Teatro

“Pequeñas infidelidades”

"Pequeñas infidelidades" aborda el tema de la pareja; de lo que fue una pareja 20 años atrás y cómo, en un encuentro aparentemente casual, salen a relucir dinámicas, insatisfacciones y secretos que ella tiene la necesidad de sacar a la luz.
sábado, 29 de junio de 2024 · 11:18

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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- "Pequeñas infidelidades" aborda el tema de la pareja; de lo que fue una pareja 20 años atrás y cómo, en un encuentro aparentemente casual, salen a relucir dinámicas, insatisfacciones y secretos que ella tiene la necesidad de sacar a la luz.

El dramaturgo argentino Mario Diament teje en "Pequeñas infidelidades" una historia de desamor a partir del reencuentro de un matrimonio pasado. Alejandro quiere rentar un departamento y Emma se lo presenta. A partir de ahí el autor va develando con habilidad lo que fue esa relación. Si bien en un inicio apenas y hablan de trivialidades, conforme avanza la obra conocemos diferentes caras, momentos e interpretaciones de lo sucedido. Con diálogos ágiles y giros dramáticos, el autor mantiene la tensión que va en aumento, hasta mostrar más descarnadamente a los personajes.

La actriz Ángeles Marín ha interpretado al personaje de Emma en varias temporadas en el 2018, acompañada por Luis Cárdenas White, con el cual la estrenó en La Teatrería y Ricardo Bianchi. Actualmente se presenta en el Círculo Teatral compartiendo escenario con Raúl Adalid. Ambos actores con buena presencia escénica muestran fragmentos de sus vidas, de los cuales hay mucho que reclamar.

Ángeles Marín consigue estados emocionales que llegan al espectador como ráfagas de verdad que oculta y muestra según la circunstancia en la que se encuentra y los objetivos que quiere alcanzar. Es fuerte y débil, valiente y temerosa. La actriz alcanza distintas tesituras sensibles como el dolor, la ironía y el impulso de resarcir daños. Oculta sus sentimientos y los muestra en momentos precisos. La verdad, tan intangible, es el mayor anhelo de Emma, pero la subjetividad empaña los hechos, y sobre todo, el autoengaño del exmarido y su intención de minimizar, suavizar y ocultar sus comportamientos violentos.

Raúl Adalid sostiene su personaje sin llevarlo a la exageración y con una lenta progresión vamos conociendo distintas facetas del personaje. Víctor Carpinteiro, en la dirección, mantiene el tono realista y contenido, aunque el trazo escénico resulta demasiado artificial, haciendo que los personajes se hablen dándose la espalda o a la distancia, por la necesidad de que den la cara al público.

El espacio escénico de "Pequeñas infidelidades" tiene una buena ambientación con unos cuantos elementos. El diseño de escenografía e iluminación de Mónica Kubli (qepd), nos sumerge en la intimidad de la pareja, con una luz tenue y dos persianas cerradas o semiabiertas, que contrapuntean con el elegante vestuario de Ángeles Marín diseñado por Cristina Sauza, y el sobrio traje de la pareja.

En "Pequeñas infidelidades" el público responde al juego de decir y ocultar, de olvidar y recordar; un juego en el que se termina conociendo la gravedad del asunto. Porque el tema de la violación entre personas cercanas es un tema tabú, dada la “normalización” de los actos violentos masculinos en las parejas, los amigos y los parientes; de “suponer” u “olvidar” si hubo consentimiento de la otra persona.

En "Pequeñas infidelidades", que se presenta los domingos, se pone en cuestión el manejo de la verdad, de la fidelidad que se confunde con la lealtad y de los mecanismos que se generan en un matrimonio y van descomponiendo la relación.

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