Danza

Las “90 veces Gloria”, en honor a Contreras, por su Taller Coreográfico

La compañía fundada por la artista en la década de los setenta, le rinde múltiple y variado homenaje para conmemorar los que serían sus 90 años. Hablan la actual directora artística del TC UNAM Irina Marcano, y los hijos de la destacada coreógrafa, Lorena y Gregorio, para evaluar su legado vigente.
domingo, 17 de noviembre de 2024 · 07:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En el marco de sus 54 años, el Taller Coreográfico de la UNAM (TC UNAM) rinde este mes su programa más destacado del año: 90 veces Gloria, en conmemoración del natalicio de su fundadora, para resaltar la estética y esencia de la coreógrafa contemporánea.

Con “goyas” y largos aplausos fue recibida la función de estreno por el público, en la cual se rescató Brandenburgo núm. 3, con música de Johann Sebastian Bach en tres movimientos, joya de su repertorio, que llevaba 15 años sin montarse.

Bajo la dirección artística de Irina Marcano, quien tomó las riendas en febrero pasado, el TC UNAM presenta desde el pasado 8 de noviembre y hasta este domingo 17, cuatro funciones de 90 veces Gloria, y con ello una selección de 12 piezas que han conformado dos programas distintos en el marco de la temporada número 112 titulada Identidades.

En entrevistas por separado de Proceso a Marcano, Lorena y Gregorio Luke (hijos de la artista), coincidieron en advertir, como lo muestran estas presentaciones, la vigencia de Contreras -discípula de los destacados coreógrafos Nelsy Dambré y George Balanchine-, creadora de 250 coreografías con música que abarca desde el siglo XIV al XXI. Tuvo, dijeron, una visión del presente que en algún momento fue “futuro”.

Gloria, con Lorena y Gregorio. Foto: Archivo Gloria Contreras.

Las presentaciones se programaron en tres foros distintos, en los cuales el Taller se ha presentado continuamente desde sus inicios: Teatro Estefanía Chávez Barragán (antes Teatro Arq. Carlos Lazo) de la Facultad de Arquitectura, con escenografía especial del Seminario Permanente de de Arquitectura el 8 de noviembre con un programa conformado por: Brandenburgo núm. 3, Infamia y Ofrenda (Johann Sebastian Bach); Nereidas (Amador Pérez, Dimas); Casi una fantasía (Ludwig van Beethoven); Arrebato (Astor Piazzolla); Isolda (Richard Wagner) y Huapango (José Pablo Moncayo), esta última una de las obras más importantes de Contreras que se ha presentado en diversos escenarios nacionales e internacionales y de las consentidas del público.  

Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, sede que inauguró el TCUNAM en 1980 y en la cual no ha dejado de presentarse ni un solo año. Con ese mismo programa se hizo ahí las presentaciones del domingo 10. Con este programa volverá el día 17 al mediodía.

Auditorio Fra Angélico del Centro Universitario Cultural, el viernes 15 de noviembre, justo el día del onomástico de Contreras. El programa incluyó Balada mexicana (Manuel M. Ponce), Magdalena (Hugo Wolf), Clarín de la selva (Juan Quevedo); Fruta extraña (Billie Holiday), más las piezas “Infamia” y “Ofrenda”; Nereidas; el primer movimiento de Casi una fantasía, y Arrebato (una de las últimas creaciones de la coreógrafa).

Se lee en el programa de mano un texto de introducción de Ana María Molina, coordinadora ejecutiva y de Relaciones Públicas del Taller, justo en contraportada de una imagen de 1960 de Contreras al lado de su maestro Balanchine:

“Entre los numerosos momentos que compartimos juntas, recuerdo con nostalgia aquellas mañanas que durante casi dos décadas nos reuníamos para acordar la agenda de trabajo: la relación con las autoridades y las artistas, las presentaciones y los ensayos en los diferentes foros, las exposiciones y conferencias, las ediciones de libros, las presentaciones con los medios, las giras, la música, el público, las clase, en fin.

“Un mundo lleno de caminos que con tesón y energía la maestra Contreras podía concertar, no había un solo detalle que se le escapara, el resto del tiempo lo dedicaba a la creación. Su gran secreto fue su amor por la danza, su razón de vivir”.

A decir de Irina Marcano, quien desde 2012 es bailarina y coreógrafa de la Compañía Nacional de Danza, y ganadora del concurso interino de coreografía de la CND con las obras Planimetría y Trinum, las creaciones de Contreras continúa asombrando y causando las mejores impresiones:

“De figuras como Gloria es un gran reto hacer una curaduría, se podría pensar que es fácil, pero es ver cómo la traes y refrescas, estudias y evalúas sus etapas, mantenemos su repertorio vivo, con sus obras en las propias funciones y como inspiración. En este programa particular queríamos obras influyentes, pensándolo en ocho piezas que dan la visión de Gloria en la danza, y aun así ver cómo una mujer en la década de los setentas hace su compañía, le da trabajo estable a bailarines y un espacio para bailar, es impresionante. Muchas de las propuestas de estas obras son de Lorena Luke, todas son vigentes y demuestran un nivel coreográfico superior”.

Marcano afirmó que su sello en este programa está en el énfasis que puso en la interpretación de los bailarines, algo que Contreras potenciaba en la compañía, lo técnico y el significado para los artistas, además del orden de las obras y un balance entre las coreografías clásicas y neoclásicas.

