CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El muralista Ariosto Otero se encuentra entre el júbilo y la preocupación.

Por un lado, celebra este mes 44 años de trayectoria con la publicación de su libro Códices, Murales de Ariosto, y la inauguración -al fin-, de su mural El despertar mexicano, en el Palacio de Gobierno de esta ciudad. Y por el otro, también en la urbe, le preocupa el futuro de su creación pictórica en la fachada del Mercado de San Ángel, luego de 16 años sin mantenimiento.

Desde su taller, al sur de la capital, entre bosquejos, obras, largas mesas de trabajo, pinceles y pinturas, el artista muestra orgulloso su más reciente publicación: Códices..., tras más de cuatro décadas de trabajo en los andamios.

El libro fue presentado en la Secretaría de Gobernación de Pachuca, en el marco de la Feria del Libro Universitario de la Autónoma de Hidalgo, y el 5 de septiembre durante la XLI Feria Internacional del Libro del IPN (Instituto Politécnico Nacional), “pero hay más propuestas de lugares que espero se concreten pronto”, dice orgulloso mientras sostiene la publicación de casi 200 páginas, centrado en sus más recientes conjuntos muralísticos:

El primer grupo está conformado por Nido de serpientes, Los fantasmas del neoliberalismo, Los dioses, Los tlaloques, El regreso de los dioses y Democracia, derechos humanos y justicia social, ubicados en la Secretaría de Gobernación de la colonia Juárez de la CDMX, mismos que realizó durante este sexenio, que se unieron a Caudillos y mártires, de 1997.

El segundo se encuentra en el Planetario de Ecatepec, Estado de México, De dioses a animales (2023),

Y los más recientes, situados en el Recinto Histórico y Cultural Juan de Dios Bátiz, del IPN: Los hijos de la revolución (2023) e Hijos de obreros y campesinos (2024) que, según la Gaceta Politécnica, el muralista comparte espacio e historia junto a obras de David Alfaro Siqueiros, Federico Silva, Jorge González Camarena, Raúl Anguiano y Daniel Manrique.

Los textos que acompañan Códices... son autoría de colegas, amigos y personas cercanas al artista, quienes desde sus diversas áreas de trabajo exponen sus consideraciones sobre la obra de Otero, como el historiador del arte Alberto Híjar, la exsecretaria de Gobernación y ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, el muralista Ernesto Ríos Rocha, el director general del Club de Periodistas de México, Mouris Salloum George, y el rector del IPN, Arturo Reyes Sandoval, entre otros.

Se lee en el texto “Saludar el mural...”, de Alberto Híjar, escrito en 1997 a propósito de Caudillos y mártires:

“Saludar el mural de Ariosto Otero en la Secretaría de Gobernación tiene que ser un reconocimiento a una tendencia cultural popular y vigente pese a su sentido subordinado.

“Esto quiere decir que la Revolución Mexicana no sólo es actual en su propuesta de leyes para el beneficio del pueblo construidas a costa de vidas heroicas, sino este querer decir tiene que concretarse en signos seguidores de una tradición mural fuerte y clara. Con ese sentido, Ariosto Otero pinta en la exresidencia porfiriana que alberga a la gobernación del país, para hacer ver y sentir un espacio recuperado para el pueblo en un tiempo de construcción definitiva de la democracia”.

Además de la imagen de la obra, el libro muestra detalles de los murales El juego de la fortuna (2010) en el edificio de la Lotería Nacional, El viaje del siglo XX y El campo no aguanta más en la alcaldía Magdalena Contreras, El despertar mexicano (2017-2018) en el antiguo Palacio del Ayuntamiento, ahora Palacio de Gobierno de la Ciudad de México (https://www.youtube.com/watch?v=nrfWnQegjsE).

También de De Tenanitla a San Ángel que viste la fachada del Mercado Múzquiz en San Ángel, y fotografías del boleto magnético conmemorativo del STC Metro basado en un fragmento del mural De Dioses a animales, cuyo tiraje fue de 4 millones, en el marco de la desaparición del boleto físico, mismos que se repartieron en diciembre de 2023.

Respecto a El despertar mexicano, de unos 75 metros cuadrados, Otero afirmó que, finalmente, el gobierno capitalino se comunicó para informarle de su inauguración y apertura al público, luego de seis años de haberse concluido y la solicitud reiterada por parte del artista:

“Durante años ese salón ha sido sede de conferencias de prensa y no ha sido abierto al público, el mural ha estado prisionero, situación que me preocupaba, porque es una obra de los capitalinos, de los mexicanos. Será Martí Batres quien lo inaugure en la última semana de este mes”.

Al repasar el volumen el artista mostró las imágenes del mural del Mercado de San Ángel, en donde representó a 67 personajes mexicanos (46 hombres y 21 mujeres), que desde 2008 enmarcan la entrada del lugar. Ahí se observa a intelectuales, escritores, pintores, actores, periodistas y músicos:

El cineasta Emilio El Indio Fernández; los cantantes Pedro Infante, Jorge Negrete, Pedro Vargas; los escritores y periodistas Carmen Aristegui, Miguel Ángel Granados Chapa, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska (quien estuvo presente en la inauguración), Julio Scherer García (fundador de Proceso); los cineastas Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Alejandro G. Iñarritu; y los muralistas José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, entre muchos otros.

--Viendo a la distancia el mural, ¿le faltó algún personaje?

--¡Más bien me sobró! Cometí un “pecadillo” al colocar a Denise Dresser, ni modo, no era lo que pensaba.

La obra de 450 metros está hecha de estucos y esgrafiados de origen prehispánico (maya y azteca), e incrustaciones de piedra de cantera y mosaicos industriales, materiales pétreos que, a decir del artista (cuando se inauguró) fueron hechos para “perdurar” (Proceso, 1663).

“Sí, para perdurar, pero con su debido mantenimiento --dice ahora--, pues desde su inauguración prácticamente se olvidaron de la obra, dejaron que crecieran muy cerca tres árboles que ya están enormes y que van a dañar los cimientos del mercado, y por supuesto la fachada, sin contar que el mural tiene elementos que por la exposición a la intemperie lo hacen ver sucio, y ciertamente los locatarios y vendedores del mercado tampoco lo han cuidado y defendido.

“Es un llamado a las autoridades, a la alcaldía, para que realicen los trabajos pertinentes antes de que sea tarde. Ese mural impidió en su momento que derribaran el mercado, un lugar que además es histórico. Ojalá se haga algo”.

--¿Y en general la cultura del país, ¿cómo la ha visto en el sexenio de la 4T?

--Yo no soy partidista de Morena, sí de Andrés Manuel López Obrador, quien creo que ha hecho un buen papel, aunque con ciertos errores; ni modo, hay que decirlo así. Porque en cultura faltó, falta mucho. Confío en el relevo de Sheinbaum y la sensibilidad de Claudia de Icaza cuando esté al frente de cultura federal.