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Libros: Contrahistoria del “pueblo” mexicano

Proceso comparte con sus lectores un fragmento del libro de Irmgard Emmelhainz et al, una antología de ensayos que busca desmantelar muchas de las narrativas oficiales impulsadas por el gobierno de la 4T
domingo, 9 de marzo de 2025 · 21:47

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En un contexto donde la hegemonía comunicativa del Estado busca silenciar otras voces, el libro de reciente aparición “Contrahistoria del ‘pueblo’ mexicano” se propone desmantelar muchas de las narrativas oficiales impulsadas por el gobierno de la Cuarta Transformación.

La obra de Irmgard Emmelhainz et al. ofrece otras perspectivas sobre temas como la militarización, la memoria histórica, la lucha por la soberanía energética, la violencia de género, la devastación ambiental y la exclusión social.

“Lejos de caer en reduccionismos, esta antología nos invita a enfrentar las ruinas del presente, visibilizar las formas de resistencia y repensar el futuro de un México en medio de una historia aún en disputa”, destaca la presentación del libro en su contraportada

Con autorización de la editorial Penguin Random House publicamos un adelanto de la obra.

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Introducción

Introducción

Por Irmgard (Gardi) Emmelhainz

En México, el proyecto de Morena, que gobernó México entre 20182024, ha sido interpretado como la llegada tardía de la marea rosa sudamericana al país fronterizo con Estados Unidos. Si bien la elección de Andrés Manuel López Obrador no ocurrió luego de un ciclo importante de luchas populares como en otros países, como figura política, López Obrador detentó en los últimos 20 años el lugar simbólico de la oposición en México contra de los regímenes neoliberales. No obstante, el resultado de las elecciones de 2018 tuvo más que ver con el hartazgo hacia la corrupción y el voto en contra de los partidos responsables en México por 15 años de guerra neoliberal que con un programa posneoliberal. López Obrador, sin embargo, propuso romper con el neoliberalismo a través de reformas económicas para promover la igualdad redistribuyendo la riqueza e implementando proyectos de desarrollo económico a partir de medidas de austeridad, del offshoring, de la venta de materias primas en los mercados globales y de la reestatización de servicios clave. Nuestro gobierno de izquierda construyó una economía diseñada para incentivar el desarrollo “desde abajo”, basándose en la reestatización de la explotación y venta de los recursos naturales con una agenda centrada en la redistribución de las riquezas generadas a través de programas de bienestar social y bajo el lema de “primero los pobres”.

A muchos (1) el discurso de López Obrador les ha resultado autoritario y antidemocrático, porque los procesos políticos del país parecieron estar centrados en la figura del presidente. El líder de la nación ha estado todos los días en contacto con “el pueblo” a través de una estrategia de comunicación que ha puesto en marcha una polarización maniquea entre lxs ciudadanxs a partir de la tensión entre los “fifís neoliberales” (de clase media y media alta) contra los “chairos del pueblo buenos” (la clase media baja y baja), excluyendo al uno por ciento o la oligarquía, que son los dueños de monopolios y contratos con el Estado. La polarización no sólo ha generado violencia e intensificado tensiones raciales y de clase preexistentes, sino que ha escamoteado los efectos del cambio climático traídos por la intensificación del extractivismo, la violación del derecho a la consulta previa a comunidades afectadas por megaproyectos de muerte y las políticas del régimen del presidente Andrés Manuel López Obrador que mantuvieron a la élite y a las estructuras capitalistas neoliberales intactas. La oposición —encarnada por el presidente— es la hegemonía y no permite disidencia, la cual ha sido sistemáticamente fulminada durante el sexenio con instrumentos como la hacienda, los linchamientos mediáticos, la muerte social y la muerte real.

