Arte

La Semana de Arte en CDMX: Conclusiones

La semana ferial del arte en la Ciudad de México funcionó como una radiografía del estado en el que se encuentra actualmente el ecosistema de nuestras artes visuales, y muy especialmente en esta capital.
sábado, 17 de febrero de 2024 · 10:33

Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– La semana ferial del arte en la Ciudad de México (CDMX), realizada del 5 al 11 de febrero, funcionó como una radiografía del estado en el que se encuentra actualmente el ecosistema de nuestras artes visuales, y muy especialmente en esta capital.

Lo más importante que evidenció la Semana fue la existencia de un público numeroso y diverso interesado tanto en mirar y adquirir arte como, también, en experimentar el dinamismo de la escena ferial. Los seis eventos que constituyeron la Semana –Zsona Maco, Feria Material, Salón Acme, Clavo, Qipo y Bada– se mantuvieron desde su inauguración repletos de visitantes nacionales y extranjeros.

Otro aspecto que transparentó la Semana fue la diversidad de subsistemas artísticos que configuran el panorama general. El arte como un objeto de lujo en Zsona Maco, y como pretexto para recorrer el neo-romanticismo arquitectónico de Salón Acme, tuvo su contrapeso en Material y Clavo, con propuestas artísticas que centran su exploración creativa en el equilibrio entre vocación social y resolución visual. Indiferentes al frívolo y aspiracional convencionalismo que caracteriza a Zsona Maco y Salón Acme, promotores en Material y Clavo presentaron proyectos que manifiestan un interés por entender e interpretar lo que significa vivir en la contemporaneidad.

Feria Clavo, Damian Brown en Estudio Marte. Foto: Blanca González Rosas

Los oaxaqueños de Yutindudi (lugar en el que nacen las hormigas) que habitan en la sierra mixteca, sorprendieron en Material con la primicia de una ficción social y espiritual de Kunt Vargas. Concentrado en crear dioses de una sociedad que no existe, el artista exhibió pequeñas piezas de barro que destacan por la vinculación entre estéticas prehispánicas y contemporáneas. Al compararlas con las complacientes resignificaciones de piezas prehispánicas de Mariana Castillo Deball que exhibe la galería Kurimanzutto en Zsona Maco, la sospecha de un clasismo artístico se convierte en verdad.

Esta es otra de las evidencias que deja la Semana de arte: la existencia de un clasismo en la escena mexicana del arte contemporáneo que abarca legitimación institucional, promoción comercial y diferentes tipos de consumos. Un clasismo que se fortalece por la mediocridad profesional de los funcionarios culturales de la 4T que, además de permitir la utilización de museos públicos como extensiones galerísticas, han ignorado la importancia de impulsar la comprensión del arte como una estrategia de apropiación del imaginario de la clase dominante.

Y en este contexto de la división clasista del arte contemporáneo que se promueve en México, el premio de 100 mil dólares otorgado en la feria Zsona Maco para celebrar su 20 aniversario merece una mención especial. Al margen de la caducidad de los modelos competitivos por la antidemocrática subjetividad que los sustenta --es muy cuestionable definir a una obra como “la más destacada de la exposición”--, el premio que concedió la Fundación Erarta para celebrar el aniversario de la feria contradice el principio esencial de una obra de arte: la libertad creativa.

Feria Material, Kunt Vargas en Proyecto Yutindudi. Foto: Blanca González Rosas

Con base en las especificaciones que determinó la Fundación Erarta para que las obras propuestas por las galerías participaran en el concurso y que Zélica García como directora de Zsona Maco aprobó, se cuentan restricciones como: no contener contenidos despectivos, indecentes, sexuales, profanos, descriminatorios y publicitarios. ¿Qué tipo de arte promueve Zsona Maco cuando se atreve a restringir narrativas artísticas? (https://erartafoundation.org/prize/)

Y así como Zsona Maco evidenció un poder económico que condiciona la creación artística a expresiones convencionales, las ferias satélites como Material y Clavo destacaron por sus riesgos creativos. En la primera sobresalieron los espléndidos retratos de trabajadores mexicanos en el campo californiano, que el oaxaqueño Narciso Martínez dibujó en cajas y empaques de jitomates y pepinos --galería Charlie James de Los Ángeles--, y en la segunda destacaron los sugerentes “retratos” de envases de aceites y derivados del petróleo de Damian Brown exhibidos por Estudio Marte, un espacio de la CDMX ubicado en la colonia Santa María la Ribera.

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