LIBROS
Dušan Šarotar: “La literatura cura las heridas del alma”
De visita en Guadalajara para presentar en la Feria Internacional del Libro su primera novela traducida al español, "El mapa estelar", el narrador y poeta esloveno cuenta la raíz de su creación, y considera que más que inteligencia artificial, el ser humano requiere de inteligencia poética.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Para uno de los máximos exponentes de la narrativa contemporánea de Europa del Este, Dušan Šarotar (Murska Sóbota, Eslovenia, 1968), no es fácil escribir sobre el dolor -centro de su creación artística-, pero “es imprescindible hablar y escribir de este sufrimiento psicológico”.
Detalla en entrevista:
“Las heridas internas, las heridas del amor, sólo pueden curarse a través del relato, y la poesía es amor”.
Reitera:
“La literatura cura las heridas del alma”.
En la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (29 de noviembre al 7 de diciembre) presentó su tercera novela, El mapa estelar (Ediciones del Lirio, primera edición en español), narración desgarradora que consolida su estilo, y que fue publicada originalmente en el 2021 por Editorial Goga.
La obra explora la vida en Murska Sóbota, ciudad natal de Šarotar, durante la primera mitad del siglo XX. Con una prosa evocadora, el autor ofrece una mirada íntima a un periodo marcado por el sufrimiento, la memoria y la pérdida. Aborda el destino de la comunidad judía y los horrores del Holocausto, entrelazando texto y fotografías que rememoran experiencias colectivas y la vida social de la época.
La novela se convierte en un registro de deportaciones ocultas y exterminio. Presenta “un pueblo donde el viento busca constantemente almas en las que pueda reverberar de nuevo”, lo que le confiere una profundidad emocional singular.
Šarotar, quien también escribe poesía y cuento (igual es traductor, guionista y fotógrafo), ha publicado más de veinte libros, entre los que destacan la colección de relatos Nostalgia (2010), una trilogía formada por las novelas El billar en el hotel Dobray (2007), Quédate conmigo, alma mía (2011) y justo El mapa estelar (2021), así como Panorama (2014) -a la manera del autor alemán Winfried Georg Sebald (1944-2001)- y los breves textos poéticos Nicómaco informa (2023).
-¿Es su objetivo que se reflexione sobre la identidad con El mapa estelar?
-Sin duda es un libro respecto a la identidad, pero sobre todo de identidades perdidas, olvidadas, de aquellos que ya no están. De las personas que no sólo perdieron su identidad, sino que no están.
Rememora por ello que hacia el 2007, al escribir su décimo libro, El billar en el hotel Dobray, narra el regreso a pie de Franc Schwarz (cuyo nombre coincide con el del abuelo del autor) a Murska Sóbota, después de haber pasado un año en el campo de exterminio de Auschwitz hasta el final de la guerra. Fue así que pensó crear su historia:
“Creí que si no contaba mi propia historia, entonces no podía constituirme como escritor. Y El mapa estelar cobró forma después de un hallazgo en un ático en la ciudad de Murska Sóbota, donde se encontraron las cajas con negativos de las fotografías de Julius Schönauer. Ahí descubrí la relación social y de amistad que unía a mi familia con la del fotógrafo”.
Además, a decir de la traductora María Florencia Ferre, antes de empezar la redacción del manuscrito, leyó incontables periódicos y revistas de los años treinta del siglo XX, “por eso el texto está cuidadosamente documentado”.
El escritor detalla que la historia personal encontrada se dio a través de su abuelo, quien nunca habló de la situación de los judíos:
“No se expresó de la vida de Murska Sóbota durante la primera mitad del siglo XX. Ni de la parte eslovena de la Polonia, la región de Prekmurje, donde hubo sucesos traumáticos de la guerra: las ocupaciones nazi y húngara, las deportaciones a campos de trabajo y exterminio.
La historia se abre a través de la poesía... en el sentido amplio es primero el poeta quien debe hablar de los temas históricos, y después la historia, la política e incluso la ciencia se abre a esos tópicos. El billar... fue la primera novela sobre la suerte que corrió la colectividad judía, sobre todo en Murska Sóbota, pero también en Eslovenia en general.
Continúa:
“Hasta el año 2007 no teníamos ningún libro que hablara de eso, y podemos preguntarnos en qué mundo vivíamos si setenta años después de los hechos nadie había escrito ni hablado del tema. Sigue diciéndose que es una historia de Prekmurje, pero no es cierto. Para eludir el conflicto digo que es la historia europea, y si queremos aceptarla, debemos aceptarla como parte de la historia europea y no de Prekmurje”.
El compromiso
Enseguida realza:
“Los escritores somos los custodios de la lengua y no de un país, no de una nación. El mapa estelar es el mapa de las personas que desaparecieron. Son personas que están perdidas, por lo tanto es un mapa que no está en ningún lado. Zalna es el nombre de la ama de llaves y es la narradora. Mi abuelo fue deportado a Auschwitz. Sobrevivió y se casó con mi abuela. La ama de llaves transmitió los cuentos. Somos lo que somos por la forma en la que nos acariciaron, por las canciones de cuna que nos cantaron, por la forma en la que nos tuvieron en brazos, por las emociones. Si hoy amamos, es porque nos amaron alguna vez. Si hoy odiamos, también van a odiar nuestros nietos, nuestra descendencia”.