Mientras que las políticas extractivistas del presidente López Obrador han ignorado la emergencia climática, podemos hablar de un giro a la derecha populista en el espectro político. Parte del problema es que, además de las comunidades en zonas rurales que sí están organizadas (por ejemplo, les defensores de la tierra perseguides y asesinades o las madres buscadoras de desaparecides), la mayoría de la sociedad está atomizada, la gente enojada, resentida, desorganizada, sobreviviendo de quincena en quincena, encarando al poder privado concentrado. Esto ha sido campo fértil para la polarización incendiada por los discursos cotidianos del presidente, que además han planteado los problemas del mundo como retos morales, como cuestión de recuperación de los valores perdidos y de que los ricos “se toquen el corazón”. En ese sentido, los discursos del presidente inauguraron una era fascista en México, en la que el discurso oficial se vacía de un movimiento de masa impulsado por una utopía. Se trata de un fascismo que contiene la fantasía racial del renacimiento nacional junto con la circulación frenética de un pseudodiscurso de clase enfocado en “el pueblo olvidado” o “los pobres”. Esta figura no es más que un simulacro racializado del proletariado, que, de hecho, se convierte en un obstáculo a la política de la defensa del territorio y de antagonismo a la hegemonía, y que esconde la violencia real que se vive en el país por la intensificación de la acumulación capitalista.

En el discurso oficial, la pobreza se considera como algo que se tiene que superar desde un punto de vista que no se cuestiona, diseminando la creencia de que el gobierno, al menos formalmente, y en sintonía con el capitalismo y la teología evangélica de la prosperidad, “es de los pobres”. Al llamarles “pobres” o “el pueblo”, se les da una denominación genérica que borra su origen junto con los procesos que les llevaron a su condición actual; son lo que Eliane Brum llama “deforestades”, aquelles que fueron desplazades habiendo sufrido un proceso de desarraigo, perdido territorio, agua, tierra, cultura, lazos y afectos, lxs empujadxs a las periferias y como mano de obra barata, lxs sujetxs de encarcelamiento o desaparición forzada (2).

En ese sentido, los discursos polarizadores del presidente López Obrador, convertidos en el brand de Morena, se convirtieron en la solución de la élite a un régimen neoliberal confrontado con la amenaza de la sociedad civil, defensores del territorio y otros movimientos activos por todo el país; una solución basada en la captura y desvío de las energías de los deseos no realizados por una vida mejor.

Es así como la figura del “pueblo” representa la nostalgia por la otra figura revolucionaria del obrero-campesino del siglo pasado, al tiempo que “los pobres” reaparecen como el emblema del subdesarrollo delante de una modernización extractivista, utópica y despolitizada, cuyas políticas están acelerando el cambio climático y las violencias territoriales y de género. A nivel discurso, “los pobres” o “el pueblo” funcionan como suplemento al vacío político de la izquierda de la clase obrera y le permiten al simulacro de colectivo abarcado en estas nociones empaparse de contenido psicosocial tóxico y de pasiones tristes (3).

En este contexto, “el pueblo” es sujeto de represión, desaparición y explotación en continuidad con la guerra neoliberal iniciada por Felipe Calderón, y de encarcelamiento, bajas en cárceles federales administradas por el sector privado con una nueva ronda de inversionistas beneficiados por el actual gobierno (4). Al mismo tiempo, varios observadores han notado la vulnerabilidad del proceso electoral de 2024 frente al poder financiero, su penetración en el gobierno y la intimidación del crimen organizado que ha dado lugar a una violencia política sin precedentes, aunada, además de la pobreza y corrupción, a la violencia generada por el crimen organizado en diferentes sectores de la economía (5). Estos problemas urgentes están obviamente excluidos de la narrativa hegemónica que da la ilusión de que la violencia está bajo control, que las masacres son hechos aislados y exacerbados por la oposición y los “conservadores”.

Esta colección de ensayos responde al hecho de que, desde 2018, la libertad de expresión en México fue sustituida por la hegemonía de la comunicación oficial generadora de sus propias verdades, sumada a la persecución activa de periodistas e investigadores con el desmantelamiento de centros de investigación públicos, a la creación de “los comunicadores del pueblo” (6), a la desaparición de Notimex, a la aparición de granjas de bots acosando a usuarios en redes sociales por retar las declaraciones oficiales, y en diálogo con la publicación de un libro de texto de historia oficial. Como un ejercicio de escribir la historia cepillándola a contrapelo, abrazando el estado de emergencia por el cambio climático y el fascismo como norma histórica del presente en el que vivimos (7).

