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Niñonino: “Salimos de la calle, queremos hacer historia”

Luis Gerardo Deolarte es el número uno de México en "breaking", deporte de baile que mezcla la danza urbana con el atletismo, y debutará en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.
sábado, 4 de noviembre de 2023 · 07:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Luis Gerardo Deolarte Ortiz, mejor conocido en el breaking como “Niñonino”, es el número uno de México en este deporte de baile que mezcla la danza urbana con el atletismo y que debutará en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y, el próximo año, también estará en el programa de los Juegos Olímpicos de París.

“Niñonino” es uno de los 10 competidores latinoamericanos mejor rankeados a nivel mundial (lugar 21) y en el ranking olímpico ocupa la posición 70. Apenas hace dos años comenzó a participar en eventos internacionales. En la justa continental no tendrá una aduana fácil de cruzar porque sólo quien se lleve la medalla de oro tendrá su boleto directo a París 2024.

Algunos de sus rivales a vencer son los estadunidenses Jeffrey Mike Louis, “Jeffro”, y Miguel Ángel Rosario, “Gravity”, además del colombiano Jordan Silva, conocido como “Alvin” y el venezolano Gibrahimer Beomont, alias “Lil G”. Países como Estados Unidos, Canadá, Francia y Japón son las potencias en este deporte que escaló hasta la máxima justa porque el Comité Olímpico Internacional pretende captar al público urbano y renovar sus audiencias: a los jóvenes les interesan disciplinas como el skateboarding y el breaking

Quienes no logren la clasificación olímpica en los Juegos Panamericanos podrán intentarlo en el Campeonato Mundial que se realizará en Hong Kong en diciembre. La condición para particiar es estar dentro de los 40 mejores del mundo.

Trapeando el piso

El breaking llegó a la vida Luis Deolarte cuando era niño, su tío Christian lo practicaba. Tanto le gustó lo que hacía que comenzó emular a su héroe a los seis años. Creció haciendo piruetas, saltos y paradas de manos, todo al ritmo del rap, del pop y de la música sonidera en su natal Huejotzingo, un municipio en las faldas de la Sierra Nevada del estado de Puebla. 

Como casi todos los niños mexicanos durante parte de su niñez y adolescencia jugó futbol pensando que el balón le daría la oportunidad de convertirse en profesional. No tardó en darse cuenta que sus pies se movían mejor cuando se dejaba llevar por la música. Se convirtió en un breaker, como se le conoce a quienes practican este deporte. También les dicen B-Boys o B-Girls, según sea el caso. El uso de la letra “b” es por break, ya que realizan movimientos de baile durante las pausas (o breaks) instrumentales de una canción. 

"Ahora están orgullosos de mí". Foto: Especial

A pesar de que el breaking es reconocido como un deporte por la Federación Mundial de Danza Deportiva (WDSF) y también por la Federación Mexicana de Baile y Danza Deportiva (Femexbaile) el atleta poblano señala que en nuestro país no es fácil vivir de practicar esta actividad como sí ocurre en otros lugares. 

Deolarte incluso es doble campeón nacional (2022 y 2023) en los Juegos Nacionales de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y ni por eso ha logrado que este organismo lo ayude con un equipo multidisciplinario ni con recursos suficientes para poder prepararse y competir.

Sus inicios no fueron mejores, ni siquiera tenía un lugar para practicar. Lo hacía en la explanada donde están las oficinas del ayuntamiento de Huejotzingo. 

“Era complicado, pues a veces llovía, pero no teníamos otro sitio a dónde ir. Además, las personas que pasaban nos ofendían a mis amigos y a mí. Decían que éramos unos vagos, que mejor nos dedicáramos a estudiar o a trabajar. Nos gritaban que más que bailar estábamos trapeando el piso”, recuerda.

Sus oídos fueron sordos a aquellas palabras. Deolarte no paró de bailar. Hoy día, a sus 22 años, entrena en el gimnasio de un amigo, quien no le cobra por usarlo. Y como alumno de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), donde cursa el sexto semestre de la carrera de administración de empresas, puede usar las instalaciones deportivas de su escuela.

