir una escultura gigante en bronce con la figura del puma, que podría quedar instalada entre la Rectoría y la biblioteca central de Ciudad Universitaria.
La estatua medirá 11 metros de alto y siete de ancho, pesará dos toneladas. El Pajarito donará su obra a la UNAM. Pero a cambio se quedará con los derechos de autor, con la idea de reproducir y comercializar la imagen en trofeos, llaveros, "y todo lo que la mercadotecnia nos permite en la actualidad.
"El prototipo de la escultura ya está diseñado y estamos por registrarlo ante derechos de autor. La idea se basa a partir del logotipo tradicional, pero en cuerpo. Ya tengo gente que patrocinará la elaboración", detalla Andrade, que primero fue estudiante, luego deportista y actualmente escultor, escritor, traductor, pintor y vendedor de sus propios cuadros.
Dice que para aterrizar la idea ahora todo depende de que el rector Juan Ramón de la Fuente acepte el proyecto, aunque reconoce que el primer obstáculo que le ponen es que la escultura debe ser colocada en un área para asuntos meramente deportivos y no académicos.
Cree que con los argumentos de que su diseño de la imagen del puma "de alguna manera devoró el escudo académico", logrará convencer a la comunidad universitaria. "He pedido ese lugar pensando en esta idea, así como los ajedrecistas mueven sus piezas".
-¿Por qué no buscar un acercamiento con el rector?
-Lo he intentado, pero me tienen miedo. El otro día, el doctor inauguró algunas cosas en la actividad de la halterofilia, y no me invitaron, con gusto hubiera ido. Conozco muy bien a la madre del rector porque me dio clases en la Facultad de Filosofía y Letras y posteriormente fue directora de publicaciones, cuando Jorge Carpizo era director del consejo editorial. Entonces sí hay conocimiento de por medio, pero los funcionarios en turno como que no se atreven a darme entrada. A la distancia me observan como si fuera a venderles mariguana.
De alguna u otra manera, El Pajarito se ha sentido marginado por las autoridades de la Universidad, acaso por protestar o exigir el pago por su histórica aportación como creador de la imagen del puma. Al respecto, sostiene que todo lo que venga "será bienvenido, sobre todo cuando usted tiene sed y hambre; si me dan pan y agua, bienvenido, porque a fuerza de ser sincero ahora vendo uno que otro cuadro y no me cae mucho dinero. Estoy sobreviviendo, pero haría mucho más si me ayudaran. Lo que me den lo comparto con una fundación. Sólo pretendo que no deterioren a las personas".
Recuerda que en los setenta apareció un eslogan de la Cruz Roja: "Nadie es tan rico que la necesite y tan pobre que no pueda ayudarla. Es como un axioma o un proverbio chino. Con la gente del club Universidad podríamos llegar a un acuerdo, porque no es tanto que necesite demandarlos".
Durante la gestión del rector Guillermo Soberón se decidió que el Club Pumas de la Universidad dejara de ser administrado por la UNAM. Así, el 11 de julio de 1975 se oficializó la constitución de la asociación civil Club Universidad Nacional, manejada por un grupo de egresados: Bernardo Quintana Arrioja, Guillermo Aguilar Álvarez, Javier Jiménez Espriú, Gilberto Borja Navarrete, Pedro Ramírez Vázquez, Guillermo Salas, Luis Hidalgo Monroy Álvarez, Ernesto Amtmann, Wilfrido Castillo Miranda, José Mendoza Fernández y Álvaro Lebrija.
Se le recuerda a Andrade Rodríguez el tiempo transcurrido desde la aportación de su diseño, más de 29 años, y comenta:
"Quizá las personas del club están esperando a que sus nietos vengan a administrar el equipo para resolver el tema. Conozco a todos los de ICA y a sus hijos, pero se hacen de la vista gorda, porque es una cofradía. Yo sí creo que van a tener que compensarme, pero sobre todo que me devuelvan una moral deteriorada durante años, porque nunca me han invitado a lo más mínimo, a lo más elemental. Por ejemplo, todo mundo tiene su reloj conmemorativo y a mí ni siquiera una camiseta me han dado. Todo lo que tengo del puma, mi logo, lo he comprado.
-¿Qué le deja esta historia?
-Recuerdos, y nada más. Pero como dice Vicente Huidobro: "nosotros los poetas debemos hablar de la lluvia". Qué bonito, también debemos hacer llover. Es decir, ir a una instancia mayor, dar otro esfuerzo, aprovechar esa estamina, ese coraje, ese segundo aire del deportista. Usted imagínese que no pintara, escribiera y sólo viviera de estas pláticas tan hermosas. Y qué bonito, pero también hay que llenar espacios, y el bolsillo. A mí me corresponde legalmente algún derecho del emblema puma. Lo que pasa es que ellos (la asociación civil) compran. Al rector lo nombran miembro vitalicio del patronato del futbol y con ese gancho lo tienen comprado: le regalan una chamarra y le invitan a ver algunos partidos.
Este reportaje fue publicado originalmente en el número 1409 del semanario Proceso en noviembre de 2003.