La crítica eslovena Diana Pungeršic ha destacado que Šarotar logró crear “un libro de metáforas”, enriquecido con fotografías en blanco y negro que no sólo acompañan el texto, sino que establecen un diálogo poderoso con el silencio del pasado.
-¿Qué cree que pueda aportar en este momento el libro? -se le pregunta al autor.
-Toda guerra, toda violencia, todo abuso, después de que termina, demora cien años para que empecemos a contarlo. En general la segunda, incluso la tercera generación, es la que empieza a construir el relato de eso. Desde ese lugar puedo decir que recién ahora podemos escribir sobre la primera Guerra Mundial y la segunda. Poetizar sobre Gaza, poetizar sobre Ucrania, poetizar sobre África, será posible dentro de cien años. Ahora escribimos sobre los que pasaron y para los que vienen, pero no podemos escribir todavía sobre lo que está pasando hoy.
No hablo aquí directamente de la violencia, ni de las deportaciones, ni de campos de concentración. Lo clave es ¿cómo vivieron esas personas?, ¿qué pasó con ellas justo antes? Hoy, cuando sabemos sobre Gaza, sobre el genocidio en África o Ucrania, no estamos directamente involucrados, pero sí sentimos esa violencia, sí sentimos ese dolor. Estamos comprometidos con ese dolor.
-¿Cómo se siente que en México ya esté su tercera novela?
-Estoy muy contento de que esté traducida en México, pero estoy más feliz de que haya personas que crean en las historias, no en la economía y la política solamente, sino en el poder de las historias.
Ipso facto se refiere a la literatura latinoamericana:
“Una parte de la formación de cualquier escritor, de cualquier poeta, no es sólo lo que se estudia en la universidad o en la escuela, es conocer, y no puedo eludir la poesía y la literatura de la Latinoamérica. El realismo mágico influyó de una forma radical en mi escritura. Me abrió la posibilidad de escribir sobre lo que no es real, sobre lo que son imágenes oníricas, pero que pueden ser mucho más reales que lo que ocurre.
“La literatura de Latinoamérica me enseñó lo que primero usted me preguntó, ¿qué es el dolor?, ¿qué es la injusticia?, y cómo puede el poeta de algún modo resolver eso, sanar. La literatura latinoamericana contemporánea es más que la española, es literatura mundial, literatura del mundo”.
-¿Cuál es la situación de la literatura en su país?
-Eslovenia se independizó de Yugoslavia en 1991, pero antes ya existía la nación eslovena gracias a la lengua. Su modo de unión, de cohesión, fue la lengua. Y una comunidad, una colectividad, una nación que no tenía fronteras, que no tenía ejército, ni instituciones propias, se conservó por el relato de historias en su lengua materna.
“Treinta años después de la independencia, por supuesto la literatura y la poesía comparten el destino de la literatura y la poesía del resto del mundo. Se ha comercializado y entonces vuelve a su naturaleza, a un puñado de lectores y escritores que dan cuenta de esa esencia de la literatura. Los poetas y la poesía, aunque tengan dos o tres lectores, tienen su poder, su fuerza, y cuando puedan revelarse, cuando tengan que pararse ante lo que ocurre, van a encontrar su fuerza.
Cada persona necesita sólo dos veces la poesía en su vida. Primero como canción de cuna, cuando la madre lo mese. Y la segunda vez cuando nos llevan a la tumba. Y ese es el único poder, la única fuerza de la poesía. La lengua eslovena está basada en la poesía. Se dice que en Eslovenia más gente escribe poesía que la que lee poesía, porque efectivamente es una nación con muchísimos poetas, pero como en cualquier otra nación, hay muy pocos buenos poetas. Los grandes poetas no son tantos. Pasa lo mismo que en muchos lugares.
Se le interroga sobre qué cree que va a pasar con la literatura, ya que se habla de que la humanidad vive en el inhumanismo por la tecnología y el materialismo, y expresa:
“Mientras haya literatura vamos a hablar de humanidad, cuando no haya literatura ya no vamos a hablar de lo humano. Se habla todo el tiempo de inteligencia artificial, pero yo digo que necesitamos inteligencia poética. La mayor preocupación es que en todos lados, sobre todo en Europa, los más jóvenes cada vez leen menos. Y cuanto más desarrollada está la sociedad, cuanto mejor es el nivel de vida, menos gente lee.
“La literatura es la aliada del hombre común, aunque se diga que no, que en realidad la literatura es para una élite. El escritor es el aliado de la lengua y de la lengua de aquellos que no tienen voz, de los olvidados, los muertos o los exiliados”.
Y repite:
“La literatura es como un apósito para las heridas del alma. Creo que escribo para curar las heridas. Cuando escribo en soledad intento, creo, sanar el alma del mundo. Cuando se escribe hay una comunicación entre lectores y escritores, se forma una comunidad, incluso cuando se traduce a otras lenguas. Entonces, desde un lugar muy personal y muy local, efectivamente se puede armar una comunidad que es de algún modo universal”.