Cine/Aún no

Cine/ Aún no: "Pequeñas cosas como éstas"

La cinta de Peter Mullan, en 2002, describía con crudeza y obsesión documental el horror que habrían padecido las jóvenes; en 2013, Stephen Frears dirigió Filomena, la historia de una mujer (Judi Dench) que busca recuperar el hijo al que fue obligada a dar en adopción. 
martes, 8 de julio de 2025 · 13:55

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-Adaptada por el dramaturgo irlandés Enda Walsh, la celebrada novela corta de Claire Keegan, Pequeñas cosas como éstas (Small Things Like These; Irlanda, 2024) se sumerge en las oscuras aguas del pantano del asilo de las hermanas Magdalena en Irlanda, la truculenta institución a cargo de conventos católicos que supuestamente protegían mujeres caídas en desgracia, que en realidad eran explotadas, abusadas y hasta torturadas. 

La cinta de Peter Mullan, en 2002, describía con crudeza y obsesión documental el horror que habrían padecido las jóvenes; en 2013, Stephen Frears dirigió Filomena, la historia de una mujer (Judi Dench) que busca recuperar el hijo al que fue obligada a dar en adopción. 

Quizá por lo incómodo, o por el riesgo de caer en el morbo, se ha hecho relativamente poco cine sobre el tema; por ahora el realizador flamenco Tim Mielants busca un equilibrio entre la crudeza de lo sucedido, el escándalo social en el que disimuladamente participa gran parte de la sociedad, frente al impacto en la conciencia de un solo individuo, testigo de una atrocidad, que debe elegir entre disimular o actuar y confrontar la verdad, a un costo seguramente muy alto. 

Bill (Cillian Murphy), un callado y melancólico trabajador que reparte carbón al principio de la década de los ochenta, casado y con cinco hijas, atraviesa por una crisis, duerme poco, algo lo atormenta; la trama se concentra en la víspera de la Navidad, escenas del pasado explican vida y personalidad del protagonista, que nunca conoció a su padre, la madre embarazada fue cobijada por una mujer de recursos de la ciudad. 

Es decir, Bill le debe mucho a la caridad cristiana, tuvo la suerte de que su progenitora no fuera internada en la institución de las Magdalenas, pero ahora tiene cinco hijas que pueden ser presa fácil de esa terrible forma de caridad. 

Es que Bill, mientras descargaba una montaña de carbón, fue testigo del maltrato de una joven, encerrada en una especie de celda de castigo. La superiora del convento (Emily Watson), temible, sutilmente lo amenaza con represalias con hijas y esposa, amén de corromperlo con un sobre de dinero. 

En la dramatización del guion, Enda Walsh reduce los diálogos al mínimo de acuerdo a la propuesta del director, que consiste en escenificar la prosa poética de Claire Keegan literalmente pero con imágenes; falacia patética, termino literario ya casi fuera de uso, pero vivo en el cine. El ambiente que rodea a Bill es húmedo y frío, predominan escenas de noche, el carbón como leitmotiv envuelve literalmente su cuerpo y su rostro; al llegar a casa, padre y esposo cariñoso, se lava frenéticamente las manos, imagen de culpa al sentirse contaminado por la corrupción que significa ver y callar. El gran negocio de la Iglesia católica con las Magdalenas eran precisamente las lavanderías, aunque en las fosas comunes que se encontraron se pudrían los cuerpos. 

Lo mejor logrado, claro está, es la actuación de Cillian Murphy, harto consciente de exorcizar al personaje del poderoso y deificado Oppenheimer, en la cinta que recién le valió el Óscar; el rostro taciturno del personaje de Murphy, que la cámara explora a manera de paisaje, resume y narra todos los horrores que la cinta de Mullan reprodujo documentalmente. Tim Mielans dirigió una de las temporadas de la estupenda serie británica de Peaky Blinders que protagoniza Murphy, el realizador sabe que al genial actor sólo hay que ponerle la cámara enfrente. 

Admiradora de Dickens, la cuentista Claire Keegan construye un cuento de Navidad, pero a diferencia del prolífero y complaciente autor, escatima sus recursos al máximo, la crisis existe fuera de la narrativa; postura anticlimática que irrita a quienes esperan que todo se resuelva como Dios manda. 

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