CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El cantante español Raphael encumbró emotiva velada romántica en el Auditorio Nacional, declarando su infinito amor a México en un efusivo recital lleno de nostalgia. Este jueves replica la hazaña en el mismo recinto, y luego viajará a León, Guanajuato.

“El divo de Linares” desde 2022 empezó a celebrar seis décadas de trayectoria artística, y ahora con históricos 62 años en los escenarios, trajo la gira “Victoria” para complacer a sus fieles mexicanos.

La visita consideró el pasado 11 de abril Monterrey y el día 13 Guadalajara. Anoche le tocó turnó a la Ciudad de México, en cálido recibimiento para la primera de dos fechas, este jueves nuevamente se le verá en el coloso de avenida Reforma.

Miguel Rafael Martos Sánchez, conocido en el mundo de los espectáculos como Raphael, emergió custodiado por un ensamble de músicos entonando “Ahora” y “De tanta gente”.  

El hechizo fue instantáneo, su público se le entregó apasionado a los primeros acordes. En el pletórico recinto se observó especialmente a seguidores coetáneos al cantante de 80 años. Siendo acompañados por sus hijos y jóvenes nietos, los fieles fans de antaño pasaron gran parte de la presentación sentados en sus butacas, pero con los ánimos sobrevolando al máximo, coreando en vehemencia cada corte y detonando estruendosos aplausos.

El repertorio enlistó “Yo sigo siendo aquel” y “Cierro mis ojos”.  Renovados arreglos afinaron “Digan lo que digan” y “Mi gran noche”, viéndose al legendario cantor puliendo el piso en sutil danzar.

Una triada de pantallas a telón de fondo proyectaron acercamientos al trovador, aderezando un recorrido fotográfico de sus años gloriosos. Tenues luminarias diseñaron ambientaciones que oscilaron entre bohemia y fiesta.

Raphael reservó los diálogos y brindó un concierto sin pausas, regalando entre cada tema sonrisas, reverencias y lanzaba besos al horizonte multitudinario.

En veloz avance se escuchó “Somos”, “Enamorado de la vida”, “Despertar al amor” y “La canción del trabajo”, añadiendo las aclamadas “Adoro” y “Estuve enamorado”.

Los respetables reconocían el talante de la celebridad nacida en Linares, España, un 5 de mayo de 1943. Se oía en demostraciones cariñosas, “¡excelente voz!”, ¡”te amo Raphael!”.

Ataviado de elegante traje negro, incansable entonó un total de 31 rolas, dando nota a “A que no te vas”, “Volveré a nacer” y “¿Qué tal te va sin mí?”. Seleccionó “Amor mío”, reconociendo las letras duras para la composición “Lo saben mis zapatos” y adicionando “Victoria”.

Incluyó “Cuando tú no estás” y “Fallaste corazón”, esta última obra del célebre tamaulipeco Cuco Sánchez (1921-2000). Conmovió con la canción popular del Istmo de Tehuantepec “La Llorona”.

Navegando en halos bohemios se escuchó “Noche de ronda” y “Gracias a la vida”, honrando los versos creados por la legendaria cantautora chilena Violeta Parra (1917-1967).

Vislumbrándose el finiquito se afinó “Estar enamorado”, “En carne viva”, “Yo soy aquel” y “Escándalo”. Cobijado con la bandera de México, dedicó palabras de adiós:

“¡Señoras y señores, una vez más la fortuna de estar de nuevo con ustedes! ¡De verdad ustedes, porque lo saben muy bien, lo que significan para mí, para mi carrera, son muy importantes a través de los años, lo son todo! ¡Yo sé que me quieren! ¡México me enamoró hace muchos años! ¡Sigo enamorado y seguiré hasta el final, por siempre!”.

Se despidió resguardado en coreos ensordecedores al unísono para “Como yo te amo”:

Como yo te amo,

Como yo te amo,

Convéncete,

Convéncete,

Nadie te amará…

Al desaparecer de escena exclamó, “¡México, les amo tanto, tanto!”.

Este jueves replica en el Auditorio Nacional y viajará a León, Guanajuato, para show el 20 de abril.