Estos textos están delante no de las ruinas de la modernidad, sino de cara a la desaparición forzada y las olas de violencia imparables por todo el territorio, a la persecución de los migrantes que cruzan el país hacia el norte, a la intensificación y ubicuidad de las violencias de género, a la devastación medioambiental, a la privatización, a la intensificación del extractivismo, y en un contexto en el que la mayoría de la población se administra como sobrante bajo el término genérico de “los pobres”.

En ese tenor, José Luis Romero y Emmanuel Tepal Calvario se preguntan, desde la zona rural que habitan en Tlaxcala, dónde está el pueblo. Adela Cedillo cuestiona la instrumentalización de la memorialización de la guerra sucia en México por el actual régimen y enumera las cuentas que siguen pendientes. Guadalupe Correa-Cabrera y Carlos Gutiérrez-Mannix contribuyen con una extensa investigación sobre la militarización y soberanía energética de México. En su texto sobre la guerra contra el narcotráfico como una simulación, Oswaldo Zavala argumenta convincentemente que los cárteles son una ficción propagandística del gobierno. El reportaje periodístico entrelazado con una reflexión teórica de Dawn Marie Paley ofrece un panorama amplio sobre las colectivas de buscadoras de familiares desaparecides por la violencia de Estado en México. El texto de Mariana Mora lanza una mirada compleja a los procesos políticos del movimiento zapatista a lo largo de 30 años centrándose en su búsqueda del común. Yo contribuyo con un texto sobre la coyuntura estético-política de este momento en aras de imaginar el futuro. Rafael Lemus elucida la cuestión de la fallida transición de la democracia y cómo bajo los regímenes “neoliberales” previos sirvió para escamotear el autoritarismo. María Minera emprende una aguda crítica a la exposición Grandeza de México como un esfuerzo mal logrado por construir una nueva visión totalizadora de la cultura nacional. En su texto, Beatriz Paz Jiménez relata la lucha del defensor del territorio Fidencio Aldama y de Loma de Bácum. Retomamos un fragmento de la valiosa y controvertida investigación de Violeta Núñez sobre el litio mexicano y su comercialización. Presentamos la historia a contrapelo de Tajëëw Díaz Robles y Josefa Sánchez Contreras de la comunalidad mixe y zoque que lanzan una mirada a formas de resistencia vigentes de cara a la temporalidad de los procesos coloniales en curso . Al-Dabi Olvera Castillo aporta una crónica sobre la lucha de Atenco. Y, finalmente, Willivaldo Delgadillo escribe sobre las movilizaciones políticas desde Ciudad Juárez.

Ciudad de México, marzo de 2024.

Irmgard (Gardi) Emmelhainz. Foto: Yvonne Venegas

Notas

  1. Según la nota de Gloria Reza publicada en Proceso sobre una mesa de diálogo titulada “La desilusión liberal: comprendiendo el descontento con la democracia”, en la que participaron Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze, Ana Laura Magaloni, Valeria Moy, Guillermo Sheridan y José Woldenberg, disponible en https://www.proceso.com.mx/nacional/2019/5/26/krauze-aguilar-camin-woldenberg-consideran-que-amlo-lleva-mexico-la-antidemocracia-225489.html.
  2. Eliane Brum, Banzeiro Òkòtó. The Amazon as the Centre of the World, Nueva York, Graywolf Press, 2023.
  3. Alberto Toscano, Late Fascism. Race, Capitalism and the Politics of Crisis, Londres/ Nueva York, Verso, 2023.
  4. Ver el reportaje de Claudia Villegas: “Perpetúa la 4T los cuestionados contratos car- celarios con el sector privado”, Proceso, marzo de 2024.
  5. Ver el reportaje de Rafael Croda: “Sin voluntad política se diluye el blindaje electo- ral ante el narco”, Proceso, marzo de 2024.
  6. Rodrigo Hernández López, “Comunicadores del pueblo lanzan manifiesto para emprender batalla contra la desinformación”, Proceso, 22 de marzo de 2022, https:// www .proceso .com .mx/nacional/2022/3/22/comunicadores-del-pueblo-lanzan- manifiesto-para-emprender-batalla-contra-la-desinformacion-video-282975 .html
  7. Ver Walter Benjamin, Tesis sobre la historia y otros fragmentos, trad . Bolívar Echeverría, México, uam/Itaca, 2008, pp . 93-94.

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