Colección Gelman
Arte/Ver para creer Colección Gelman: Urge política económica en artes visuales
Desde una perspectiva contemporánea y empática con la importancia y actualidad del mercado, esta legislación exige una evaluación que justifique su pertinencia o promueva su reestructuración.CIUDAD DE MÉXICO (apro).-Restructurar la legislación sobre los “Monumentos Artísticos”, implementar una política económica en artes visuales y promover una actitud social menos conservadora ante el mercado del arte, son tres pendientes que deja la subasta de las 28 obras de creadores mexicanos pertenecientes a la Colección Gelman, realizada el pasado martes 19 de noviembre en la sede neoyorquina de la Casa Sotheby’s.
En el conjunto se encontraban ocho piezas de artistas declarados “Monumento Artístico”:
Diego Rivera: retrato de Cristina Kahlo al carbón y pastel (1936); Siqueiros: autorretrato al óleo (1930); Frida Kahlo: litografía (1932), dos dibujos (1946) y un collage de 1952; María Izquierdo: dos gouaches con escenas circenses (1940) y Naturaleza viva con rebanadas de sandía en entorno paisajístico al óleo (1946).
La subasta tuvo como antecedente la intervención del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) que, con el objetivo de “preservar los lineamientos que establece la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos”, solicitó información sobre la procedencia de las piezas. Como resultado, Sotheby´s suspendió la venta del Caballos en el circo (41.9x57.8 cm), de Izquierdo.
Con base en lo que señalan las declaratorias de “Monumento Artístico” -documentos que se inician en 1943 con el pintor José María Velasco bajo el título de “Monumento Histórico” y que en 1980 se cambia a “Monumento Artístico”-, está prohibida la exportación definitiva de las obras. Por lo cual los propietarios tienen la obligación de informar al INBAL sobre cualquier intervención y movimiento de las mismas.
Desde una perspectiva contemporánea y empática con la importancia y actualidad del mercado, esta legislación exige una evaluación que justifique su pertinencia o promueva su reestructuración. Para empezar, es indispensable comprobar el “valor estético relevante” que, con base en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, cataloga a los artistas “monumento” como mejores que otros.
Y en este contexto, también es conveniente precisar las razones que definen a todas sus obras como monumento artístico ya que, en el contexto de una trayectoria, no todas las piezas tienen la misma calidad o aportación estética.
El impacto que tiene esta legislación en el mercado de las firmas no es positivo, y basta revisar los resultados de la subasta neoyorkina para comprobarlo: El autorretrato de Siqueiros, la única pieza que se encuentra en México y que no puede exportarse, ni siquiera alcanzó en la puja al rango más bajo de 70 mil dólares. Y en el caso de María Izquierdo, Escena de circo con gitana apenas consiguió en la puja el rango más bajo de 40 mil dólares, mientras su espléndido óleo sólo rebasó con 50 mil dólares el rango más alto de 300 mil. (Los totales que se reportan en los resultados de la subasta y que son mayores que las cantidades mencionadas, tienen ya incluidos los porcentajes que deben pagar los compradores).
Ya sea por el predominio y seducción experiencial de los mercados feriales, o por el auge del turismo ferial y museístico, la dinámica del sistema artístico cambió y ahora exige nuevas reglas y posibilidades. El arte moderno y contemporáneo mexicano necesita políticas que fortalezcan la construcción de su valor, impulsen diferentes tipos de consumo y apoyen el coleccionismo.
Y por lo mismo, es indispensable diseñar políticas económicas que atiendan las necesidades de todos los procesos y agentes que intervienen en el devenir contemporáneo del sistema artístico. Otorgar becas sin generar consumos, o confundir la protección del patrimonio con la inhibición de una distribución libre y eficaz, sólo reproduce limitaciones del pasado sin asumir los retos del presente.
Entre éstos, la comprensión de que una de tres ediciones del certificado de un plátano natural pegado a la pared con una cinta adhesiva -obra postconceptual de Maurizio Cattelan exhibida y vendida durante la edición 2019 de la feria Art Basel Miami en 120 mil y 150 mil dólares-, haya sido subastado el pasado miércoles 20 de noviembre, también en Sothebys NY, por un total de ¡6 millones 240 mil dólares!.