El obstáculo más grande que Luis Deolarte enfrenta es que no cuenta con ese equipo multidisciplinario al que tiene derecho para que se encargue de darle lo mínimo que necesita como deportista de alto rendimiento. La Femexbaile ni la Conade tienen a entrenadores especializados en breaking y tampoco han hecho un esfuerzo por proporcionarle lo que sí tienen. 

Por ende, es la propia comunidad de B-Girls y B-Boys quienes se apoyan entre sí, tanto para entrenar sus rutinas como en el cuidado y prevención de lesiones. Todo lo que aprenden es empírico. 

Por no tener una metodología y conocimiento profesional sobre cómo entrenar Luis Deolarte se lastimó la parte baja de la espalda. La lesión fue tan grave que lo alejó del baile durante medio año. No contar con un plan de alimentación también generó que se estancara su nivel deportivo. 

Rascarse con sus propias uñas

Su situación mejoró cuando en 2020 él mismo se acercó a una fisioterapeuta (Cony Zamudio), a una nutrióloga (Diana Laura Damián), a un psicólogo (Israel Caselín) y a un preparador físico (Edgar Rodríguez del Orbe) a quienes les mostró lo que podía hacer. Les pidió ayuda para profesionalizarse y todos aceptaron. Comer bien, fortalecer sus brazos, piernas y abdomen y tener acceso a lo que su cuerpo necesita para recuperarse del desgaste físico lo ha ayudado a mejorar. 

“Hasta ahora no les he pagado nada, aunque trato de retribuirles compartiendo publicaciones sobre su trabajo en mis redes sociales para promocionarlos. Me han apoyado mucho antes de los Juegos Nacionales de la Conade, de los Juegos Panamericanos y pensando en los Juegos Olímpicos. Por eso me quedaré con ellos”.

Así, “Niñonino” dejó de entrenar sólo tres horas durante cuatro días a la semana y sin ninguna metodología. Sus nuevas rutinas de baile son sesiones de lunes a viernes y dos horas de entrenar fuerza en el gimnasio. Sólo descansa los sábados y da clases los domingos. 

En cuanto al tema económico para solventar sus viajes a las competencias internacionales, —acude aproximadamente a 10 al año— tiene tres opciones: da clases de breaking, realiza rifas de ropa deportiva en su universidad, así como entre amigos y familiares, y también le pide dinero al Instituto Poblano del Deporte (Inpode).

Deolarte. Sin recursos en busca de los Juegos Olímpicos. Foto: Especial 

“Comprendo que no es sencillo estar costeando viajes, así que entre el Instituto y la escuela alterno las solicitudes de apoyo económico. El Inpode no siempre puede cubrir el gasto al 100 por ciento, pero sí lo hace al 50 o al 25. El apoyo que pido es para el transporte o el hospedaje”, explica. 

Con todo y las carencias, Deolarte participó y ganó el torneo Under Pressure que se realizó en Montreal, Canadá, en mayo de 2019. Además terminó en el cuarto lugar en la competencia Red Bull BC One World Final 2021. Gracias a que es doble campeón nacional, la Conade le otorga una beca mensual de mil 700 pesos que representa el estímulo económico más bajo que recibe un deportista en México. Hasta ahora, la Femexbaile no le ha dado ni un peso. 

Respecto a cómo ha cambiado la percepción social que en México tienen las personas sobre el breaking, Luis Deolarte dice que no se compara con como era hace un par de años. Asegura que su doble título de campeón nacional sirvió para que ya lo consideren un deportista de alto rendimiento. 

“La gente en la calle ya no me dice que deje de trapear el piso, al contrario, están orgullosos de que represente a Huejotzingo. En la escuela mis compañeros y profesores comprenden que en ocasiones me ausento por los entrenamientos y torneos, por lo que me apoyan con el tiempo de entrega de trabajos y tareas. Salimos de la calle, fue nuestra base, pero ahora tenemos la oportunidad de hacer historia”, concluye. 

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