Por su parte, Lorena Luke, vía telefónica, dijo que su apoyo en la curaduría fue a través de la mirada que tenía su madre:

“Ella decía que el programa debe ser como el menú de una comida, recibes a la gente con algo amable, accesible, no tan largo, porque vienen de la calle y el tráfico, lo vas tranquilizando y guiando para las obras más difíciles, y luego ‘postre’ para el alma, así que traté que la propuestas fueran representativas de todas las épocas y estilos, clásico, neoclásico, contemporáneo, popular, con música de Bach, Manuel M. Ponce, Moncayo, y que participarán todos los bailarines, por supuesto”.

Brandenburgo núm. 3 y Huapango fueron dedicadas a Lorena Luke, mientras que en Casi una fantasía comparte la dedicatoria con su hermano Gregorio.

Lorena, asidua a las temporadas del TC UNAM, relató que si hay algo que reconoce a esta dirección artística, y a Claudia Lavista, titular de Danza UNAM, es que los bailarines de la agrupación están teniendo un énfasis en la disciplina, algo que durante la pasada dirección quizá se “relajó” por buscar la preparación en otros elementos o géneros.

En una entrevista realizada en los inicios del taller, Contreras hizo un llamado a intelectuales y “altas clases sociales” para que se acercaran a la UNAM (Armando Ponce en Excélsior, 6 de febrero de 1976):

“No me puedo conformar aunque el público nos quiere mucho y nos aplaude mucho. Pero no hay que olvidar que estamos transmitiendo una escala de valores, nosotros no entretenemos a la gente, la ponemos a pensar”.

Mercano. Más proyectos. Foto: Cultura UNAM.

Dijo además:

“En América Latina también se están descubriendo realidades. Es como si empezáramos a cobrar conciencia de que se puede danzar. Durante muchos años estuvimos sometidos a influencias extranjeras, y a admirar lo que hacían los países europeos, que tantos complejos de inferioridad nos provocaron.

“No en todo somos subdesarrollados. Somos pueblos creativos. La gente está preñada de ideas, tiene necesidad de expresarse. Lo que hoy vemos como un gran movimiento literario en Latinoamérica se está forjando ya en la danza. Tal vez lo que nos falte sea en general reglas, disciplina. técnicas. Eso se puede adquirir. Lo importante es que la creatividad ya está”.

Para su hija Lorena, la danza de Gloria también lleva a otros rumbos y a empaparse de música clásica, desde el repertorio de Joseph Haydn, Igor Stravinsky y Rodolfo Campodónico a Carlos Chávez, Ricardo Castro, Mario Lavista, Eduardo Mata, entre muchos otros.

Mientras que Gregorio Luke, quien el fin de semana pasado dedicó su diálogo a Contreras a través de su canal de YouTube, recordó que a su madre no le interesaba la belleza heredada a través de la fisonomía en la danza -comúnmente asociada a la estética europea-, sino a la preparación y tenacidad del bailarín:

“Para Gloria, el repertorio debe ser amplio para que la gente quiera regresar, acompañado de un boletaje accesible. Tiene muchas obras, acabo de escribir un artículo para la Revista de la Universidad, pero también está Pierna para Neruda, su Lago de los cisnes’. En esta última con la interpretación de un cisne como un animal salvaje, en movimiento, volando, lejos de la figura estática”.

Luke también reconoció el sello de Marcano en la compañía, pues expresó que hace poco el TC UNAM presentó Réquiem de Mozart con orquesta y coros, “algo que ni siquiera hizo la copia Gloria en su momento, así que hay una buena dirección artística”. Y remató:

“El ballet clásico siempre se ha visto como algo extranjero, lejano, pero el Huapango de Gloria hace mexicano al ballet clásico, al verlo ni siquiera notas que están en zapatos de punta, es una pieza difícil de ejecutar. Recuerdo que Gloria solía mandar a los bailarines al California Dancing Club para ‘aprender a bailar’, buscaba que la gente se expresara dramáticamente, que fuera algo verdadero, así como las piezas sociales y de crítica que hizo, como fue La consagración de la primavera en los noventa, una década caracterizada por asesinatos en política; Sensemayá, como denuncia del racismo; Opus 32, sobre la masacre de Tlatelolco.

“Hay muchas obras que se pueden reestrenar. Tiene mambos, danzón, rocanrol de Elvis Presley, The Beatles, Led Zeppelin, dejó un repertorio diverso al igual que una filosofía que conmueve e invita a la gente a moverse, hacer ejercicio, danza, así que me da gusto ver que en sus noventa años está bien viva”.

A su vez, Irina Marcano afirmó que tras 90 veces Gloria, el TC UNAM cierra 2024 con la puesta Clara y El Cascanueces, una versión contemporánea del clásico navideño en colaboración con el Seminario Permanente de Arquitectura Efímera, de la Facultad de Arquitectura, cuyos alumnos participan con escenografía (en la que trabajaron durante cuatro meses) hecha de material reciclable. La puesta se presentará en la Sala Miguel Covarrubias del 28 de noviembre al 8 de diciembre.

Y para 2025, el Taller continuará con un programa basado en un replanteamiento de los clásicos como punto de partida para el siglo XXI, como es el caso de un programa en homenaje al compositor Maurice Ravel (1875-1939) en el 150 aniversario de su natalicio; e intervenciones cerca del público universitario en distintos auditorios y al aire libre de las escuelas de la UNAM.

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